Sin nada que achacarle al grupo, DIRKSCHNEIDER dieron un recital excelente pero –me perdonarán ustedes- esta banda todavía está un peldaño por debajo de los ACCEPT actuales que en mi opinión juegan en otra liga. Si, de acuerdo, Udo siempre será la voz de ACCEPT y todo lo que ustedes quieran pero en cuanto a presencia, sonido, impacto visual y tablas, los ACCEPT de Wolf Hoffmann y Peter Baltes no tienen rival (por no hablar de la calidad de los últimos discos de ACCEPT en comparación a lo sosos, aburridos y monótonos que me parecen los últimos 5 o 6 trabajos de UDO). En cualquier caso todos contentos y tan felices; Donde antes teníamos una banda ahora tenemos a 2 y ambas rayando a un nivel altísimo sobre los escenarios, ¿Qué más se puede pedir?

Por enésima vez en estos casi 30 años de carrera, el señor Udo Dirkschneider volvía a la Península para realizar una serie de conciertos bajo el nombre de DIRKSCHNEIDER en esta su nueva gira apodada “Back to the Roots” donde efectivamente el pequeño gran germano repasa lo que fue su legado con ACCEPT principalmente dejando de lado todo el material de UDO, una idea si se me permite estupenda pues por un lado podemos degustar una serie de clásicos de ACCEPT que ni siquiera los propios ACCEPT han tocado en décadas y por el otro disfrutar a partir de ahora exclusivamente de material de UDO en las próximas giras que el veterano cantante lleve a cabo en los años venideros. Soy de la opinión –compartida por muchos- de que UDO como banda tiene un repertorio y legado impresionante y no necesita llenar medio concierto con los típicos temas de ACCEPT que están requetetrillados y que los propios ACCEPT ya interpretan pudiendo en su lugar recuperar viejos temas de los primeros trabajos de UDO tan clásicos y legendarios como los de su banda madre.

Para la ocasión, el señor Dirkschneider contaba con unos teloneros de lujo no muy vistos por aquí –los canadienses ANVIL- y unos desconocidos germanos llamados PALACE que por lo visto cuentan con 7 trabajos editados en más de un cuarto de siglo de carrera. A los primeros no pude verlos porque las 18:30 no es una hora idónea para arrancar un concierto en este país donde el que menos no sale de la oficina hasta las 7 de la tarde. Del mismo modo, me perdí el arranque de ANVIL por una extraña costumbre recién implantada no sé si por la sala o por el promotor de meterte en una cola durante 20 minutos y solo dejar entrar a la sala a grupos de gente de 10 en 10 cada x minutos. El tipo de seguridad insistía que siempre ha sido así, algo que salvo que mi amnesia sea peor de lo que imaginaba contrasta con las 100 veces que debo haber pisado el Razz 2 sin tener que hacer esa cola en la entrada.

En cualquier caso, pudimos finalmente acceder a la sala cuando los canadienses iban ya por el segundo o tercer tema, lo que hizo que nos perdiéramos ese arranque prometedor con dos de sus mayores clásicos, “March of the Crabs” y “666”. Ante una sala notablemente poblada (se rozó el sold out), Lips, Robb Reiner y su nuevo bajista Chris Robertson salieron a hacer lo que mejor saben que es entretener y repartir cera de la buena. Sin ser un recital colosal, ANVIL rayaron a un nivel bastante superior al de su anterior visita de hace unos cuantos años con DIO’S DISCIPLES y THE RODS cuando salieron a tocar con una desgana y desidia considerable. Hay bandas con repertorios de lujo que pueden permitirse el lujo de ser algo más esquivos y fríos sobre un escenario; ANVIL no sin embargo pues gran parte de su encanto reside en los personajes, su sentido del humor, sus formas un tanto parcas y ese estilo desenfadado rozando lo campechano de Lips con sus muecas características y el numerito del dildo. Por desgracia, su discografía es bastante inconsistente y no se vale por sí misma a la hora de sostener un concierto. Los canadienses venían presentando un nuevo trabajo “Anvil is Anvil”, el enésimo ya, un disco que todavía no escuché y que sinceramente no creo que vaya a hacer tras la indiferencia que me han causado sobretodo sus últimos 7 trabajos a medida que iban saliendo y nos llegaban las promos a la redacción. Del mismo modo, no creo que mucha gente entre la audiencia lo haya escuchado tampoco, incluso hasta me atrevería a decir que la inmensa mayoría de gente ni sabía que ANVIL tenían nuevo disco fresco bajo el brazo. Las cosas son como son y el 99% del público que va a ver a ANVIL quiere escuchar el “Metal on Metal” y un par de temas más, y punto. Lips y Robb, imagino conscientes de ello, dejan el celebérrimo clásico para el final y la sala se viene abajo, lógicamente.

