OBSIDIAN KINGDOM + CUT THE END
De buenas a primeras, si conocemos un poco por dónde van los tiros de la propuesta de Obsidian Kingdom, sabemos que no estamos ante un concierto normal. Y las sospechas se confirman: los chicos nos tenían preparada más bien una "experiencia", y no es que hicieran nada estrafalario ni se hayan pasado al hipnotismo (aunque en algunos momentos, casi que sí…), pero sí que -modificando unos cuantos factores estándar del formato concierto- consiguieron hacernos disfrutar, concentrarnos, abstraernos y apreciar las sensaciones que nos pretendían transmitir con sus temas, más que entretenernos y motivarnos a hacer headbanging y dejarnos el sueldo en la barra.
Tocaron un set basado exclusivamente en el álbum que están promocionando, "Mantiis – An agony in fourteen bites", para hacérnoslo tragar de pe a pa, en orden y sin descansos entre los 14 cortes en los que está dividida la única canción del disco, consiguiendo así un efecto de inmersión total en ese universo que crean. Además, iban acompañados de unas videoproyecciones muy oportunas que intensificaban la experiencia, junto con un juego de luces que parecía hecho a medida para la música, aportando el dramatismo necesario en el escenario.
La Music Hall estaba bastante llena, cosa que a todos los que nos pasamos media vida en conciertos nos alegra siempre, y había bastante expectativa y curiosidad en el ambiente por ver cómo trasladaban su material al directo. En cuanto al sonido, en momentos puntuales hubo algunos fallitos de volumen, pero no fueron tan importantes como para empañar la calidad del bolo. Porque calidad y técnica hubo, y también ganas y corazón.
Consultando los nombres de los miembros, uno se los imagina perfectamente partiéndose en el local de ensayo diciendo "¿Y te imaginas que escriben en la prensa Ojete Mordaza II? ¿Y que tengan que hacer siempre copypaste para mencionar Zer0 Æmeour Íggdrasil?"… Y es que es precisamente Ojete Mordaza II, el baterista, uno de los puntos fuertes de la banda: todo un máquina, desde los momentos más calculadores hasta los de furia más orgánica e instintiva. El guitarra y vocalista, asumiendo el papel de frontman se dejaba la piel en el asunto cautivando al personal, pero tampoco podríamos ignorar lo esencial del papel que desempeña el teclista en la originalidad que caracteriza a esta propuesta.
Desde el principio se vio que la apuesta era elevada: la banda tenía entre manos una tarea ambiciosa y se lanzaron a ello. Con "Not Yet Five", esa anti-intro que se niega a pasar desapercibida, ya nos empezamos a empapar de las ideas que traían y es que, como he comentado anteriormente, nos traían algo especial. Algo especial que empieza sonando hipnótico y melancólico. Pero la agresividad fue en aumento hasta, por ejemplo, "Cinnamon Balls", tema en el que la percusión, la distorsión de las guitarras y la voz blacker toman el protagonismo y nos damos cuenta de que no va a ser un viaje por aguas tranquilas, sino que vamos a ir de la tempestad a la calma y vuelta a empezar varias veces. Durante "Awake Unitl Dawn" se les unió fugazmente Fiar, de Foscor, para encargarse de la parte vocal durante algunos versos. La entrada y la ejecución de su parte, tuvieron una energía especial que dejó extasiada a la gente y provocó bastante movimiento en la sala.
En definitiva, mucho Post-metal, Pseudo-metal, con algunos retazos ambientales, electrónicos y experimentales, pero sin acabar de adentrarse (para no perderse) en esos parajes y manteniendo recursos clásicos: una guitarra acústica folkie con toda su carga icónica peliculera, partes vocales con sus respectivas letras dentro de estructuras concretas… Pero es que nos hierve el cerebro solo de imaginar de qué locura serían capaces estos con un vocoder, explotando las posibilidades de la voz como un elemento instrumental más, a lo Xiu Xiu (a quien me recordaron por cómo empastaban las dos voces en directo), buscando nuevas sonoridades como Matmos o puliendo alguna pista hasta lo minimal, rollo Raime.
Vamos, que una vez superado del WTF inicial por lo original de su propuesta y digerida ya la misma, solo nos queda ponerles la nota que se han ganado, recomendar con entusiasmo sus directos y disfrutar de "Mantiis" las veces que se preste a ello mientras esperamos, mordiéndonos las uñas, a ver con qué nos sorprenden en próximos lanzamientos.
No está mal recapacitar y pensar en que, aún que no haya una escena delimitada ni estilística o ni geográficamente, Obsidian Kingdom no son los únicos en el territorio nacional que se han lanzado a hacer un tipo de música que parte del metal pero va más allá, tocando terrenos más experimentales, eclécticos y arriesgados. Así que por mucho que asumamos que tenemos un panorama musical muy estancado, deberíamos abrir los ojos (oídos) a esas bocanadas de aire fresco y atrevimiento que de verdad existen. Y así lo corroboran los madrileños Toundra, lo reflejan los mallorquines Fura, lo demuestran (y demostraron en Music Hall) Obsidian Kingdom.
P.D. Las camisetas son chulísimas y aceptamos sobornos (guiño ojo, guiño ojo. Talla M, ejem).
Texto: Cristina Ronaldo / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Obsidian Kingdom
Asistentes:250
Día:14/12/2012
Sala:Music Hall
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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