La vida está llena de decisiones y, si bien es cierto que las hay más relevantes
que otras, la de aquella noche fue un tanto arriesgada. No es porque la propuesta
progresiva de PYRAMID y SACRED estuviera exenta de calidad, era más bien debido
a que a escasos metros actuaba una de las leyendas vivientes del rock nacional,
BARÓN ROJO. Obviamente, este hecho se vio reflejado en una ausencia considerable
de público que desmejoró el concierto en la barcelonesa sala Mephisto. Y es
que hay veces en que uno se plantea, en un cierto nivel existencialista, esto
del heavy metal, a la vez que sus singulares seguidores y sufridores. Lo del
heavy nacional parece ser un túnel sin final, y es que criticar por sistema
es ley de vida en este género, lo cual es digno del más severo de los estudios
sociológicos. Cuando una banda española opta por interpretar sus temas en
castellano, somos los primeros en mofarse de la presunta ridiculez de sus
mensajes y es cuando se cita a los innumerables ejemplos de bandas escandinavas,
germanas o etíopes que se inclinan por cantar en un idioma no autóctono, el
inglés. No obstante, pocas bandas de aquí que cantan en el idioma de allá
logran llenar sus conciertos.

En fin, pasemos a lo que fue lo que realmente aquí nos concierne.

La banda barcelonesa SACRED fue la encargada de calentar la noche dejando
de lado inoportunas pretensiones elitistas; debe ser frustrante empezar un
concierto ante unas 20 personas, pero, debe ser del todo heroico hacerlo como
si estuvieras tocando ante 500. Así fue como “Midnight” y “Where the wind
blow” evidenciaban un acertado cambio de dirección musical en las composiciones
de SACRED. Si bien “Boat of the deluded” pasó por ser una de sus mejores interpretaciones,
es obvio que su parecido a DREAM THEATER era más que descarado, hecho que
evidenciaba una carencia de personalidad en su música. Afortunadamente, sus
nuevas composiciones gozan de un trasfondo más endurecido y atrayente, sin
dejar de lado la vertiente más virtuosista de su música. Así fue como la genial
“Nocturnal dike” encandiló y sorprendió a todos aquellos que desconocíamos
la canción. Y es que debe ser del todo frustrante ver como mediocridades que
obviaré mencionar gozan de contratos discográficos y ver como propuestas algo
más originales se quedan en una desmerecida línea underground, debe ser otra
de las máximas en esto que llaman heavy metal. Una acertada versión del “Kiss
of Death” de DOKKEN fue su última concesión en una actuación más que notable.
Aunque era la primera vez que tenía el privilegio de ver a SACRED en directo,
me atrevería a decir que fue, sin duda, uno de sus mejores conciertos.

Poco después, la banda de Tony Vallés, ocupaba el escenario para deleitar
con su metal progresivo, probablemente el más enrevesado y virtuosista dentro
del panorama nacional. Dejando de lado que el sonido fuera un tanto mejorable,
PYRAMID ejecutaron con una contrastada destreza los temas de su último “Gaudi´s
Legacy”, su última obra conceptual inspirada en la genuina y singular obra
de Antoni Gaudí. Aparte de lo acertadísimos que han sido los cambios en su
formación (nuevo teclista y bajista), PYRAMID varió bien poco lo que nos tienen
acostumbrados. Es decir, complicadísimos cortes de larga duración, ejecutados
con sorprendente exactitud. “Mercyful lies”, “Utopia city” y “Armaggedon”
fueron los temas más aplaudidos por un respetable que, aunque escaso en número,
era ampliamente conocedor del grupo. La voz de Javier Céspedes es, quizás,
el elemento que causa más controversia y división de opiniones, no obstante,
y aunque llegue sin aparentes problemas a cualquier tonalidad, diría que pierde
fuerza en según que pasajes haciendo de su agudo algo demasiado habitual.
Lo que sí es cierto es que su voz fue el elemento más castigado por un sonido,
reitero, del todo mejorable. Como argumento a su favor, quedó la balada “Before
the rain”, donde demostró una buena labor interpretativa. Quizás, el transcurso
del concierto se hizo monótono y lineal, sin capacidad sorpresiva, pero, piezas
como “The mastery of flight” lograban encauzar el ritmo sin problemas. La
pegadiza “Sons of Gaudi” sirvió para cerrar un concierto en el que se vio
amplia y sobradamente demostrado que la brillantez instrumental no es algo
que sólo utilicen SYMPHONY X y clones similares.

Manu Estrada
Fotos : Sergi Ramos (MACHINA 2001)

Datos:Sala Mephisto

Día:22/03/2003

Puntuación:7