Accept: Blind Rage
Accept se han convertido en algo así como los AC/DC del heavy metal alemán. No es que haya sido un proceso sorpresivo (esto lleva siendo así muchos años) pero desde la reunión con Mark Tornillo a las voces, el asunto se ha agudizado más si cabe.
Accept se han convertido en algo así como los AC/DC del heavy metal alemán. No es que haya sido un proceso sorpresivo (esto lleva siendo así muchos años) pero desde la reunión con Mark Tornillo a las voces, el asunto se ha agudizado más si cabe. La banda opera con una fórmula calcada de un disco a otro y hay espacio nulo a las sorpresas. Incluso a la hora de buscar un nuevo vocalista fueron directos a por un clon vocal de Udo Dirkschneider, lo que dejó claro que no tenían ningunas ganas de alejarse de su sonido clásico, del mismo modo que Journey contrataron al filipino Arnel Pineda solo porque se parecía milimétricamente a Steve Perry.
¿Es esto bueno? Si, lógicamente. El público que escucha a Accept quiere lo que quiere: doble bombo, guitarras afiladas, dive-bombs, solos incendiarios, una voz cortante cual cuchilla y riffs que se puedan cantar de vez en cuando. ¿Está el metalero de 45 años para discos experimentales? Ciertamente no. Así que si tenemos que valorar lo que hacen Accept en función a las expectativas que recaen sobre ellos, están haciendo algo excelente. La consistencia y la constancia de sus tres últimos trabajos es encomiable pero no deja espacio al cambio y eso puede terminar siendo un callejón sin salida a la larga. No obstante, la respuesta del público está ahí y no se puede ignorar. Y sus próximos conciertos en España van a llevarse a cabo en recintos más grandes que la última vez. Algo estarán haciendo bien.
«Blind Rage» es un disco que, tras lo expuesto, suena exactamente igual que «Blood of the Nations» y «Stalingrad». Y por ende, salvando aspectos de sonido y producción, igual que «Metal Heart» o «Balls to the Wall». Si bien el sonido de la banda se ha endurecido en estos últimos tres trabajos respecto a los clásicos de antaño, todo viene derivado de la producción de Andy Sneap y los sonidos que extrae en el bombo y en las guitarras especialmente. La realidad es que cualquiera de los temas es intercambiable con los de los dos discos anteriores.
El disco tiene temas rápidos y sin piedad, como el inicial «Stampede», «Trail of Tears», «Bloodbath Mastermind» o la gran «Final Journey» (todo un himno en ciernes). También tiene los medios tiempos de turno («Wanna be Free», «The Curse», «From the Ashes We Rise») y ejercicios de metal un poco más actuales como «Fall of the Empire», con un riff malicioso y más contrastes entre claros y oscuros.
Como siempre, es Wolf Hoffmann quien manda con Herman Frank como discípulo y una buena base rítmica en manos de Peter Baltes y Stefan Schwarzmann. La sorpresa del disco es, sencillamente, que no hay sorpresas. Accept siguen siendo exactamente como les recordamos y eso, ahora que van cayendo los héroes del heavy metal de antaño poco a poco, es un valor en alza. ¿Se echa a Udo de menos? Ni pizca. Mark es un cantante con mejor control de su voz que Udo en tiempos actuales, especialmente en el aspecto melódico. Es más musical que Udo y eso también juega a favor a la hora de ejecutar canciones que permanezcan en la memoria.
Un gran disco, necesario para recuperar la fe en el género dentro de su ámbito más clásico.
Grupo:Accept
Discográfica:Nuclear Blast
Puntuación:9
Canciones:
- ‘Stampede’
- ‘Dying Breed’
- ‘Dark Side of My Heart’
- ‘Fall of the Empire’
- ‘Trail of Tears’
- ‘Wanna Be Free’
- ’200 Years’
- ‘Bloodbath Mastermind’
- ‘From the Ashes We Rise’
- ‘The Curse’
- ‘Final Journey’
Año:2014-08-15
Votación de los lectores:5
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