La polémica no sirvió de nada: el primer Kalos Festival se saldó con buena nota
Tratándose de una productora catalana, tenía toda la lógica del mundo emplazar un festival de esta naturaleza en Madrid, la ciudad por excelencia en cuanto a sonoridades más melódicas y hard rockeras se refiere. Con unas credenciales de lujo, el Kalos Festival se presentaba en la capital española no exento de cierta polémica, en mi opinión, un tanto desmedida y desproporcionada. Entendemos que para acelerar la venta de entradas y darle ese empujón a última hora para evitar el pinchazo (y con ello que el festival pudiese morir antes siquiera de haber nacido), se optó por lanzar una tanda de abonos a pocos días del festival a mitad de precio, algo que no sentó nada bien entre todos aquellos que habían comprado su entrada a precio normal tal y como éstas salieron.