La verdad: no entiendo a esta ciudad, ni a quienes se dicen roqueros que habitan en ella. ¿Cómo es posible que el concierto que vimos hace unos sabados en la pequeña de Apolo no congregase a más gente?; y más cuando The Paybacks tienen esa actitud, una puesta en escena más que envidiable y lo que es más importante de todo, buenas canciones.

Los de Detroit venían a presentar su último y más que recomendable disco (¿alguno de sus discos no es recomendable?), Love, not reason  (título extraído de una frase de Thomas Mann, el famoso escritor) y aprovecharon los escasos minutos que estuvieron en escena para interpretar más de un tema del mismo, aunque el tema elegido para la apertura del show fuera de su anterior disco Harder and harder.

Tras él (When i’m gone) atacaron con Blackout, tema correspondiente a su primer disco Knock loud. Y así fueron cayendo uno tras otro y durante algo menos de una hora temas de cada uno de sus tres discos.

El tercer tema de la noche, Call when you’re ready era la presentación entre la sociedad barcelonesa del nuevo disco, del cual sonarían también, aunque no por este orden, Shotgunn, enlazada con Divided by two, Stranger in the house y ya en la recta final y para cerrar una noche antológica, Love better y Like a man (toda una declaración de principios por parte de Wendy), últimos bises del concierto antes de dejar definitivamente el escenario.

Pero antes de estas, habían vuelto a escena tras un pequeño descanso con el primer bis de la noche, Scotch love, de su anterior álbum Harder and harder.

Otros temas que sonaron fueron un tremendo Me (Harder and harder) en el cual Wendy se dejó la garganta, Jumpy o Hollywood, antes de una impresionante versión del Tie me in a Knot con la cual dejaron el escenario y con la que el público allí congregado interactuó con la banda, cosa ésta que ya habían venido haciendo durante toda la actuación. Y no era para menos, el grupo estaba dejándose la piel en escena.

Como siempre en estos casos, la banda se deja en el tintero infinidad de temas que hubiéramos querido escuchar. En mi caso concreto estaría hablando de Dumb love, un tema que por si sólo justifica la adquisición del disco aunque debo decir que no fui el único que echó en falta algún tema, durante gran parte del mismo tenía alguien detrás de mí que no paró de pedir Painkiller a pleno pulmón y en algún que otro instante alguien se le unió en sus demandas. Lástima que al igual que mi favorita, Painkiller tampoco fue interpretada. No os preocupéis, otra vez será. Seguro.

Es de recibo comentar que Wendy es una bestia en escena, ella sola llena el escenario y en momentos puntuales me recordaba el lado más salvaje de mi adorada Joan Jett; además está perfectamente respaldada por la guitarra de Danny Methric, que extrae a su instrumento un sonido algo más “comercial” que en su proyecto paralelo The Muggs.

William y Dave completan este cuarteto de rock visceral, directo, sin ningún tipo de florituras cuando descargan sus temas en vivo, ante una audiencia absolutamente rendida a sus pies.  Sorprende también la insultante juventud de William, el batería de la banda y la buena pegada que mantiene durante todo el show.

The Muggs fueron los encargados de calentar el ambiente antes de que The Paybacks arrasasen con todo a su paso, cual vil vendaval.

El trío liderado por Danny Metrhic sustenta su sonido en un farragoso y duro hard rock con muchas connotaciones blues (la versión de Willie Dixon habla por si sola) y aunque en disco me resultan bastante recomendables, su directo se me hizo algo difícil de digerir y ¡eso que eran ellos los que realmente tenía ganas de ver esa noche!.

Con tan sólo un álbum en circulación su repertorio se basa en esos temas, más alguna versión y algún que otro nuevo tema perteneciente a su nuevo disco, que como muy bien comentó Danny estaría en la calle si no recuerdo mal el próximo mes de marzo.

Resulta curioso ver y realmente es muy admirable, como Tony DeNardo, bajista del grupo, se ve obligado a tocar sus líneas de bajo con un teclado Fender Rhodes Mark I sentado tras él y con una sola mano. La parálisis que le provocó una apoplejía en septiembre del 2001 le obliga a ello. Esto si en todo un reto de superación, muy por encima del que tuvo que padecer Rick Allen con la pérdida de su brazo.

Pero doy fe de que en ningún momento se le nota su minusvalía, salvo que lo estés viendo claro, y compruebes que no mueve el brazo derecho.

Junto a ellos dos el tercero en discordia es Matt Rost, batería de la banda. Ellos tres no ofrecieron un corto set, pero muy intenso, donde pudimos escuchar entre otras composiciones como Doc mode, White boy blues o Gonna need my help.

En definitiva, como ya dije antes, una muy buena noche de rock and roll con pequeños toques de blues (estos sólo por parte de The Muggs) pero siempre con una base muy sólida de hard rock de alto voltaje, sudoroso y sucio.

Comentar antes de finalizar con esta crónica, aunque tan sólo como una pura anécdota, que el concierto estuvo visionado desde uno de los laterales del escenario por un invitado de lujo, ni más ni menos que Michael Brueggen, batería de Supagroup.

Texto y Fotos: Salva G.

Promotor:Love To Art

Asistentes:100

Día:20/01/2007

Sala:Apolo 2

Ciudad:Barcelona

Teloneros:THE PAYBACKS

Puntuación:9