Twilight Guardians: Wasteland

Vaya tela. Ahora que parecía que la oleada de bandas-fotocopia de power metal
anquilosadas en el reino de las piruletas había menguado considerablemente llegan
estos TWILIGHT GUARDIANS y se jodió la marrana.

Como no, son finlandeses y llegan de la mano de los oportunistas Spinefarm
Records. Escritas estas cuatro líneas, yo creo que ya podríais daros por enterados
de lo que nos vamos a encontrar a lo largo de los 10 cortes que componen el
cd: monotonía sin apenas sorpresas, produción cristalina, voces agudas y dobles
bombos hasta en las patillas de los músicos.

Quién aquí suscribe se retrata como seguidor de este estilo, al que nunca ha
hecho ascos. Pero, por poner un ejemplo, mientras BLIND GUARDIAN pese a repetir
en mayor o menor medida patrones saben cómo hacer que sus últimos discos no
dejen de resultar interesantes y anodinos, grupos como estos finlandeses cogen
las cuatro “reglas sagradas” del metal alemán y las plasman sobre las partituras
de la forma más planera posible. La verdad es que viendo algunas de las composiciones
de este disco uno se pregunta cómo un músico puede no sentirse alienado al ver
cuál ha sido el resultado de su obra.

Lo curioso es que los primeros compases del compacto pueden recordar a las
dos primeras obras de FALCONER, tanto por la voz como por el estilo de las melodías
de las guitarras, pero lo que podría ser un aliciente no tarda mucho en difuminarse
en una sensación de nadería e impersonalidad. Algunos temas aburridos y otros
mínimamente pasables provocan que al poco rato de iniciarse el disco nos desentendamos
de lo que suena por los bafles ante la abrumadora sensación de deja vu.

Los tonos del cantante Vesa Virtanen en temas como “The Next Call” suenan a
Kotipelto por los cuatro costados, aunque las reminiscencias neoclasicistas
de STRATOVARIUS (al mismo tiempo deudoras en cierto modo de los mástiles de
Yngwie Malmsteen) no lleguen a asomar la cabeza en ningún momento, para bien
o para mal. Asimismo, las virguerías de guitarra que adornan al corte en cuestion
llevan el sello de Luca Turilli estampado en azúcar y en clave de sweep picking.

Como sucede en estos casos, las canciones per se no adolecen de calidad y los
músicos que perpetran las joviales melodías de TWILIGHT GUARDIANS atesoran un
evidente dominio con sus respectivos instrumentos, pero una mandíbula robusta
no hace menos pulgoso al perro.

El cuarto tema, por ejemplo, causará urticaria a más de uno como consecuencia
de su jacarandoso estribillo. Eso sí, habrá a quien le parezca muy mono, pero
en realidad yerra en su objetivo de resultar emotivo y se queda en un “quiero
que no puedo” bastante sonrojante. Por lo demás, tras una serie de composiciones
que más o menos siguen la misma línea, nos encontramos con una versión del “Rocka
Rolla” de JUDAS PRIEST tan prescindible como los argumentos musicales de estos
finlandeses.

Pero bueno, al fin y al cabo la producción y el acabado de los temas son más
que dignos en cuanto a cumplimentar de sobra los mínimos de calidad objetivos
que se le exigen a una banda profesional, nivel al que muchas agrupaciones españolas
de similares características ni tan siquiera logran llegar. Por ello, les pongo
un 4, ya que, al fin y al cabo, hay un buen batallón de grupos por ahí pululando
que son capaces de llevarse ceros y unos con todas las de la ley. Hay unas cuantas
bandas peores que estos TWILIGHT GUARDIANS, pero todavía hay muchas más que
sin ser la gran panacea son mucho mejores. En fin, ¿dónde están GAMMA RAY cuando
se les necesita?