Prácticamente desconocidos por éstos lares, FRONTLINE nacen en 1989 en una Alemania dominada por combos melódicos como BONFIRE, apuestas mucho mas adecuadas para el sector metalúrgico como RUNNING WILD y fenómenos de masas como SCORPIONS en su momento álgido. Una vez situados contextualmente, es evidente que el sonido de FRONTLINE no va a ser Thrash de Botswana. Esto es una mezcla entre los DARE mas inspirados, los fraseos de guitarra de DeGarmo en QUEENSRYCHE y unos BONFIRE en estado de gracia. Por ende, “The Seventh Sign” es un discazo como la copa de un pino.
Con el guitarra y teclista Robby Boebel al frente (antiguo miembro de TALON, allá por 1986), los alemanes se revelan como una de las bandas a las que seguir la pista mas de cerca en años venideros. Lo bordan en temas como “This Lie” (riffs puramente 80’s) o un “Take Me Higher” que podrían haber firmado tranquilamente los PINK CREAM 69 actuales con David Readman a las voces.
Instrumentalmente se trata de una banda muy corrientita, con un gran guitarrista como Boebel y un vocalista bastante versátil como Stephan Kaemmerer que, unidos a la cristalina producción del disco, consiguen un resultado mas que digno. Con suerte, alguien escuchará un temazo como “Where’s the Love” y los hará fichar por una compañía mas grande, pero ese es el escaso futuro que veo a esta banda. Lastima.





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