Publicar un álbum de la magnitud de «Passion & Warfare» y no presentarlo como es debido en directo no es sólo algo que hasta ahora los fans lamentásemos, sino también – como el propio Steve Vai reconoció el pasado jueves en su actuación en Barcelona – algo que a él mismo siempre le había pesado como uno de sus grandes proyectos pendientes. El álbum, publicado ahora hace 26 años, no sólo marcó un punto crucial en la carrera del músico, sino que además se mantiene como probablemente uno de los álbumes más importantes de la historia de la guitarra eléctrica. «Cuando escribí esto se me fue la cabeza totalmente, no tenía ni idea de si le gustaría a la gente», nos comentaba desde el escenario del teatro BARTS, añadiendo que por falta de recursos (técnicos y humanos) no había podido presentar el disco en su momento como le habría gustado: interpretado íntegramente y sin pausas.

Como nunca es tarde si la dicha es buena, un cuarto de siglo después de que Vai dejase al mundo boquiabierto con aquellas composiciones era nuestro turno de pasear la mandíbula por el suelo, algo a lo que nos tiene simplemente demasiado bien acostumbrados. Con un repertorio centrado en la interpretación completa del mencionado disco pero rodeado, tanto por delante como por detrás, por temas icónicos de otras etapas de su carrera, el show de dos horas y media que ofreció fue toda una celebración de tantos años de carrera, trabajo duro y cómo no, éxitos. Abriendo con un tándem como el que forman «Bad Horsie» y «The Crying Machine», algo que tan sólo está a la altura de una verdadera leyenda, se metió al público en el bolsillo desde la primera nota.

«Gravity Storm» fue un buen ejemplo de que su material más recente no se queda a la zaga en cuanto a calidad, mientras que «Whispering a Prayer» marcó, como siempre, uno de los puntos álgidos del espectáculo dada la inmensa sensibilidad, tacto y pasión que consigue arrancar en cada uno de sus compases, cerrando el primer capítulo del concierto de forma magistral. Tras un pequeño discurso en el que se dirigió al público para comentar lo mencionado al principio de nuestra crónica y algunos otros menesteres, Vai dio inicio a la interpretación de esa obra cumbre que es «Passion & Warfare» con una introducción verdaderamente anticlimática… algo que se vería rápidamente arreglado por lo emblemático de las melodías de «Liberty» y notar la emoción en cada uno de los asistentes, conscientes de lo que se nos venía encima.

Con la entrada de esta segunda parte del concierto también se inauguraba el uso más significativo del único elemento escenográfico de esta gira: una pequeña pantalla – sí, especialmente pequeña no sabemos muy bien por qué motivo – que, si bien en la mayoría de canciones se utilizaba para mostrar unas insulsas animaciones sin demasiada coherencia ni atractivo visual (¿qué tendrán tantos artistas con las visuales que parecen sacadas de salvapantallas?), también mostró algunos videoclips que nos llevaban atrás en el tiempo y que creaban un juego de contrastes divertido entre la escena y época de aquello en pantalla y lo que acontecía en el escenario; pero lo más interesante de este recurso no fue nada de eso, sino el lanzar vídeos en directo de antiguas colaboraciones (Brian May y Frank Zappa se pasaron por el show) y haber generado un juego interactivo para simular duelos de guitarra pre-grabados con Joe Satriani y John Petrucci en «Answers» y «The Audience is Listening», respectivamente.

Aún con lo divertido de esas colaboraciones, debemos aprovechar para decir que a lo largo de toda la actuación, pese a que el sonido general desde pista fue muy bueno (no tanto desde las butacas), hubo claros problemas con los volúmenes y ecualización de los sonidos disparados, puesto que estaban a frecuencias que se hacían especialmente molestas… algo que nos lleva al siguiente punto: imaginamos que el repertorio y la idea de enfocarse más a emular los directos de hace un par de décadas llevaron a Vai a tomar la decisión de proyecto de simplificar su line-up y modelo de actuación, algo que, pese a que se vio justificado por los motivos mencionados, inevitablemente quedó algo pobre comparado con los espectaculares shows y extravagancias a las que últimamente nos tiene acostumbrados, con más músicos (ya no hablamos de violines y arpas, como mínimo un teclado…) y dándole más espacio al resto de la banda.

Pese a que estos factores se echaron en falta por haber sido uno de los aspectos clave de los shows del guitarrista en los últimos años, de los músicos que sí que estuvieron no podemos tener ni una sola queja. Aunque echásemos de menos que tuviesen algún momento más de foco de atención, Philip Bynoe estuvo simplemente tan aplastante y estelar como siempre, al igual que un Jeremy Colson sin el que ya no se entendería un concierto de Vai. Probablemente habría habido tiempo para algo así recortando las excesivamente largas outros de canciones con Steve demorando el golpe de gracia hasta el infinito constantemente (algo que bien colocado es maravilloso, pero tan seguido se hace repetitivo e innecesario), pero no nos vamos a centrar en eso cuando tuvimos un concierto espectacular con interpretaciones tan sentidas como las de «For the Love of God» o «Blue Powder», que más de algún espíritu debieron elevar.

Especialmente interesante fue ver temas como las inusuales «Ballerina 12/24», «Love Secrets» y «Alien Water Kiss» en directo, así como poder disfrutar de un pequeño revival de su época como guitarrista de Zappa gracias a esa «Stevie’s Spanking» que solía suponer uno de sus momentos de mayor protagonismo. Su ya típico ejercicio de interacción con el público en «Build Me a Song» fue remarcablemente hilarante debido a la colaboración de una fan bielorrusa especialmente efusiva, y tras un poco de su agridulce soberbia y algún feo comentario (¿te puedo llamar simplemente «cariño»? tras no entender el nombre de la chica), nos lanzó a la recta final del show con unas «Racing the World» y «Taurus Bulba» que pusieron el colofón a un gran concierto que, si bien se vio ligeramente deslucido por algunos aspectos y por comparativa en ciertos campos con giras anteriores, no bajó del nivel de excelencia al que un genio como Vai nos tiene acostumbrados.

Foto: Ferran Sendra (El Periódico)

Día:2016-07-21

Hora:21:00

Sala:Teatre BARTS

Ciudad:Barcelona

Puntuación:8