Partiendo de un concepto poco común entre las bandas de su estilo, Linkin Park decidieron titular a su disco en base al ‘Doomsday Clock’, o reloj del Apocalipsis. Resumiendo su historia, es la esfera de un reloj creado tras la segunda guerra mundial y situado en un campus universitario de Chicago, donde la aguja de la hora ha permanecido siempre fija en las doce, y el minutero varía según los conflictos nucleares que reinan en el mundo para reflejar la relativa cercanía del fin de los días. En 1953, en los primeros años de La Guerra Fría, el minutero se colocó a dos minutos de las doce, siendo el momento más cercano en sus más de cincuenta años de historia, y diez movimientos del mismo.

La verdad es que poco se entiende entonces la denominación de este disco con un título tan llamativo y directo. Porque este trabajo no encierra ningún trabajo conceptual, ni temas agresivos cercanos al fin del mundo ni nada parecido. Sino todo lo contrario: una serie de temas bastante poco llamativos y que llegan a aburrir por su vertiente poppie. Linkin Park han dejado atrás sus composiciones dinámicas y sencillas donde Chester Benington y Mike Shinoda jugueteaban con sus voces, para intentar ser una banda distinta, más madura, alejada del sonido comercial de sus dos primeras obras, donde mezclaban rap y rock casi a partes iguales, para mostrarse más maduros. Y es que no lo olvidemos, la mayor parte de ellos está alrededor de los treinta años; y para bien o para mal, la edad tiene que pesar.

No es que el abandono de su sonido primitivo les haya alejado de lo comercial, sino que los ha acercado más. Composiciones frías, carentes de emoción en algún caso, que bien podrían ser obra de un grupo de pop al uso que vende millones en un país como EEUU sin ser ninguna maravilla. Pocas son las canciones que no impulsan a dar a siguiente en tu reproductor para pasar de tema. El single ‘What I’ve Done’ sería una de ellas, a pesar de su simpleza. Las otras serían ‘No More Sorrow’, bastante contundente, recuperando la parte agresiva de la banda, y ‘Given Up’, de ritmo medianamente acelerado, y con una pequeña intro de palmas (¿por qué se ha puesto esto de moda?). Del resto, pocas cosas salvables. Mike Shinoda está desaparecido en combate en casi todo el disco, y para un momento de gloria que se le intenta dar, en ‘Hands Held High’, parece una balada-nana rapeada sacada de un video de la Mtv. Al menos da la talla volviendo a los dúos en ‘Bleeding Out’ en un tema que deja ganas de más.

Tanto bombo y platillo se había dado a la incorporación de Rick Rubin como productor a la banda, que se esperaba algo tremendamente distinto. Y así ha sido, pero no de la manera esperada. Bien es sabido su gran trabajo con grupos de todo tipo y estilo; también era sabido que LP querían conseguir con él algo distinto a lo hecho anteriormente. Esperemos que su trabajo con Metallica no sea tan decepcionante.

Solo queda saber como es recibido un disco tan monótono, y como llevan a directo unos temas tan tranquilos. Un dato: en las recientes AOL Sessions interpretaron los temas que salvo en esta crítica. Y es que el resto puede que sea un riesgo llevarlos a cabo sobre un escenario…

 

Varo

Grupo:Linkin Park

Discográfica:Warner

Puntuación:4.5

Canciones:

  1. Wake
  2. Given Up
  3. Leave Out All The Rest
  4. Bleed It Out
  5. Shadow Of The Day
  6. What I’ve Done
  7. Hands Held High
  8. No More Sorrow
  9. Valentine’s Day
  10. In Between
  11. In Pieces
  12. The Little Things That Gave You Away

Año:2007