Stratovarius: Stratovarius
Aún recuerdo el dia en que ví la foto de STRATOVARIUS minutos después de haber
firmado un fastuoso contrato por tres millones de euros con la compañía británica
Sanctuary. La banda parecía feliz, aunque habia rumores que apuntaban que Timo
Kotipelto y Timo Tolkki solo se hablaban a través de abogados y cosas por el
estilo. Las cosas no tardaron en venirse abajo: la locura transitoria de Tolkki,
la pelea entre Jörg Michael y algún otro miembro de la banda que no recuerdo
en este momento, las noticias esquizoides que Tolkki provocaba cada dia en internet,
la entrada de Miss K, los paquetes llenos de mierda recibidos desde Brasil y
dedicados a la nueva vocalista, el concierto del Atarfe, la agresión en Granada,
el internamiento de Tolkki en un hospital…y luego, la nada.
Pasaron meses y meses hasta que se comenzó a evidenciar cierta intención de
arreglar las cosas por parte de los miembros de la banda. Cuando me encontré
con Jörg Michael en el estudio británico donde había estado grabando el nuevo
disco de SAXON en Junio de 2004, poco después de la ruptura de la banda, Michael
no quería ni hablar de la banda. Solo me comentó que las cosas se irían arreglando
poco a poco y que de momento, había mucho trabajo por hacer a nivel de cerrar
heridas entre los miembros de la banda. Y un año y pico después, finalmente
aparece el producto resultante de todo ese ciclo confuso: “Stratovarius”, el
disco homónimo de una de las tres bandas más populares que ha dado Finlandia,
junto a HIM y NIGHTWISH.
¿Cómo suena el resultado? Atípico. Nada de los STRATOVARIUS de antaño, salvo
en lo básico. No hay ningún himno powermetalino, ni doble bombo machacón, ni
orquestaciones grandilocuentes en temas de ocho minutos… El tema más largo
dura 7:12 y las orquestaciones brillan por su ausencia. STRATOVARIUS han sufrido
un proceso de maduración bastante brusco que les ha llevado de ser una banda
de power metal al uso que canta sobre renos, pececitos y cosas bonitas a ser
una banda de tipos creciditos que hablan de sus problemas personales en las
letras del disco.
No hay nada como la perspectiva a la hora de analizar las cosas. Mientras que
en el año 2000 STRATOVARIUS eran “lo más” con la edición de “Infinite”, ahora
muchos de sus antiguos fans les acusan de hacer un mal disco. Se que es duro,
pero no deberíamos aceptar que las bandas tienen todo el derecho del mundo a
cambiar y metamorfosearse como quieran? Es el consumidor quien decide si compra
el producto que ofrecen o no, pero en ningún momento deben creerse con ninguna
clase de derecho a dirigir las actividades musicales de una banda que, ciertamente,
no debe nada a nadie. Si STRATOVARIUS llegaron a lo más alto fue a fuerza de
patearse montones de países en interminables giras y de grabar una tonelada
de discos inspiradisimos a mediados-finales de los 90.
Si uno es capaz de dejar de lado la idea de que en este disco no va a haber
un nuevo “Hunting high And Low” o un nuevo “Eagleheart”, es posible disfrutar
mucho de este disco. Además, seamos sinceros, el planteamiento anterior de la
banda llegaba a hacerse cansino: tema happy para chicos de 17 años seguidores
del power metal, seguido de épica magistral sobre la aurora boreal o algún tema
similar que supera los 8 minutos, para proseguir más tarde con un tema hiperrápido
a lo “Speed Of Light”, y más tarde una baladita donde, por fin, Timo Kotipelto
bajaba tres octavas y comenzaba a dejar de cantar en ultrasonidos. Y así fue,
más o menos, con “Infinite”, “Elements” y “Elements Part II”. Bendita ruptura
provisional de la banda que, al menos, ha aportado una variedad necesaria en
el sonido de la banda.
“Stratovarius” da comienzo con un tema que está planteado, me temo, como una
declaración de principios: “Maniac Dance”. El tema relata los últimos dos años
para la banda, con profusión de referencias a los problemas internos sufridos.
Acertadamente, la elección del tema como single debe haber sido el mejor elemento
para reconectar con los fans agobiados por el ridículo mediatico que protagonizó
Timo Tolkki en el 2004. Sirva el tema como introducción a un disco que depara
unas cuantas sorpresas, entre ellas la oda chovinística “The Land Of Ice And
Snow”, dedicada a su tierra natal, aunque es simpemente un tema anecdótico en
el contexto del disco. Los platos fuertes son “Fight”, con un estribillo que
probablemente es de lo mejor del disco. Por primera vez en bastante tiempo,
Kotipelto canta en su rango natural, tras experimentos como el de “Find Your
Own Voice”, donde el excelente vocalista parecía más un gato al que le estan
pisando el rabo que otra cosa. Por eso, “Stratovarius” es un triunfo (o deberia
serlo): finalmente los fineses han conseguido demostrar que son capaces de servirse
de otras tesituras musicales y no quedarse estancados.
Siguiendo con el contenido del disco, y sin dobles bombos de por medio, encontramos
temas como “Back To Madness”, donde Tolkki interpreta un riff algo lineal que
sirve para que Jörg Michael muestre sus capacidades como batería simple y llano,
en lugar de “batería-pulpo” con veinte brazos. Eso si, el final del tema y la
ristra de preguntas existenciales que plantea la voz de un narrador son algo
esquizoides… Aunque no tanto como la idea inicial que Tolkki tenía para “Götterdämmerung
– Zenith Of Power”, que, si recordáis, era la de incluir un discurso de Hitler
en la grabación. Finalmente, la discográfica actuó contra ello con cierto sentido
común y el tema sirve para que la banda exprese un buen montón de mala leche
que deben haber acumulado en estos dos años.
Finalmente, encontramos canciones como “Gypsy In Me” o “Leave The Tribe”. La
primera es STRATOVARIUS de toda la vida, pero sin tantos toques progresivos
y ciertamente, mas cercano a la primera época de la banda. La segunda, es otro
medio tiempo de estribillo melódico que guarda cierta relación con temas de
“Infinite” en cuanto a progresiones de acordes y estructura del tema en general.
También aquí aparecen algunos coros grandilocuentes, pero que se revelan como
puramente anecdóticos en comparación con lo que solían ser las orquestaciones
en un disco de la banda.
Para los no iniciados en la banda, el disco entrará con tres o cuatro escuchas.
Para los fans de toda la vida, será un disco algo duro de asimilar, especialmente
si consideramos que se trata de un alejamiento de la fórmula que les hizo tan
populares en los últimos diez años. Pero todo es cuestión de acostumbrarse.
Las personas crecen, y dudo que Timo Tolkki tenga la cabeza como para ponerse
a hacer himnos a la naturaleza a estas alturas.
Sergi Ramos
Grupo:Stratovarius
Discográfica:Sanctuary / K Industria
Puntuación:8
Canciones:
- Maniac Dance
- Fight
- Just Carry On
- Back To Madness
- Gypsy In Me
- Götterdämmerung (Zenith Of Power)
- The Land Of Ice And Snow
- Leave The Tribe
- United
Año:2005
Votación de los lectores:7.02326
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