RIPOLLET ROCK 2004

Casi se podría decir a estas alturas que en la ciudad de Barcelona hay un festival que lleva haciéndose desde hace ya 12 años que es el encargado de cerrar la estación de verano y dar paso a un otoño que en este 2004 se nos presenta bien cargadito de conciertos. No es otro que el ya consolidado RIPOLLET ROCK, que se celebra en la misma localidad de Ripollet convirtiendo el campo de fútbol municipal en una verdadera fiesta del Rock en la que gente de las proximidades se reúne para, sobretodo, pasar un buen rato.

A la organización poco o nada se les puede echar en cara, el que hayan mantenido un festival donde han pasado grupos de todas las tallas y todos los colores y donde siempre han mantenido la filosofía de que la entrada no costase más de 0€ es digno de elogio. Quizás el único “punto negativo” ha sido que desde hace unos años llevaban una línea ascendente en cuanto a las bandas que visitaban la localidad (Grave Digger, UDO, Rage…) y este año nos hemos conformado con bandas nacionales, sólo una de primera fila; siendo también cierto que nos han acostumbrado y tratado demasiado bien en ese sentido y es más bien el quejarse por vicio.

Pasando ya a comentar las actuaciones de las cuatro bandas que esta noche iban a hacernos disfrutar de buen rock, decir que del primer grupo en salir a escena sólo pude presenciar los dos últimos temas. IRONICA hacen un Stoner rock metálico muy recomendable y esperemos que su primer álbum Sex’n’Roll tenga una continuidad en un segundo disco en breve. Supersonic Man y una versión del Sr.Ozzy, Mr.Crowley, fueron los temas encargados de cerrar la actuación del grupo barcelonés los cuales, por lo que pude observar, se metieron a la gente en el bolsillo y se despidieron en aplausos y con una sonrisa de mejilla a mejilla.

Sin duda la nota negativa del festival, como siempre es habitual en este tipo de eventos, es el sonido, y es que hasta bien entrada la actuación de Saratoga, sólo puedo describir este de pésimo.

DREAMAKER (6/10) hacía poco más de un mes que habían estado teloneando a Scorpions en la sala Razzmatazz de Barcelona, y su setlist no difirió en mucho del mostrado en la sala estrella de la ciudad. Uno a uno fueron cayendo temas de su único disco Human Device: Dream Machines sirvió de introducción a una actuación empañada por un sonido sucio y una Elisa que dudo que este viviendo su mejor momento; Killing fue el tema más aplaudido, Without angels, Forever in your arms, Welcome to my hell que sirvió de final de actuación y un medley de Metallica que constaba de Master of Puppets, One y Creeping Death. Poco faltó para que pareciesen más unas versiones de los mismos Arch Enemy que de Dreamaker, y es que las bajadas de tonos que sufrieron las versiones fueron considerables. Elisa estuvo como siempre anímicamente pletórica, dándolo todo para que el público participase con la banda y sin parar de moverse de un lado a otro. Todo eso está muy bien, pero lo primero es lo primero, y en este caso lo que verdaderamente importa es dar la talla musicalmente hablando y ahí Elisa no obtuvo el aprobado. Supongo que fue una mala noche pero desde luego no mantiene el mismo nivel que hace unos años, primero hay que dominar el registro natural de cada uno, después experimentar con otro tipo de tonalidades.

Llegaba la hora de presentar a la banda más metálica del panorama nacional, SILVER FIST (6/10), banda que como supongo que ya todo el mundo sabrá es el ¿último? intento del señor Solorzano de cubrir este país con un telón de acero el cual haga que todos vistamos de cuero y tachas hasta el día del juicio final.

Fantasías metalúrgicas aparte, los madrileños salieron a morir con Ave Fénix, precedida por el tema principal de Terminador 2 como introducción. El predicador, Piel Roja, En llamas, Cielo o infierno y Aunque no estés aquí fueron los temas que, elegidos de su primer disco, acompañaron a versiones de Muro también tales como Corazón de metal o  Telón de acero y una versión para finalizar de Twisted Sister, Come out and play (sin comentarios).

El músico más destacable seguramente fue Iván, batería que lo dio todo y que fue partícipe de la última época de Muro, no me extraña que Silver lo haya reclutado para el puño metálico. Clichés sobre conquistar el mundo con la fuerza del metal, la hermandad metalera del estado y los corazones alimentados por sangre metálica son para mi un mundo aparte, y sintiéndolo mucho, me sobrepasa, para eso ya estaba Muro, y fue suficiente, ¿para que repetir entonces la misma historia dos veces con otro nombre? Bueno la respuesta yo la tengo clara, pero la dejaremos para otra ocasión.

Llegaban las 3 de la madrugada y con ello SARATOGA (8/10) saltaba al escenario para atacar con el tema Con mano izquierda de su anterior álbum. Poco puedo añadir de los madrileños que no se haya dicho ya, como siempre, sorprendieron a quienes no los conocían y nos deleitaban al resto con sus impecables ejecuciones. Fueron cayendo poco a poco los temas, sobretodo, de sus dos últimos discos, así como San Telmo 1940 y Maldito Corazón, junto a la balda Si amaneciera parece que se van a quedar como “fijas” en el futuro, temas como No o Blanco y marfil no llegaron a cuajar entre la gente y personalmente no creo que duren mucho en el setlist de la banda.

Destacar el buen rollo y la conexión tan brillante que existe entre ellos encima del escenario es propio de elogio, y verles actuar es razón de ser para entender porque son, actualmente, la banda más popular de estricto heavy metal en nuestro mercado.

Tras las rejas hizo que todo el mundo se pusiera a botar siguiendo a Leo mientras que Las puertas del cielo y Heavy Metal fueron dos puñetazos en toda regla sobre el resto de grupos del festival.

Lo único negativo de la actuación de Saratoga, y más referente a la selección de temas, fue que se centraron demasiado en Agotaras y El clan de la lucha, olvidando casi por completo esos magníficos discos que son Vientos de guerra y Mi Ciudad, interpretando sólo los tema-títulos, Perro traidor y poco más… por no hablar de su primer disco que es como si renegasen de él, una lástima, espero hagan cambios para el próximo concierto en la capital en octubre.

Vientos de guerra (con problemas con la pedalera de Jero y consiguiente improvisación) fue la traca final para un festival que en esta XII edición no dio la talla en cuanto al ya cansino tema de la calidad de sonido pero que en contra nos hicieron gozar un año más del fantástico ambiente que todo el mundo hace que sea posible en el campo de fútbol de Ripollet.

Dentro de un año volveremos a estar ahí, aprovechemos ahora que realmente tenemos un festival que vale la pena que lo único en contra que tiene es que hay que salir de la ciudad  para asistir a él y eso, lamentablemente, para muchos “heavys” (tanto los de sangre metálica como los que llevan corbata) de hoy en día es un verdadero problema.

Da igual, ellos se lo pierden.