Darkkam: Raíces de la noche

Grata sorpresa la que nos llega desde León, esta relativamente nueva agrupación apunta realmente alto pues, para ser un disco debut, está un peldaño por encima de lo que suele ser habitual en estas tierras. Ya no sólo es por gozar de una buena producción sino porque las composiciones gustarán a los que busquen una banda de heavy metal nacional con cara y ojos, capaces de lucirse con sus instrumentos y con un cantante que no busque agudos imposibles sin posibilidad de llegar a ninguna parte. Muchos intentos de bandas similares han llegado a esta redacción, y algunos de ellos con músicos más que reputados en la escena nacional, pero siempre es mejor obviar nombres pues se quedaron en el camino. Para hacer una aproximación a su sonido… serían comparables, por ejemplo, a unos Avalanch época Víctor García con mucha más presencia de teclado y con más influencia 80era.

El caso es que este sexteto han facturado una notable obra cuidada al detalle. Se agradece cuando un grupo sabe encontrarle el punto a los temas y no satura de teclado y coros hasta límites bochornosos. La temática de las letras es recurrente y algo tópica pero es lo que conlleva el estilo musical, que va desde el heavy clásico, pasa por algunos momentos progresivos y hasta apunta a las influencias alemanas y centroeuropeas. Brilla especialmente Dini a las voces, un cantante ideal para el estilo, capaz de lucirse y llegar a agudos espectaculares de manera natural. La labor de Tuto en las teclas es constante y efectiva adornando y dando calidad al disco sin resultar barroco ni cargante.

“Tiempos de paz” es un ejemplo de lo explicado hasta este punto, buena composición con un inicio que puede recordar a Medina Azahara para luego indagar en terrenos más netamente heavies clásicos acompañados por unos pasajes instrumentales en que las guitarras se lucen en riffs y solos. Los adornos de teclado se complementan con algún que otro efecto sonoro. Sinfónica en su inicio resulta “Tu reflejo está en el mar”, dotada de buen estribillo y cambios de ritmo que nunca quedan forzados. “Lágrimas de ángel” es una balada correcta a acústica y teclado que se va animando, pero personalmente les prefiero en tiempos más rápidos. Si hay que destacar algún corte quizá sería esa intro que recuerda a las de King Diamond, la final y extensa “Falso Dios” en la que se despachan a gusto con sus habilidades en los instrumentos y la inicial “Pesadilla”, probablemente su futuro himno y la canción tipo que engloba todas las posibilidades con las que juega el grupo, que no son pocas. Tampoco olvidemos a “Senda por andar” que consolida un inicio de disco deslumbrante, desgraciadamente la segunda parte no llega a mantener lo conseguido en los primeros cuatro cortes.

Con un inicio tan prometedor sería una lástima que la banda no pudiera promocionarse con “teloneos” o festivales, pues si mantienen el nivel de estudio sobre las tablas pueden ganarse muchos fans. Hace tiempo que no despega ninguna banda novel de heavy metal clásico en castellano y Drakkam podrían presentarse como firmes aspirantes. Si con el segundo disco consiguen un par de canciones que “peguen de verdad”, no tiran tanto de tópicos (portada incluida) y pulen un par de fluctuaciones de intensidad en el sonido del disco podrán pasar a otro nivel.