Noche de hard rock en familia con Reckless Love y Güru

En resumen, una noche de hard rock melódico en familia pero no por ello deslucida. El hard melódico es cuestión de minorías, si, pero bandas como Güru y Reckless Love salen a tocar como si estuviesen en un estadio de Los Ángeles. Y eso es lo que les hace grandes.

Dentro de la corriente actual de bandas revival del hard rock ochentero de himno y laca, Reckless Love están separados del montón. A nadie le cabe duda de que, con cuatro discos en su haber, la banda de Olli Herman es la respuesta europea a Steel Panther, salvando la dialéctica humorístico-machista y la parodia más evidente. Comparten una visión muy similar del hard rock ochentero, con la salvedad de que Michael Starr de Steel Panther es consciente de que está interpretando un personaje y Olli Herman es Olli Herman todo el rato. Ambos tienen como punto de partida a David Lee Roth y no cabe duda de que Herman es un tremendo imitador del vocalista de Van Halen. Sus movimientos escénicos, muecas y actitud sobre el escenario están totalmente calcados a los de Roth. Le falta la agilidad verbal, algo en lo que evidentemente afecta la barrera del idioma y el hecho de que Roth consumía cantidades ingentes de cocaína que le estimulaban tanto como necesitaba. Todas estas consideraciones, obviamente, al público le dan igual. A un concierto de Reckless Love se va a petardear como si fuese 1988. Y eso es lo que hicimos.

Conseguir que Barcelona sea una fiesta en jueves por la noche está al alcance de pocas bandas, pero los fineses lo consiguieron. En una ciudad excesivamente acomodada al ser zona de paso de todas las giras importantes, el público tiende a ser más pasivo. No lo fue con Reckless Love, que tuvieron al respetable comiendo de la palma de su mano desde el primer tema, un enérgico “Animal Attraction”.

Con el reciente “InVader” como excusa para la gira, la banda hizo un buen repaso por los temas más populares de su discografía, aunque no sin algún sobresalto, como cuando antes de “Born to Break Your Heart” el amplificador de guitarra de Pepe Reckless tuvo algunos problemas. Olli intentó mantener el público entretenido durante esos cinco minutos de impasse, pero se le notaba algo ansioso y falto de recursos, algo que arregló haciendo una enorme versión del tema una vez los problemas estuvieron arreglados. Una tremenda “Back to Paradise” puso a toda la sala a bailar, así como el himno “On the Radio”. Apenas habría 300 personas en el Razz 2 pero se les escuchaba como si fuesen 1000. Esa es la pena: que la escena del hard rock melódico se reduzca a apenas 300 enamorados: los que van a ver a HEAT, los que van a ver a Eclipse y los que ven todos los bolos de este estilo. Una pena, considerando las enormes bandas de melódico que han aparecido en los últimos diez años y que deberían revitalizar la escena. Pero no: la media de edad en el concierto pasaba los 35. Por lo que sea, el hard rock petardo sintoniza poco con la chavalada de hoy en día. Porque no nos engañemos: si Steel Panther no tuviesen una gran visión de imagen y marketing detrás, musicalmente meterían la misma gente que Reckless Love.

El concierto lo abrieron los catalanes GÜRU, la banda del incombustible David Palau. Presentaban “Red”, su trabajo más reciente y canciones como “Mientes” y “Rockstar” sirvieron para ir abriendo el apetito del público. Su vocalista, Dagarod, es un fuera de serie con un tono a medio camino entre Coverdale, Eric Martin y Joe Lynn Turner. No dejéis de escucharlos.

En resumen, una noche de hard rock melódico en familia pero no por ello deslucida. El hard melódico es cuestión de minorías, si, pero bandas como Güru y Reckless Love salen a tocar como si estuviesen en un estadio de Los Ángeles. Y eso es lo que les hace grandes.