Puntual sobre la hora establecida y a pocos minutos de cumplirse las 9 de la noche, Udo y compañía saltan a escena a ritmo del famoso “Just a Gigolo” (que popularizaría con su versión David Lee Roth en los años 80) que da paso al primer cañón de la noche en forma de “Starlight”, el trallazo que habría aquel lejano “Breaker” de 1981 y que puso a toda la sala patas arriba. De primeras me sorprendió ver muchas caras nuevas en la formación pues salvo su viejo y fiel escudero Fitty Wienhold, el resto de músicos me eran totalmente desconocidos (posteriormente me enteré de que el batería era ni más ni menos que el hijo del propio Udo, Sven Dirkschneider quién a sus 22 añitos ya ha tenido la posibilidad de tocar con la banda de su padre UDO, con SAXON e incluso asistir como ingeniero en la grabación del último disco de los ANVIL).

El setlist de de la banda prosiguió alternando viejos clásicos como “Living for Tonight”, “London Leatherboys”, “Breaker”, “Head Over Heels”, “Princess of the Dawn”, “Restless and Wild”, “Son of a Bitch”, “Up to the Limit”, “Screaming for a Love Bite”, “Monsterman” o “Losers and Winners” con temas más atípicos que muy rara vez tanto UDO como ACCEPT han interpretado en directo como por ejemplo “Midnight Mover”, “Neon Nights”, “Winterdreams”, “Wrong is Right”, “Midnight Highway” o “Tv War” que fue el tema que cerró el primer tramo del concierto antes de los bises. La gente estaba completamente enloquecida y pese a que el sonido no fue tan cristalino como en otras ocasiones, la velada transcurriría de forma excelente con una banda entregadísima y Udo, como siempre, a lo suyo, con esa cara de pocos amigos, moviéndose menos que Robocop y aguantando el tipo durante las más de 2 horas que duró el show. Curiosamente, no dirigió una sola palabra a la audiencia –literalmente- hasta la mitad del concierto. Ok, Udo nunca fue la alegría de la huerta pero digo que yo que mostrarse un pelo más comunicativo y agradecido no habría estado de más. Para el tramo final de la actuación, como era de esperar, sonaron las de siempre, es decir, “Metal Heart”, “I’m a Rebel”, “Fast as a Shark”, “Balls to the Wall” y “Burning”, ese repoker a priori infalible que sin embargo acaba aburriendo cuando lo has presenciado en 15 o 20 ocasiones.

Sin nada que achacarle al grupo, DIRKSCHNEIDER dieron un recital excelente pero –me perdonarán ustedes- esta banda todavía está un peldaño por debajo de los ACCEPT actuales que en mi opinión juegan en otra liga. Si, de acuerdo, Udo siempre será la voz de ACCEPT y todo lo que ustedes quieran pero en cuanto a presencia, sonido, impacto visual y tablas, los ACCEPT de Wolf Hoffmann y Peter Baltes no tienen rival (por no hablar de la calidad de los últimos discos de ACCEPT en comparación a lo sosos, aburridos y monótonos que me parecen los últimos 5 o 6 trabajos de UDO). En cualquier caso todos contentos y tan felices; Donde antes teníamos una banda ahora tenemos a 2 y ambas rayando a un nivel altísimo sobre los escenarios, ¿Qué más se puede pedir?

Promotor:Madness Live

Día:07-04-2016

Hora:20:00

Sala:Razzmatazz 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:Anvil Palace

Puntuación:8