TIERRA SANTA

Hubo una época, no muy lejana (hablo apenas del año 2002, 2003…) en la que TIERRA SANTA eran LA banda de heavy metal nacional. Aupados al hilo de la eclosión del power metal entre los jovenzuelos de gustos rockeros, los riojanos se convirtieron en un auténtico fenómeno. Estaban MAGO DE OZ y estaban TIERRA SANTA, aun faltaba un tiempo para la subida de WARCRY. Unos eran los comerciales y fanfarrones, otros los épicos y discretos. MAGO DE OZ llenaban recintos de 4000 personas y TIERRA SANTA registraban muy buenas entradas en recintos de 1000, pero venían a tocar cada año, casi en las mismas fechas, a la misma sala. Al final la rutina y los problemas de este negocio pudieron con ellos y se tomaron un descanso durante una temporada. Volvieron en el 2010 con “Caminos de Fuego” y desde entonces se han visto en la ardua labor de reflotar el asunto. No está siendo fácil (a juzgar por las 270 personas que asistieron al concierto de Barcelona) pero los tiempos son los que son y el mundo del heavy no es el que era en el 2002.

Con un inicio puntual a las 21:00, los cinco miembros de la banda salieron a escena con ganas, aunque un poco apáticos en los primeros momentos. A Ángel San Juan le costaba moverse de su sitio y no fue hasta el cuarto o quinto tema que se animó a dejarse más la piel, mientras que el bajista Roberto Gonzalo estuvo muy motivado desde un primer momento. El resto de integrantes, el guitarrista Arturo Morras y el baterista David Carrica hicieron su trabajo a la perfección, brillando cuanto tocaba y permaneciendo en un discreto segundo plano ante el envite posterior de Ángel.

No se anduvieron con chiquitas a nivel de setlist. El nuevo disco tuvo un protagonismo limitado (apenas lleva un mes en el mercado, aunque el público conocía bien los temas que sonaron) y la banda se dedicó a dar mucha caña a sus temas clásicos. Empezaron con “Mi nombre será leyenda”, pero rápidamente se fueron diez años atrás con “Alas de Fuego” y recordaron el controvertido “Mejor morir en Pie” con su tema título. El valor de TIERRA SANTA es su repertorio de canciones, que fue largo y exhaustivo en su repaso de toda la historia de la banda. Sonaron veinticinco canciones a lo largo de más de dos horas de show, incluyendo todos sus éxitos. Hubo espacio para “Apocalipsis”, “Sangre de Reyes”, “Indomable”, “Juana de Arco”, “Pegaso”, “Legendario”, “Caminos de Fuego” y muchos más. Del nuevo disco sonaron “Más Allá de la Vida” y “Héroe”, además de la mencionada “Mi Nombre será Leyenda”, demostrando que lo que les interesaba era repasar su trayectoria, que es lo que le gusta a la gente que paga por su entrada.

Sonaron medianamente bien, todo lo bien que se puede sonar en la sala que tocaron. Parte de la problemática venía directamente derivada de la falta de gente entre el público. Analizando el público, no obstante, se volvía a observar mucho chaval joven, como los que seguían a la banda hace diez años, en su momento de máximo apogeo. ¿Habrá un retorno a todo trapo del heavy metal patrio? Hoy en día parece improbable, pero el día que tal cosa suceda, TIERRA SANTA serán uno de los referentes. Lo que es hoy, les toca seguir luchando en salas a medio llenar en una época en la que no es que no sea oro todo lo que reluce: es que directamente no es ni bronce. Han sacado un disco muy bueno y están haciendo conciertos muy trabajados y con un setlist tremendo, pero las circunstancias son las que son. TIERRA SANTA podrían regalar apartamentos en régimen de multipropiedad en Castellón entre tema y tema, pero ni eso arreglaría el tema de la asistencia. El mundo del heavy metal se rige tanto por modas como cualquier otro estilo, y TIERRA SANTA han sido víctimas de la caída del género al amparo del cual se hicieron populares. Una auténtica pena, porque siguen siendo una bandaza.