Daath: Daath

Machacones, crudos y técnicos; esa sería una definición simple de lo que son DAATH. La cosa prometía mucho con este quinteto de Atlanta, tras un debut sin pena ni gloria, pero tras un gran disco con Roadrunner como ‘The Hindereres’. Los planes entonces se torcieron con la salida de su vocalista original y de Mike Kameron, uno de los fundadores del grupo. Nunca son buenos los cambios en el seno de un grupo, pero aa entrada de Sean Zatorsky como cantante se vio reflejada en una nueva obra de estudio, ‘The Concealers’, continuando las buenas maneras presentadas anteriormente.

Ahora, con Century Media y con una formación asentada, parece que han querido continuar demasiado rápido al anterior álbum, pasando poco más de año y medio entre él y este homónimo. Normalmente cuando un grupo titula un disco con su propio nombre busca una manera de reivindicarse, y de definirse a sí mismos. Si es así, la evolución de la banda se ha inclinado hacia terrenos más oscuros, que aún siendo death, muchas veces se acercan a partes blackers, sobre todo en la batería, donde Kevin Talley hace un trabajo sobresaliente.

Desde ‘Genocidal Maniac’ suenan destructivos, y se aprecian esas reseñas citadas en el párrafo anterior. Los primeros cortes son totalmente rabiosos, cortos y directos; ‘Destruction/Restoration’ por ejemplo condensa la idea de DAATH en poco más de dos minutos, al igual que ‘Indestructible Overdose’. Podría parecer que el asunto se calma un poco en ‘Double Tap Suicide’, con un comienzo más tranquilo que pronto rompe de nuevo en los mismos esquemas crudos y viscerales, con estructuras complejas, pero más elaboradas que los tres primeros temas. El trío central con ‘The Decider’, ‘Exit Plan’ y ‘Oxygen Burn’ resulta ser lo más destacable del disco. Hasta tal punto, que la segunda parte del álbum se llega a hacer demasiado densa y pesada, algo típico en grupos de este estilo.

Las revoluciones descienden con ‘Manufactured Insomnia’, los ritmos se hacen más machacones con ‘Accelerant’ y ‘A Cold Devotion’, y mantienen el tipo en ‘Arch (Enemy) Misanthrope’, con el que me quedo personalmente como mejor tema del ‘Daath’; deberían haberse prodigado algo más en este tipo de cortes, con partes rápidas y otras densas y pesadas, consiguiendo una dinámica que hace que se haga más fácil escucharlos.

Si bien es cierto que cada día me cansan más los grupos (y discos) sin resquicio de melodía, donde en muchos momentos llegan a resultarme monótonos y lineales, al menos DAATH se lo curran. Suenan más sucios que en producciones anteriores, pero a la larga eso añade algo característico a su sonido, dado que hoy en día se tiende a sonidos perfeccionistas con todo calculado y al milímetro. Como contrapunto, si la técnica se usa casi siempre bajo los mismos patrones, no sirve de mucho…