Steelheart: Steelheart
La historia de STEELHEART es, básicamente, la historia de muchas de las bandas
que aparecieron en Los Angeles a finales de los años 80. Salvando las distancias
propias que genera cada caso, hablar de STEELHEART es retratar a muchos de
los grupos que, en una época abiertamente prolífica para el Hard Rock, intentaban
ser estrellas, conseguir un contrato discográfico, girar por todo el mundo,
rozar el cielo con la punta de sus dedos. Y todos, por unas circunstancias
o por otras, acabaron en el olvido, con sólo una pequeña legión de unos pocos
miles de fans en todo el mundo que siguen idolatrando su talento.
Michael Matijevic dejó sus estudios de ingeniería mecánica tras un par de
años al darse cuenta de que él debía ser un vocalista con todas las de la ley.
La suerte quiso que el dueño de unos estudios de grabación le presentara a
Chris Risola y James Ward, con quienes formó un combo bautizado como RED ALERT.
Las cosas progresaron rápidamente y la formación pasó a incluir al batería
John Fowler y al guitarra rítmico Frank DiCostanzo. La formación clásica de
STEELHEART ya estaba en marcha y con la ilusión como único acompañante, se
marcharon desde su tierra natal hasta Los Angeles en busca de un futuro que
les llegó en muy poco tiempo. La banda firmó un contrato con la multinacional
MCA y grabaron el disco que nos ocupa, “Steelheart”, en cuestión de unos pocos
meses.
Registrado en los Oceanway Studios de Los Angeles y en los Master Control
de Burbank, “Steelheart” es el testamento sonoro de una formación que apenas
pudo durar un par de discos más debido a las circunstancias y al modo en que
la mala suerte decidió cebarse con el vocalista Matijevic. Pero en 1989 todo
eran ganas e ilusión y eso es algo perceptible en las pistas de éste primer
disco. Diez canciones que se pueden encuadrar facilmente bajo la archiutilizada
etiqueta del “hard rock ochentero”, con una producción perfecta y un sonido
que atruena, sobretodo en lo que a guitarras y batería se refiere.
El disco comienza con “Love Ain’t Easy”, uno de los primeros himnos de la
banda. Las guitarras de Chris Risola y Frank Di Costanzo son un muro que solo
puede penetrar la aguda voz de Michael Matijevic, probablemente uno de los
tipos con el registro más agudo del mundo. La única diferencia es que la voz
de Matijevic suena natural, en una época en la que tipos como Jim Gillette
de NITRO afirmaban poder romper vasos alcanzando ciertas frecuencias con su
voz. Matijevic no abusa de los agudos, aunque los utiliza con frecuencia en
momentos clave de cada canción. En la siguiente, “Can’t Stop Me Lovin’ You” o
en “Like Never Before”, el vocalista de origen croata se luce especialmente.
Menudo timbre, menuda manera de clavar las notas!
El trabajo del batería John Fowler en todo el disco es impresionante. Sin
ser un Scott Rockenfield ni nada por el estilo, Fowler golpea de manera atronadora
su instrumento en todos los temas. Incluso encuentra espacio para demostrar
su velocidad al final de “Can’t Stop Me Lovin’ You”, mientras la banda aguanta
la última nota antes de acabar el tema.
Entre las baladas del disco, encontramos “I’ll Never Let You Go”, una de las
más preciosas canciones lentas del Heavy Metal. Así mismo, “She’s Gone” es
lo más lacrimógeno del disco, con colaboración de Jai Winding como pianista
en todo el tema. Imagino que el tema iría destinado a alguna ex –novia del
vocalista, porque no fue hasta 1996 que su madre murió tras una larga y dolorosa
batalla con la leucemia. Sea como sea, la interpretación de Matijevic en todo
el tema es emocionante y la manera en que la letra implora perdón a quienquiera
que vaya dedicado el tema es desesperadamente creíble.
El disco está completado por un par de himnos de hard rock ochentero como
son “Down N’ Dirty” y “Gimme Gimme”, además de un blues metalizado llamado “Sheila”. Por último, “Everybody
Loves Eileen” recuerda a bandas como HELIX por momentos, mientras que “Rock
N’ Roll (I Just Wanna)” es una rápida manera de decirle a todo el mundo que
lo único que importa en éste mundo es tocar la guitarra con un par de chatis
a tu lado y un coche rápido con mucha gasolina. El riff recuerda vagamente
al “Rockin’ Every Night” de GARY MOORE.
Posteriormente, STEELHEART editaron un segundo disco con la misma formación,
el archiconocido “Tangled in Reins”. La banda procedió a girar con GREAT WHITE
y más tarde, durante un concierto como teloneros de SLAUGHTER, Matijevic tuvo
la brillante idea de subir por una estructura del escenario que –por lo visto-
no estaba bien fijada. Matijevic cayó al suelo y encima de el cayó una pesada
estructura metálica que estuvo a punto de matarlo. Tras tres años de recuperación,
Matijevic fue capaz de recuperar la mayor parte de su memoria y de reprogramar
su mente. En 1996 editó un tercer disco llamado “Wait” y posteriormente puso
voz a algunos de los temas de la película “Rock Star”, entre ellos “We All
Die Young”. Lo último que se sabe de Matijevic es que probó como vocalista
para VELVET REVOLVER. Tras ello, la tierra parece haberselo tragado de nuevo,
aunque él afirma seguir trabajando en su nuevo disco de estudio.
Pese a que “Tangled In Reins” sea muy superior a éste primer disco en lo que
a canciones se refiere, la ilusión y potencia que captura esta primera entrega
son únicas. Un buen disco para escuchar un sábado por la noche antes de irse
de fiesta!
Sergi Ramos
Grupo:Steelheart
Discográfica:MCA
Puntuación:8
Canciones:
- Love Ain’t Easy
- Can’t Stop Me Lovin’ You
- Like Never Before
- I’ll Never Let You Go
- Everybody Loves Eileen
- Sheila
- Gimme Gimme
- Rock N’ Roll (I Just Wanna)
- She’s Gone
- Down N’ Dirty
Año:2006
Votación de los lectores:8.125
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