Metallica: ST. ANGER

Es harto dificil intentar hacer una reseña del nuevo disco de METALLICA en
tiempos actuales. La única manera es proceder a un desmesurado escapismo de
la influencia mediática que hay desde METALLICA a los medios y viceversa. Solo
de esa manera la reseña puede ser medianamente fiel al contenido del disco y
totalmente justa. De cualquier manera, diga lo que diga, es obvio que habrá
gente a mi favor y gente en contra de mis opiniones.

METALLICA han iniciado una carrer hacia ninguna parte con “St.Anger”. Para
algunos debe ser una escapada hacia delante, una evolución natural ante el acomodamiento
musical que les proporcionó “Load” y “Reload”. Para otros es un intento de volver
a tras, a sus raíces, a la rabia pura y dura que motivo sus cuatro primeros
discos. Yo me situaría en tierra de nadie, por aquello de la prudencia. METALLICA
estan haciendo lo que les debe haber pedido el cuerpo, simple y llanamente.
Dudo mucho que “St.Anger” haya sido gestado premeditadamente en la cabeza de
James Hetfield y Lars Ulrich. Ambos tienen el suficiente dinero como para no
tener que demostrar nada a nadie, y si se han destapado con un disco tan bruto
y tan primitivo como éste, no puede ser por ninguna otra razón excepto que querían
hacerlo de veras.

Partiendo de ese planteamiento, es posible analizar “St.Anger” desde un prisma
objetivo. La culpa de que la batería de Lars Ulrich suene a lata no es de la
industria discográfica, sino del propio Ulrich. El ha querido que suene así,
como podría haber querido que sonara como una caja de zapatos herméticamente
cerrada. El puede hacer lo que le apetezca, por tanto lo hace. No quiero decir
necesariamente que “Load” y “Reload” no fueran los discos que METALLICA querían
hacer. Ellos son sus propios dueños y señores, y esos discos eran probablemente
lo que deseaban hacer en ese momento. Y para no haberles gustado a nadie, tuvieron
unas cifras de ventas que en el caso de “Load” superaron los 5 millones de copias
en USA. Curioso. Por ello, escuchando este “St.Anger” que teoricamente no ha
gustado a nadie, me dan escalofríos pensando las ventas que puede alcanzar.

El disco se incia con “Frantic”, pura rabia contenida y junto con “St.Anger”,
los dos mejores temas del disco, o como mínimo, los que mejor entran de buenas
a primeras. El punto de partida es precisamente ese: éste disco no entra a la
primera. Ni a la segunda. Ni a la tercera. Hay que darle tiempo, asimilarlo.
Para escuchar la letra de “Frantic” debes ponerte en la piel de Hetfield mientras
estaba en una clínica de rehabilitación para sus varias adicciones. De todas
formas, no serás el unico que cree que la parte en que Hetfield canta “Frantic-tic-tic-tic-tic-tic-toc”
es ciertamente algo ridícula.

Me he escuchado el disco un par de decenas de veces, y sigo tardando en acostumbrarme
al grueso riff de “Some Kind Of Monster”, mientras que la absurda rima de Hetfield
en “Dirty Window” (protector, infector, rejector, bla,bla,bla) parece mas propia
de un ejercicio de ortografía de parvulos. De todos modos, sigo sin enteder
como en algunos temas la batería suena medianamente decente (“Frantic”) y en
otros (“Invisible Kid”) suena increíblemente ahogada por el resto de instrumentos.
Una cosa es que no se haya sobreproducido el disco, otra cosa es que bob Rock
haya estado unicamente de manera testimonial en las grabaciones, porque ciertamente
esa es la impresión que a uno le queda. De todas formas “Invisible Kid” es inclasificable.
No suena a METALLICA, sino que parece mas propia de un grupo de Nu-metal maquetero.

METALLICA vuelven a hacer algo ligeramente decente con “My World”, bastante
mas digerible que los temas previos, pero sencillamente todos ellos son inaguantables
por su duración. Quizá la idea ha sido hacer un disco extra-largo para que merezca
la pena gastarse el dinero en él, pero es que el efecto ha sido contraproducente.
Los temas son tan largos que aburren, con la banda dandole vueltas y poniendo
del revés y cabeza abajo el mismo riff en un intento de darle vidilla adicional
a las canciones pero que sin embargo, acaba restandoles la poca que tienen.

“Shoot Me Again” sonará a cualquier grupo depresivo de Nu-metal lo mires por
donde lo mires, sobretodo en lo que se refiere a las melodías vocales de Hetfield.
Avanzas una pista mas y te encuentras con “Sweet Amber”, con riff stoner, y
melodías que recuerdan al tema título del disco por momentos. No es un mal tema,
pero obviamente sigue sin tener nada que ver con METALLICA. “The Unnamed Feeling”
es un tema estúpidamente denso y de largo, el que peor suena de todos (como
cuando una cinta de cassette comienza a engancharse en los rodillos de tu reproductor)
y que te aburrirá hasta la somnolencia, excepto en los momentos mas sentidos
de Hetfield, que te traerán recuerdos de épocas mejores por unos segundos. Llegando
al final encontramos “Purify”, de nuevo desmesuradamente catastrofista en sus
melodías y deprimente por momentos. Lo mismo para el pesadísimo “All Within
My Hands”, excepto en las partes aceleradas que le dan un poco de sentido a
que este disco lleve el nombre de METALLICA.

Me estaré jugando la cabeza, pero este disco, a excepción de sus dos primeros
temas, es inescuchable. Nadie en su sano juicio podrá llegar al tema 7 sin tomarse
un descanso previo antes de arremeter con el resto del disco. Les ha salido
el tiro por la culata. De los 70 y tantos minutos del disco, no hay mas de 12
escuchables. Probablemente esto no significa el fin de METALLICA, pero comienza
a evidenciar que deben replantearse seriamente su carrera desde el punto de
vista discográfico. En directo todos sabemos que no tienen rival. Pero, dejo
la pregunta en el aire, ¿merece la pena que METALLICA sigan haciendo discos?
Yo creo que no.