MARILLION
Hay bandas realmente especiales que consiguen una comunión con el público absolutamente mágica. Bandas que no deben demostrar nada, que hacen las cosas porque las sienten y porque les gusta, ajenos a modas y dando la espalda a la escena. Marillion de hecho dieron la espalda años ha incluso a la industria, y hace lustros que trabajan por libre. Cuando uno es capaz de liberarse de todos los yugos del negocio hace que la libertad de la que gozan se contagie.
Los ingleses han sacado “Less Is More”, un disco acústico en el que se liberan de toda orquestación eléctrica y desnudan las canciones hasta la mínima expresión. Bueno, tampoco es cierto, pues las dotan de multitud de instrumentos, la mayoría percusivos, con los que consiguen crear un pequeño mundo de melodías y sinceridad abrumadoras.
Así se nos presentaban en el marco incomparable del Casino de l’Aliança de Poble Nou, coqueto local de madera y palcos ideal para un unplugged de semejantes características. Nada de alcohol, nada de tabaco, nada de electricidad. Sólo silencio, respeto y atención hacia la banda. Serían dos horitas largas divididas en dos partes, con un descanso de un cuarto de hora entre medio. Primero la banda tocaría de cabo a rabo su nueva obra, y en la segunda nos ofrecería algunos de sus temas más clásicos (etapa Steve Hogarth, obviamente) en este formato preciocista e íntimo.
“Menos es más” reza el título y desencaminado no van. La sucesión de atmósferas que consiguen es espectacular. Olvidaros de los típicos unpluggeds de la MTV pues a la base de guitarras, bajo, batería y teclado le suman campanitas, xilófonos y Hammers dulzimer. Casi podríamos decir que se eleva a la máxima potencia la esencia de Marillion.
Abrirían con la genial “Go!”, pero sería “Interior Lulu” la que quedaría tan lograda y asombrosa como en disco. Pura elegancia en todos los acordes y punteos con un Hogarth dejando patente que posee una de las voces más expresivas y personales de la escena. “Wrapped Up in Time” y “Space” vinieron precedidas de la presentación de Hogarth contándonos todo lo que rodeó al disco, el porqué de esta gira y los instrumentos utilizados. Un “simpático” le haría algunos comentarios a viva voz que le serían respondidos por la banda. Arrancó varias risas, pero el sujeto se creció y siguió todo el concierto con la tontería haciéndose auténticamente cansino.
A “Hard As Love” le siguió la pieza de orfebrería que es “Quartz”, sumergida en un mundo de percusiones melódicas. Toda la banda utilizó elementos percusivos para atacar el tema y un teclado que parecía de juguete a manos de Hogarth. Pete Trewavas y Steve Rothery demostraron sus excelentes dotes como instrumentistas. La mágica “If My Heart Were a Ball” fue otro de los clímax de la primera parte con un Hogarth forzando su garganta hasta cotas límite. Quizá hubo algún tono rebelde, pero lo capeó con maestría.
Terminarían con más joyas como son “Its Not Your Fault”, “Memory of Water” y “This Is the 21st Century”, arrancando aplausos por parte de una audiencia, que si bien no llenaba el Casino, sí que demostró ser fiel, respetuosa y entregada al máximo.
En la segunda tanda banda y público se dejaron llevar algo más por el momento y la magia del ambiente. De hecho cayeron un par de temas más de los que ofrecerían en Madrid. Nada más y nada menos que “Ocean Cloud” y “Man of a Thousand Faces”, que sería muy demandada por algunos de los asistentes. Antes abrirían con las excepcionales “Cover My Eyes” y “Beautiful”, excepcionalmente adaptadas al nuevo formato acústico. Desgraciadamente no nos obsequiarían con la brillante “Estonia”, que sí estuvo presente en Madrid, en la Ciudad Condal disfrutaríamos de la, para mi inesperada, “Drilling Holes”.
La parte final sería delicatessen tras delicatessen con “Sugar Mice”, “Gazpacho”, presentada como era esperable en estas tierras, “Easter”, bellísima pieza, “Fake Plastic Tree” y “Made Again”. La gente se animó a cantar estribillos y la energía de banda y asistentes era palpable. Su elegancia siguió deleitándonos en las exquisitas “Made Again”, “Answering Machine”, la más aplaudida, y la final “Three Minute Boy”. 24 temas, uno de los conciertos más extensos de toda la gira, señal que la banda estuvo realmente a gusto, aunque se dice que en Madrid el concierto estuvo tan bien o mejor que el de Barcelona.
Sea como sea se nota que esta banda lo da todo por su público y fans. Se hace algo triste pensar en los setlists recortados que hemos vivido recientemente con Hardcore Superstar y Sonata Arctica, y más viendo que en otros países tocan hasta tres y cuatro temas más. En fin, por muy fans que seamos de otras bandas, pocas, muy pocas agrupaciones son capaces de crear magia en sus conciertos, y lo que consiguen Marillion sobre las tablas está al alcance de muy pocos. Una velada de sueño, palabra.
Asistentes:400
Día:14/11/2009
Hora:21:00
Sala:Casino Aliança de Poble Nou
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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