Hay que reconocer que pocas veces el concepto de un disco me pareció tan atractivo como en este caso. Los discos basados en un solo concepto tienen sus cosas buenas y sus cosas malas; la historia, y por lo tanto, el trabajo, pueden llegar a aburrir al oyente si música y letra no van acordes.

Pues bien, THRICE de repente se iluminaron y decidieron crear un cuádruple álbum donde el fuego, el agua, la tierra y el aire serían los protagonistas. La primera entrega constaría del fuego y el agua, y la segunda de la tierra y el viento. Puestos a pedir, hubiera impresionado más encontrar todo el concepto junto y no tener que esperar unos cuantos meses para completar una obra que promete, y mucho.

Quizá la parte más criticada por algunos de este cuarteto de Irvine sea la más admirada por parte de otros. En el mundo de la música está claro que la evolución es algo positivo; o al menos, valiente. Y Thrice lo ha hecho disco a disco, rompiendo los esquemas de quienes esperarían otra cosa de ellos. Sin ir más lejos pasó con su anterior obra, ‘Vheissu’, su única publicación por una multinacional que más tarde dio la espalda al grupo ante la obra que nos presentan ahora. 

Cada elemento representa un estilo, una nueva obra, pero todos bajo el sello y personalidad de la banda. El fuego resulta ser el más agresivo y pasional, dejando paso a composiciones más oscuras, lentas y atmosféricas en el tramo del agua. Y para lo que nos queda, y según ha avanzado el propio grupo, la tierra será más íntima y acústica, para juntar en el aire partes de los tres elementos anteriores. En definitiva, una gozada para disfrutar al completo. 

‘Firebreather’, encargada de abrir algo tan complejo como la historia que hay entre manos, es un comienzo agresivo, pero sosegado a la vez. Que nadie espere encontrar aquí muchas piezas como en sus comienzos, porque la evolución de Thrice, en su afán de no repetirse, es una constante. Quizá su guiño más claro al pasado sea ‘The Messenger’, corta, directa y desgarradora. ‘Backdraft’ y ‘The Arsonist’ mantienen viva la llama, buscando algo más de complejidad y melodía. Con ‘Burn The Fleet’, un tema mucho más calmado, podríamos pensar que la sombra del agua acabando con el fuego estaba próxima, pero es ‘The Flame Deluge’ quien se encarga de ello de una manera mucho más dramática, con unas atmósferas pesadísimas y un Dustin Kensrue agonizando en las voces. 

Como si de otro grupo se tratara, la parte del agua deja de lado esas guitarras potentes, ese afán de transmitir poder y agresividad. Por un momento a uno se le pueden pasar por la cabeza las composiciones más calmadas de Deftones, e incluso Team Sleep. ‘Digital Sea’ empieza una especie de travesía en medio del agua de lo más relajada. Estos temas se alargan más, apoyándose en adornos como si de gotas de agua se trataran, con una presencia total de los teclados. Ese viaje sigue con ‘Open Water’ y ‘Lost Continent’, y se podría decir que alcanzan su punto álgido en la instrumental ‘Night Diving’, el tema más largo de estos dos volúmenes. Es por ello que el final, con ‘The Whaler’ y ‘Kings Upon The Main’ quizá sepa a poco. En definitiva, una delicia poder ver con que facilidad un grupo puede variar su estilo manteniendo unas pautas y una personalidad. Con evoluciones como esta es con las que se demuestra que quien no

Varo (varo@themetalcircus.com)

Grupo:Thrice

Discográfica:The Alchemy Index Vol I&II

Puntuación:8.5

Canciones:

  1. Firebreather
  2. The Messenger
  3. Backdraft
  4. The Arsonist
  5. Burn the Fleet
  6. The Flame Deluge
  7. Digital Sea
  8. Open Water
  9. Lost Continent
  10. Night Diving
  11. The Whaler
  12. Kings Upon the Main

Año:2007