QUIREBOYS
Qué grandes son… Cierto, puede que no sean tan populares como en sus inicios ni que vuelvan a repetir ese maravilloso disco debut, pero os aseguro que de haber nacido en Los Angeles ,y no en Newcastle, se hubieran comido el mundo como rivales directos de los Guns and Roses. Llegaron a tener a Ginger de los Wildhearts en sus filas y a Sharon Osbourne de mánager pero de eso ya ha llovido mucho y la escena ha cambiado… y ellos también. El grunge les hizo hincar la rodilla pero su comeback nos ha reportado un puñado de buenos discos y unas giras a la altura de su leyenda.
Antes de la aparición de Spike y los chicos los Cometa Halley demostraron su buen hacer pero también que han salido bandas de rock and roll clásico y sureño como churros. Parece que finalmente la oleada escandinava cala en nuestras tierras. Apuntan maneras y mezclaron material de los Stones con temas propios. El fin de fiesta lo puso el mítico solo del “Free Bird” de los Skynyrd que consiguió levantar a un público del que arrancaron una meritoria ovación final.
Un show en el KGB barcelonés no es que sea especialmente bienvenido pues la acústica de la sala no es para tirar cohetes, hay columnas que dificultan la visión y una escalera de caracol que estorba enormemente. Encima los precios de las bebidas no es que sean populares precisamente. A todo ésto hay que añadirle un calor infernal que hacía que las camareras chorrearan. Imaginad las nutridas primeras filas.
Afortunadamente el sonido acompañó y los “chicos del coro” iniciaron el descenso por la escalera de caracol al puro estilo vedettes casposas. Y cuando suben y empiezan a meter acordes todo se vuelve una excepcional fiesta de rock and roll puro y duro; adornado por esa garganta rasgada de Spike que le da a los temas ese sabor a los Faces y esos quilates por los que suspirarían todas las bandas del estilo.
“Don»t Bite the Hand that Feeds Ya” calienta el ambiente y muestra a un sexteto con ganas de gustar y convencer. Destaca especialmente Guy Griffin a las seis cuerdas y un Keith Weir a los teclados, que consigue adornar esos esqueletos básicos de rock and roll. “Misled” suena alucinantemente pronto y le sigue “The Finer Stuff”. Es curioso pero a pesar de que presentan un disco más que notable se han decidido a tirar de su ópera prima. De hecho sólo llegará a sonar un corte del WELL OILED (éste) y uno de THIS IS ROCK AND ROLL. Hay que señalar la gran labor en los coros de toda la banda, de verdad que lo bordan y hacen que los temas ganen mucho más.
Hay temas que en directo ganan muchísimo, y es que la presencia de Spike con sus habituales y característicos movimientos te transportan de tu vida rutinaria. “Tramps and Thieves” y “There She Goes” nos recuerdan esos inicios en los 90 cuando su líder destacaba por ser una especie de clon de Rod Stewart. Una de las imprescindibles era “Roses and Rings”, preciosa y mágica balada que es coreada por un público muy voluntarioso y enérgico. Spike va refrescándose con cerveza “Estrela”, como él dice y nos cuenta que su Newcastle natal es sucio y rockandrollero, tanto como Barcelona: obviamente cae “I Love this Dirty Town” que les queda perfecta.
La verdad es que hay varios cortes del nuevo disco que van a calar entre los fans, pero uno especialmente: “Mona Lisa Smiled”, un auténtico himno que tiene algo bastante de Bruce Springsteen pero que es espectacular. A juzgar por la reacción del público eran muchos los que la esperábamos. “Otra de las infaltables sería “Whipping Boy”, uno de sus definitivas a la que le siguió “This Is Rock and Roll”, toda una auténtica fiesta inesperada pues no era un corte que me hubiera atrapado especialmente en disco.
Entre sonrisas la banda nos brinda un “Hey You” que lo pone todo patas para arriba. Excepcional la reacción de los presentes cantando de pe a pa la canción. Otra sorpresa es “Late Nite Saturday Call”, baladita de su última obra muy sentida y con un Spike bordándola con su registro inimitable. La fiesta ya era total y más con “Sweet Mary”, que fue presentada como si de un country se tratara. Os podéis imaginar la reacción con “7 O»clock” y ese riff y estribillo perfectos. Desgraciadamente el bajón de un concierto perfecto lo puso el que tocarían un par de cortes y para casa. Poco más de hora y diez minutos es muy poco, pero la gente estuvo más que contenta, y más saliendo de aquel infierno de sudor en que se había transformado el KGB.
De entrada atacaron en los bises “I Don»t Love You Anymore”, otro baladón muy intenso que precedió a la inmortal y festiva “Sex Party” con botes y cánticos por parte del respetable. Despedida anticipada aunque pocos peros hay para achacarles. Intensidad, un ritmo incesante y una banda que desprende fuerza y buen rollo en todo momento. Spike vocalmente está soberbio, muy comunicativo y para nada pasado con la cerveza.
Son una fiesta de rock and roll y una buena muestra de lo que es el estilo clásico, ese rock inglés puro y duro y que saben hacerlo caminar como nadie. Quizá hay una presencia excesiva de su primera obra pero es que ese disco es una maravilla difícil, ya no de repetir, sino de acercarse siquiera. De verdad, aunque no seáis fans de los Quireboys hay que ver en directo al bueno de Spike. Su voz es absolutamente única y hechizante. Seguro que dentro de poco están de vuelta, y otra cosa positiva, me alegro de que se recupere el KGB como sala para conciertos muy a pesar de que tiene sus puntos negativos.
Jordi Zelig Tàrrega / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Silvertrack
Asistentes:250
Día:25/10/2008
Hora:21:00
Sala:KGB
Ciudad:Barcelona
Teloneros:Cometa Halley
Puntuación:9
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