Se están haciendo grandes a pasos agigantados. Disco a disco, Estirpe luchan
para afianzarse entre los grandes del rock cantado en castellano, y si siguen
por esta línea no les costará mantener el prestigio o aumentarlo. Con este “Inventarse
el mundo” la banda cordobesa muestra su sonido más sólido y unas composiciones
trabajadas y bien pensadas de antemano. Atrás quedaron las influencias pseudo
heavies de su debut “Ídolos de papel” y los desvaríos psicodélicos de “Víctimas
del mismo sol”. Por tópico que suene, es la madurez la que domina las canciones
de este CD, ofreciendo de ese modo un estilo más uniforme entre ellas. Eso
no quiere decir, de todas formas, que no se intercalen vaciladas e idas de
olla entre guitarrazo y guitarrazo, porque a fin de cuentas son Estirpe, y
su seña de identidad siempre ha sido el no ponerse barreras.

Injustamente al combo de Córdoba se le ha englobado alguna que otra vez en
ese cajón de sastre que es el nu metal. Y digo de forma injusta porque en primer
lugar hay que saber lo que se quiere decir cuando se nombra este estilo, que
no es ni mucho menos uniforme (¿qué tendrán que ver System of a Down con Slipknot
o Kid Rock?). Por otra parte, Estirpe se alejan de lo que convencionalmente
se relaciona con el nu, esto es, Korn, Linkin Park, Limp Bizkit y demás grupos
de la farándula metalera. Puede que en ocasiones ciertos detalles se asemejen
(algún ritmo de batería, alguna programación o scratch anecdótico…), pero
se puede decir a grandes rasgos que son un grupo de rock con personalidad.
Y basta de etiquetas desquiciantes.

El disco comienza con un arpegio suave en limpio, que precede al primer trallazo, ‘Vértigo’.
La melodía vocal de la canción, tanto en las estrofas y como en el estribillo,
engancha a la primera y Miguel Ángel Mart, (o sea, Martínez como su padre),
canta estupendamente. La producción desde un principio suena contudente, mucho
mejor que en anteriores trabajos y con cada instrumento en su justo lugar,
y hace que las canciones ganen enteros. Igual enganche o más tiene el siguiente
corte, “El color de mi voz”, donde los teclados hacen un interesante contrapunto
a la melodía de guitarra y bajo. Además Miguel Ángel se atreve por primera
vez en el disco a rasgar brutalmente la voz, demostrando su variedad de registros.

Su canción más apta para las radiofórmulas es “América”, de la que además
se incluye un videoclip a modo de bonus. Con un estribillo algo edulcorado
aunque igualmente pegadizo, se mantiene el buen nivel del disco mientras maldicen
lo que EE.UU. es y ha sido desde su fundación. Llegado a este punto me vais
a permitir una reflexión: ¿no os parece que criticar a los Estados Juntitos
se ha convertido casi en una moda o en una obligación moral para algunas personas?
Más lejos aún: ¿no creéis también que nuestra sociedad se parece a la americana
más de lo que pensamos o queremos y cada vez más, y que algunas veces se tiende
a mirar la paja en el ojo ajeno? Son impresiones que se me vienen a la cabeza
así, a bote pronto. En cualquier caso estoy de acuerdo con el espíritu de la
letra, y es que el llamado sueño americano es una patraña basada en la ley
del más fuerte, y si no que se lo pregunten a los afganos, por ejemplo.

Dejando de lado reflexiones político-filosóficas, nos encontramos en el cuarto
corte del disco con una preciosa balada titulada “Mundo sin fe”, en la que
se ve que estos Estirpe son capaces de alcanzar unas metas compositivas que
antes sólo se intuían. Mucho sentimiento y un fenomenal trabajo a la voz, incluyendo
falsetes muy efectivos, para uno de los temazos de este disco. Otra balada
muy lograda es “Llámalo perdón”, con la que se confirma el buen hacer del dúo
Martínez-Estévez a la hora de componer temas lentos.

La cima del disco se alcanza, para mi gusto, con “Saber esperar”, una canción
genial con un uso inteligente de samplers y teclados, que tienen un especial
peso en el estribillo, muy a lo WITHIN TEMPTATION. Es un corte que lo tiene
casi todo: estructura original, estribillo pegadizo, buenas bases de bajo,
variedad de registros vocales y las típicas locuras propias de Estirpe. Magnífico.

Para los fans de HAMLET que perdieron la fe con su último disco, “Syberia”,
hay que decir que J. Molly vuelve a berrear como en los viejos tiempos, en
el tema “Más azul”. Quien tuvo, retuvo, y el voceras demuestra quién es el
rey del hardcore cantado en castellano. Aún así, Miguel Ángel Martínez no se
queda atrás y acompaña dignamente los gritos del veterano cantante.

También es destacable el trabajo de Sendra con las fotografías del libreto,
relacionadas todas con las letras del disco de un modo metafórico y sugerente.
En general es un disco muy cuidado, con su pista interactiva, videoclip y bonus
track. Merece una escucha tanto si uno es seguidor de Estirpe como si no lo
es. No todo en Andalucía iba a ser… Medina Azahara, ¿no?

Pablo García Caño

Grupo:Estirpe

Discográfica:La Incubadora / Universal

Puntuación:8.75

Canciones:

    1. Vértigo
    2. El color de mi voz
    3. América
    4. Mundo sin fe
    5. Mi revolución
    6. Ven a respirar
    7. Saber esperar
    8. Más azul
    9. Llámalo perdón
    10. Los diez sentimientos
    11. Un esfuerzo más
    12. Lévame
    13. Almas de cristal (Bonus track)

Año:2006

Votación de los lectores:6.9