Medina Azahara mantienen vivo el rock andaluz

Tocaba presentar nuevo disco y la confianza y credibilidad que han depositado en él lo reflejaron en directo. Un directo intachable, compacto, muy completo, y que los eleva aún más en los anales de la historia del rock de nuestro país.

MEDINA AZAHARA son, prácticamente, patrimonio cultural del país. Más de tres décadas y media en el panorama bien lo justifica, y en todos esos años se han mantenido con unos principios firmes y una creatividad musical fuera de toda duda. Los cordobeses, a la hora de publicar disco nuevo, saben sacar lo mejor de sí mismos con la misma frescura que en sus comienzos, y estamos seguro que estas nuevas obras, como su último “Las Puertas del Cielo”, encontrarán una buena posición en su carrera cuando superen el test del tiempo. Muchas generaciones han crecido con la música de Manuel Martínez y su banda, y aunque ahora su público esté viviendo la peor crisis de los últimos años, sus inicios vinieron marcados por la transición, los últimos coletazos del franquismo y la creación de este teatro de títeres llamado democracia. Pero ahí siguen, contra viento y marea, bajo las circunstancias políticas, sociales y económicas que salgan al paso. Máximos exponentes del rock andaluz, herederos actuales de los creadores y desaparecidos GALAXIA, FLAMENCO y los más populares TRIANA, y con una historia que continúa.

Como casi cada año, Málaga tenía su cita con el quinteto cordobés, y esta vez lo hacían dentro de la gira de presentación de su nuevo álbum. Nunca han vivido de las rentas, y ese esfuerzo y energía con la que empiezan a abrir fuego con “Aprendimos a vivir”, “Niños de cristal” o “Somos Ángeles” – y así hasta llegar a un set acústico después de tocar más de una decena de temas de su último trabajo – se mantiene constante y en plena comunión con sus seguidores. Eso es lo que se llama presentar nuevo disco con todas las de la ley. Bajo un buen juego de luces y un sonido espectacular – muy raras veces fallan en estos aspectos – no deja de se admirable la apasionada interpretación de Manuel Martínez en “La Voz del Poeta”. Su rostro y las gesticulaciones con cada palabra que cantaba como si fuera la primera vez que pisaba un escenario, son dignas de alabanzas. “¿Por qué nos mienten”, “Eres Estrella Errante” o “Déjame soñar”, ganan muchísimos enteros en vivo, y el público las acoge como si fueran clásicos de ayer, de hoy y de siempre. Posiblemente “Juegos a media luz” será habitual en el futuro, y nadie de los allí presentes olvidará cuando al final de “Grita”, nos sorprendieron versionando “Fiesta Pagana” de MAGO DE OZ. La pregunta es: ¿tienen necesidad de hacer eso? Cada uno tendrá su propia opinión.

Se retiraron de forma momentánea mientras se acomodaba sobre en el escenario unas banquetas de cara a un set acústico. Sonaron “Otoño”, “La luz de mi camino”, “Solo y sin ti”, “Siempre estarás en mí”… y el momento de relax  se alargaba más de la cuenta hasta que comenzaron a llevar de nuevo al público en volandas con “No quiero pensar en ese amor” y su mítico “Palabras de libertad”. Y es que a partir de ese momento, es cuando empezaron a interpretarar sin ton ni son los grandes éxitos de su carrera. No faltaron la potente “Tierra de Libertad”, su homenaje a Jesús de la Rosa con “Abre la Puerta”, “Velocidad”, “Necesito Respirar” o esa versión de Módulos que ya han hecho suya: “Todo tiene su fin”. Tras dos horas de actuación, se despidieron del público malagueño que se encontraba en plena ebullición, pero estaba claro que no iba a quedar la cosa ahí. Volvieron con su himno “Paseando por la Mezquita”, su reconocido “Córdoba” y se despidieron, como siempre, con “A todo esa gente”, previa presentación de todos los miembros de la banda. Hay que decir que los ‘nuevos’ Juanjo Cobacho y Nacho Santiago forman una base rítmica de órdago, además de aportar sangre joven a una música sin fecha de caducidad.

Aunque siempre es un placer disfrutar de las bondades instrumentales de Paco Ventura y su guitarra, o de la faceta más setentera a las teclas de Manuel Ibáñez, en esta ocasión no hubo solos, ni demoras innecesarias. Y seguramente muchos esperaban más clásicos de la banda, porque no fueron pocos los que se quedaron atrás. “Favorita de un sultán”, “Niños”, “Al padre Santo de Roma”, “Dudas”, “El Vaivén del Aire”, “El pozo de mi sed”, “Navajas de cartón”, “Danza al viento” y así, hasta un casi infinito y personal listado. Pero tocaba presentar nuevo disco y la confianza y credibilidad que han depositado en él lo reflejaron en directo. Un directo intachable, compacto, muy completo, y que los eleva aún más en los anales de la historia del rock de nuestro país. Por y para siempre.