The Kyle Gass Band: Thundering Herd

Tratándose de Kyle Gass uno ya espera cachondeo y buen rollo, pero que esto no tape un disco completo, variado y a un puñado de muy buenos músicos que se divierten sin ataduras. El disco va de más a menos y abarca muchos palos. Fácil de escuchar, entretenido y con regusto final de bourbon y guitarras sureñas.

Kyle Gass es la mitad de Tenacious D y aparte disfruta de lo lindo con este proyecto que siempre cuenta con colaboraciones de lujo y composiciones muy loables. Proyecto iniciado en 2001 y que está en su mejor momento jugando con el hard rock pero sobretodo con el rock sureño que emana en todas las composiciones. Un disco muy guitarrero, buen humor y que rinde homenaje a los grandes del género pero que es capaz de aportar cosecha propia a la vez que no se encorseta y busca diferentes estilos expresivos. Los temas son directos y huyen de desarrollos largos en que los dotados instrumentistas del grupo demuestran habilidades y técnica sin perderle la cara a la canción.

Impresionante es lo de “Cakey”, todo un trallazo a medio camino entre el hard rock y el southern rock con unas guitarras que son puramente Allman Brothers. Excepcional composición que vas a escuchar una vez tras otra y que incluye un solo de flauta. Eléctrica y elegante es “Regetta” con un gran trabajo de guitarras por parte de Kyle y John Konesky. En “Bro Code” hay la cara acústica que tanto utilizaron Tenacious D en la banda sonora de la ya mítica película. “Hell or High” es eléctrica y dotada de coros, aunque son los silencios y otra vez las guitarras lo que destaca sobre esa reposada y contundente base rítmica. Producción espectacular para unos temas repletos de feeling que entran a las primeras de cambio. Destaca el reverb de la batería ochentera en “Bring Her Back Better” con otro solazo en fade out que te deja con ganas de que continúe. El espíritu de los Lynyrd Skynyrd está presente.

La segunda parte del disco abre miras e intenta abarcar diferentes estilos arriesgando con resultados dispares. Bajo de orientación funky en la divertida “Bone” hay espacio para que el fotógrafo Jason Keene le dé a las cuatro cuerdas. La combinación de voces entre Kyle y Mike Bray son quizá lo más atractivo del álbum junto a las sempieternas guitarras. “Uncle Jazz” es suave, con armónica y con deje a lo Barry White. Descoloca, pero atrae. Broma interna en “Mike Bray (Don’t Drink the Water” en un easy listening cadencioso, curioso, pero poco más. “Mamas Ma” vuelve a la clave blues con un Bray inspirado a las voces. Guitarras endurecidas y buena línea vocal. Pero es en “Gypsy Scroll Il Toot the Water” en la que consiguen un cruce precioso entre Gary Moore y Molly Hatchet. Juntamente con “Cakey” lo mejor del disco. “The Best We Could Do (In the Time Alloted)” muestra la cara festiva y desenfadada jugando con acústicas para terminar con batucada.

Tratándose de Kyle Gass uno ya espera cachondeo y buen rollo, pero que esto no tape un disco completo, variado y a un puñado de muy buenos músicos que se divierten sin ataduras. El disco va de más a menos y abarca muchos palos. Fácil de escuchar, entretenido y con regusto final de bourbon y guitarras sureñas. Es una lástima que su gira no se acercase por nuestras tierras porque estoy seguro que esta gente en sala puede llegar a enamorar. El nivel general de composición es muy alto, pero quizá les perjudique el intentar ir de cara al single y dejar de lado desarrollos e improvisaciones tan típicas del rock sureño.