A todos nos consta que la fórmula de MAGO DE OZ en los últimos años se estaba volviendo tan perversamente obvia que la banda estaba comenzando a ser odiada a niveles intergalácticos. Y es que hay un número finito de veces en los cuales uno puede copiar “Fiesta Pagana” sin sentirse como una cebolla cruda que repite y vuelve a repetir. MAGO DE OZ comenzaban a ser cebolla cruda, tras una época absolutamente mágica en la que reescribieron el libro del rock y metal en nuestro país. Porque nunca hay que olvidar que MAGO DE OZ abrieron los ojos a toda una generación de jóvenes rockeros gracias a melodías pegadizas y letras con las que uno podía identificarse fácilmente sin necesidad de un diccionario. Y aunque uno puede criticar al grupo todo lo que quiera (Txus es un batería pésimo, sus letras son pedantes, el violín cansa, son unos macarras, blablablabla…ad infinitum) no se puede dejar de reconocer que la influencia de MAGO DE OZ en la escena rock de nuestro país entre 1998 y 2006 fue enorme. Ese es su legado a priori, pero la banda no iba a quedarse en un simple legado que alguien pueda mencionar dentro de unos años como “los viejos buenos tiempos de MAGO DE OZ”. Algo no funcionaba en el esquema de la banda, y parece que lo que no funcionaba era el vocalista José Andrea. Dejando a un lado quien tenga más o menos razón (ya saben que siempre hay tres versiones de la verdad…) lo cierto es que en MAGO DE OZ hacía falta un cambio. Y no era cuestión de cambiar a un teclista o a un roadie de guitarras. Había que cambiar algo desde los mismos cimientos y los cimientos de la banda son, sin duda, el estilo compositivo de Txus y la voz de Jose. Txus no se iba a ir de su propia banda, por lógica aplastante, así que solo quedaba una opción. La gran duda es: ante un vocalista tan identificable como José ¿podía haber vida en MAGO DE OZ sin él al frente? La respuesta es, indudablemente, si.

“Hechizos, Pócimas y Brujería” es un disco de MAGO DE OZ que recupera la esencia de “La Leyenda de la Mancha” y “Finisterra”. Ya sabéis, eso que decían que iban a hacer y nunca hacían en los últimos años. Desde el power metal resultón de “El Libro de las Sombras”, está claro que MAGO DE OZ buscan recuperar el espíritu de finales de los 90 con este nuevo trabajo, buscando su propia esencia e identidad tras años de giros sónicos y líricos, mayormente en el contexto de la trilogía “Gaia”. Para ello, hacía falta un vocalista que pudiera recuperar también las tonalidades en las que José Andrea se movía hace quince años, y Zeta es muy capaz de ello. Aunque ser el vocalista de MAGO DE OZ implica un abuso vocal considerable, Zeta da la talla a lo largo de la hora de duración de éste nuevo trabajo.

El tema más cañero del disco, sin duda, es “H2OZ”. Emotivo en su letra, dedicada abiertamente a los seguidores de la banda, refleja el momento de incerteza por el que ha pasado la banda en los últimos tiempos e intenta acoger en sus casi cuatro minutos todos los elementos reconocibles de la música de la banda. Estribillo coreable, voz aguda, elementos folk, solos doblados, guitarras con acordes simplones y memorizables…casi el “Cumpleaños Feliz”, versión MAGO DE OZ. Positivismo a tope, vamos.

El lado más ochentero de la banda sale a relucir con “Xanandra”, que fue el single de presentación del disco y la primera toma de contacto con Zeta que tuvieron los seguidores. Los punteos son de libro, los arreglos también, y el estribillo es tan MAGO que hasta duele.  El lado más homo-melódico de la banda sale a relucir con “Sácale Brillo a una Pena”, que la podrían haber grabado, no se, SHY en el 88. El puente central con riff asesino es calcado al del “Rainbow in the Dark” de DIO, tresillo de batería incluido. Una buena muestra de que MAGO nunca han dejado de estar en contacto con sus raíces más hard-rockeras de la época dorada del estilo. Hablando de la conexión DIO, el deje  étnico de “Satanael” es similar al de un “Gates of Babylon” de RAINBOW. No obstante, el riff de MAGO es mucho más violento y el tema en sí, mucho más oscuro.

La banda baja revoluciones para la evocadora “Quiero Morirme en Ti”, donde Zeta ofrece una interpretación vocal más que convincente, especialmente por su delicado uso del vibrato. No les dura mucho la tranquilidad, pues enseguida llega la hímnica “Sigue la Luz”. Las raíces más célticas y folkies de la banda brillan en “Celtian”, un buen interludio instrumental para cualquier concierto de la banda mientras Zeta descansa un poco su voz.

El disco llega su final con una dura “Brujas”, donde Patricia Tapia coge el toro por los cuernos y emplea a fondo su voz, y el tema que da título al disco, de más de ocho minutos de duración (casi una intro, si lo comparamos con los excesos de discos como “Gaia II”). El punto álgido es el gran solo de teclado de Javi Diez, que demuestra que está a la altura de su predecesor en la banda, el gran Kiskilla.

MAGO DE OZ se la han jugado con un cambio de formación de los que marcan época en una banda. José no era un vocalista cualquiera y su contribución a la banda definió una era. Han vuelto con fuerza y está claro que Zeta tiene muchos puntos en común con José en el estilo vocal, pero esto es un nuevo inicio para la banda. ¿Significará decir adiós a la grandilocuencia y centrarse en conceptos musicales más sencillos? Posiblemente no. La mente de Txus dará lugar a alguna de esas tradicionales locuras “MAGO” más pronto que tarde. Pero de momento, disfrutemos del lado más old-school de la banda, que es el que nos conquistó hace trece años, a fin de cuentas.

Sergi Ramos (sergi@themetalcircus.com)

Grupo:Mago De Oz

Discográfica:Warner Music

Puntuación:8.5

Canciones:

  1. El Libro de las Sombras
  2. H2OZ
  3. Xanandria
  4. Sácale Brillo a una pena
  5. Satanael
  6. No Pares
  7. A Marcha Das Meigas
  8. Quiero Morirme en ti
  9. Sigue la Luz
  10. El Mercado de las Brujas
  11. Celtian
  12. Brujas
  13. Hechizos Pocimas y Brujeria

Año:2012