D.A.D

Son toda una institución a lo largo y ancho de Europa, de hecho, sólo hace falta echarle una ojeada a su DVD de Roskilde para apreciar la enorme cantidad de fans que les apoyan en todo el Viejo Continente pero… Spain is different. Apenas 100 personas, pero bueno, si echamos la vista atrás y recordamos cuantas había en su anterior venida (gira del “Helpyourselfish”) posiblemente estaríamos hablando del doble. Siendo D.A.D, siendo miércoles y siendo en L’Hospitalet, hay que referirse a todo ello como éxito. Sinceramente creía que estaría solo en la sala.

Los fans de D.A.D disfrutaríamos antes de la entrega de The Cannibal Queen, banda que suele ser ya muy habitual en el mundo del teloneo. La verdad es que cada vez que uno les ve más méritos les encuentra y más le calan sus temas. Poseen buen material y contaban con una pantalla detrás en la que proyectaban imágenes. Su cantante se empeñó en hablar en inglés y en mezclarlo con el castellano. Buenos riffs, estilo muy definido y coros apoyados por la bajista. Una cosa hay que tener en cuenta también, estar teloneando a muchas bandas puede terminar por cansar a los asistentes y que estos se decidan a asistir directamente a la banda principal. Las cosas mueren por defecto, pero también pueden morir por exceso…

Disfrutamos de los daneses en la última edición de Wacken, así que ya sabíamos que estaban en una gran forma. En esta ocasión no traerían esa característica espina de pez luminosa situada detrás de la batería, ni Pedersen saldría en los bises con su particular casco que echa chispazos, pero no importa, musicalmente convencieron. Su peculiar estilo está bastante alejado de lo que suele ser habitual. Podríamos calificarlos de hard rock a la danesa, aunque poco o nada tienen que ver con unos Pretty Maids. Tienen un toque western y cierta influencia galàctica. Sean lo que sean, son irresistibles, y si uno les desconocía con su directo terminaría por ser fan.

Salieron a por todas con un “True Believer” y apoyando a su notable nueva obra. ”Beautiful Together” demostró que funciona de maravilla en directo, así como las otras joyas de su último disco: “Monster Philosophy” y “Chainsaw”. Sería en esta última en la que la banda se despacharía a gusto haciendo parones y dejando todo el protagonismo a su batería, Laus Sonne, demostrando su valía con las baquetas a lomos del cadencioso ritmo del tema. Habitualmente muchos creen que la música de D.A.D es muy sencilla, pero este grupo tiene mucha más calidad de la que se les intuye.

Parte de esta creencia es debida a que Stieg Pedersen toca con un bajo de dos cuerdas. Definitivamente este bajista es su frontman. Salió vestido de vampiro con las palabras “Nasty” escritas en sus posaderas y con su bajo luminoso y transparente. Desgraciadamente sólo traería un par de bajos, en Wacken lució hasta seis. Cabe recordar que los fabrica él y tiene diseños tan delirantes como un cohete, un bajo al revés y una aceituna ensartada en un palillo.

La excepcional “Reconstructdead” sería la única visita al algo prescindible “Helpyourselfish”. Jesper nos hizo imitar el riff del corte aludiendo a que sonaba como un pájaro danés. Entre los muchos clásicos de esa noche estarían “Girl Nation”, “Bad Craziness” o “Everything Glows”. Buenos temas respaldados por un bullicioso público, muy sorprendido por la entrega del combo escandinavo.

El sonido acompañó y los bises fueron todo un regalo. “Jihad”, la western-metal “Riding with Sue” sería de lo más celebrada, pero el momento de la velada, como no podía ser de otra manera, sería la excepcional “Sleeping My Day Away”, coreada hasta la saciedad. El momento de la noche.

Excepcional directo disfrutado por una inmensa minoría. D.A.D siguen siendo a día de hoy esa banda fresca que animó la escena hard rock y que situó a Dinamarca en el mapa rockero. Son festivos, divertidos y van apoyados por grandes temas y una puesta en escena tan divertida como original. Es una lástima que una banda tan excepcional haya quedado relegada a banda de culto.