Place Vendome: Place Vendome

No creo que sea para tanto. Demasiados rios de tinta han corrido en los foros
acerca del nuevo proyecto de Michael Kiske, PLACE VENDOME. La realidad es que
solo es eso: un proyecto. Dudo muchísimo que se edite un segundo disco de la
banda y doy por hecho que esto es solo una maniobra más del sello italiano Frontiers
para crear un “line-up ideal” y vender unos cuantos miles de discos, algo totalmente
legítimo, claro. Es más, la decisión de coger al señor Michael Kiske y darle
algunos temas de Hard azucarado para que cante y no se aburra en casa es plenamente
acertada. Después de lo de SUPARED a muchos nos quedó un amargo regustillo a
decepción y ciertamente PLACE VENDOME sirve para eliminarlo, aunque hayan pasado
dos años y medio desde entonces.

La estrategia de Frontiers es clara: escogen temas, músicos y nombre y venden
discos en función a ello. PLACE VENDOME no tiene demasiada pinta de ser una
banda y es más, dudo que Gunter Werno, Michael Kiske y Dennis Ward se hayan
visto las caras en un mismo estudio. Algo similar al caso de STARBREAKER, vamos.
Vocalista reconocidillo, instrumentistas de calidad aunque de precio no demasiado
elevado y un buen montón de buenos temas de rock melódico. Aunque, mientras
que STARBREAKER era más Hard, PLACE VENDOME es más Rock. Y si me apuran ustedes,
más AOR.

Excluyendo el primer tema, “Cross The Line”, el resto del disco es puro AOR.
Está claro que esa debió ser una de las razones por las que Kiske escogió cantar
en el disco. Después de todas sus declaraciones contra el Heavy Metal, si las
guitarras hubieran sido demasiado chillonas creo que el hombre se habría ido
corriendo. Pero como es lógico, sin actuar en directo y editando un disco en
solitario cada trescientos años, es normal que Kiske deba ganarse algo de dinero
aquí y allá para mantenerse, mas allá de los derechos y royalties de los “Keepers”.
De hecho, me parece curioso que PLACE VENDOME salga a la venta poco antes de
que se ponga en circulación el nuevo single y disco de HELLOWEEN. Especulando,
uno puede imaginar que PLACE VENDOME es un primer acercamiento de Kiske al mundo
del rock tras unos años que quizá podría llevar a otros terrenos (aunque la
reunión de HELLOWEEN parece muy lejana en el horizonte), pero la especulación
es solo eso: imaginaciones y teorizaciones que de bien poco sirven si la realidad
no se ajusta a lo esperado.

Si SUPARED fue, visto con la perspectiva del tiempo, un engaño como una casa
(la campaña promocional previa debió de ser una de las grandes mentiras del
rock: que si Kiske volvía al Metal, que si el disco sonaba a HELLOWEEN, y etc…
marketing, señores, marketing….), PLACE VENDOME es un bonito espejismo de
diez temas que sirve para recuperar una de las mejores voces del Heavy Metal
ochentero. Kiske da la talla, sin duda. Las canciones parecen hechas a su medida
y en rara ocasión sube a registros estratosféricos, sino que más bien se centra
en tonos medios y melodías preciosas. Canciones como “Too Late” o “The Setting
Sun” nos muestran a un Kiske de voz madura en un contexto melódico y detallista
que, sin duda, le favorece más que si un par de desconocidos se pusieran a doblar
guitarras a diestro y siniestro mientras canta.

Kiske admite que el no tuvo demasiado que ver en la mezcla del disco y que
le sorprende que haya tantas guitarras en temas como “Cross The Line” (aunque
éste sería la excepción del disco) o el que da título al disco. Evidentemente,
la compañía sabía con qué cartas jugaba y aunque Kiske haya sido criticado por
volver a hacer algo de rock cuando dijo que nunca más volvería al pasado o declaraciones
similares, lo cierto es que debemos estar contentos de seguir contando con la
voz de Michael en discos como éste. Estoy seguro de que si no hiciera nada y
se dedicara a quemar contenedores con sus amigos por Hamburgo o a leer libros
de Vázquez Montalbán , también se le criticaría. Imagino que cuando la leyenda
es más grande que el personaje, ese tipo de cosas pasan.

Si uno es capaz de olvidarse de que Kiske no va a volver a HELLOWEEN a corto-medio
plazo, es posible disfrutar de un disco que da muchas vueltas alrededor de SUPARED.
Los buenos temas abundan, el estilo es un AOR descafeinado –pero adictivo- que
sirve para encontrar nuevos matices en la voz del alemán (escuchad “Right Here”),
y a fin de cuentas, la formación que hace posible el disco es de lujo. Viendolo
de esta manera, ¿a quien le importa que todo esto sea un proyecto prefabricado
en vez de una banda real?