Siempre resulta especial una noche con THE GATHERING y, aunque haya pasado cierto tiempo desde que defraudaran a sus seguidores más metalizados (léase “Always…” o “Mandylion”), es innegable que una cita con estos holandeses será siempre sinónima de una sensación sónica muy poco repetible por otros combos de su generación.

“Sleepy buildings”, la última propuesta del grupo a modo de disco en directo semi acústico en el que se representaban temas de todos sus discos (excepto “Souvenirs”) a modo “comercial”, fue la excusa perfecta para la nueva venida de la diva Anneke Van Giesbergen, en un concierto notable, pero, que no logrará borrar el recuerdo de su sensacional visita de la pasada temporada.

Todo esto ocurrió en el inmejorable marco que supone la Sala Bikini de Barcelona, una sala que denota una cuidada elegancia en todos los aspectos; el hecho de que la adquisición de cualquier bebida sea algo casi prohibitivo, no creo que deba deslucir el auténtico lujo que supone presenciar un concierto en este antro, lo impecable del sonido debe tener su precio, evidentemente.

Como suele ser de costumbre, una banda telonera, esta vez llamada ONIREA, interpretó una serie de canciones un tanto irrelevantes para el público asistente. Incluso según que ademanes escénicos lograron provocar la mofa de muchos de los presentes. Aún así, ONIREA presentaron su último disco ejecutando una actuación tan medida como innecesaria.

No obstante, las casi dos horas siguientes estuvieron ya totalmente eclipsadas por la esfinge de la gran Anneke Van Giesbergen. Y aunque el nuevo fichaje de la bajista Marjolein Kooijman, resultado de la paternidad de Hugo Prinsen Geerlings, pudiera significar la novedad más imperante respecto a anteriores venidas, la vocalista de marras centró absolutamente todas las miradas y oídos. Siempre he creído que la voz de Anneke, así como su registro vocal, es infinitamente superior a cualquier supuesto icono femenino metálico, incluyendo incluso a aficionadas a la ópera frustradas por el doble bombo, y, es por eso que THE GATHERING, muy inteligentemente desde un punto de vista económico, ha evolucionado en sus composiciones para que estas hagan más hincapié en el lucimiento personal de la cantante.

Una inesperada y pausada “The big sleep” ya despejó cualquier tipo de interrogación acerca de los acontecimientos venideros y, en esta aureola acústica de sensación atmosférica, THE GATHERING siguieron desenvolviéndose a la perfección en el manto de elegancia que produjeron dos piezas más extraídas de “How to measure a planet?” como “Red is a slow color” y la siempre sensacional “Marooned”.

Ahora ya, ni los curiosos efectos de guitarra de René Rutten lograron desviar las pupilas y tímpanos del insuperable buen hacer de Anneke, una vocalista que, indudablemente, va mejorando disco a disco y gira a gira, alcanzando ya unas cotas de perfección admirables. La seguridad que transmiten sus elevados registros, así como con la emotividad y la insultante superioridad con que recita cada estrofa, seguían siendo el elemento predominante del show, el cual proseguía mientras el piano de Frank Boeijen conducía las melodías vocales de “Sleepy buildings”. La siempre efectiva “Saturnine” evidenció, no obstante, el hecho de que según que piezas quedan muy desmejoradas por el tratamiento acústico-pausado actual, se echó mucho de menos la dureza de la guitarra de René en su estribillo. Este hecho, tomó absoluta presencia, más tarde, durante la interpretación de la enigmática “Eléanor”, la cual pareció una caricatura en comparación con su versión original. “Amity” y “Souvenirs” transcurrieron sin pena ni gloria hasta la llegada de la extensa "Travel”, cuya interpretación se asemejó bastante a la original, lo cual animó considerablemente al respetable, el cual aceptaba de buen grado la transición sónica de la banda, pero, que también evidenció una ligera nostalgia hacia épocas más directamente relacionadas con el género de intención metálica.

La mejor interpretación de la noche llegó con una magistral “Like fountains”, la cual llegó a convencerme de que la adaptación del clásico mejora mucho más el tema que la aparecida en “Almost a dance”, algo que también ocurrió con la también convincente “Stonegarden”. “Even the spirits are afraid”, la genial adaptación a piano de “Broken glass”, “In motion 2” y una sustituible “Jelena” cerraron, momentáneamente, una actuación muy conseguida.

No obstante, la llegada de los bises no significó un buen cierre en su actuación, y es que “These good people” y la demasiado larga “Black light district” ocuparon un lugar que bien habría podido ser dominado por clásicos más apetecibles como “Nighttime birds” o “The mirror waters”, por poner unos ejemplos.

Sin más, THE GATHERING se despidieron con un hasta pronto a la espera de los acontecimientos compositivos en los que pueda derivar su música en los próximos años. Siempre es de agradecer que, al menos, una banda se muestre inquieta en su proceso evolutivo, sin, por ello, desprestigiar anteriores entregas, incluso las dominadas por la guturalidad de Bart Smits.

Manu Estrada

Datos:

Bikini
Barcelona
Promotor: CAP CAP
Público: Lleno

Día:19/03/2004

Puntuación:7