Malditos, condenados, endemoniados… pero The Damned siguen perjurando por el bien del Rock
Bueno, y ya os estaréis preguntando ¿Y qué hacemos en esta web de metaleros contando una historia de una banda punk que acaban de cumplir 39 años de singladura? ¿Y la crónica del concierto? Todo a su debido tiempo...
Ocurrió en 1976. Un tipo con voz de barítono que gustaba disfrazarse de vampiro (Dave Vanian), un alocado snob con gorra roja que usaba una lata de cerveza para rasgar las cuerdas de su bajo (si, de un bajo, al principio el bajista era Captain Sensible), un pelirrojo hiperactivo que tocaba la batería como poseído por su mascota enjaulada (Rat Scabies) y, el último en llegar, un guitarrista precursor de los sonidos góticos de Lords of The New Church (Brian James) conformaron el núcleo explosivo del punk británico. Antes incluso que los propios Sex Pistols con Anarchy in UK, The Damned habían editado “New Rose” que conquistó el honor de ser el primer single de aquella “movida” devastadora. También fueron los primeros en girar, un año después, por los Estados Unidos llevando bajo el brazo un recién salido Damned, Damned, Damned….
Bueno, y ya os estaréis preguntando ¿Y qué hacemos en esta web de metaleros contando una historia de una banda punk que acaban de cumplir 39 años de singladura? ¿Y la crónica del concierto? Todo a su debido tiempo…
Pues bien, que sepáis que cuando tras la gira americana Captain Sensible pasó a tocar la guitarra tuvieron que buscar un nuevo bajista y !wala! llegó Lemmy Kilmister, entonces bregando aún entre Bastards y Motörhead, para tocar en algunos bolos y grabar nuevas demos. Hay incluso quien habló de una banda fusión llamada Motördamn cuando se editó el bootleg “Over the Top”. La colaboración no fue muy extensa, un par de temas, un puñado de conciertos, sin embargo, la amistad entre ambos vocalistas, Dave Vanian y Lemmy, es proverbial y dura hasta la actualidad, habiendo más de una ocasión en que han vuelto a ser vistos juntos en actuaciones. Supongo que aquí más de uno habéis visto el excelente documental “Lemmy” (2010), de Wes Orshoski, donde precisamente se revelan aspectos hasta entonces poco conocidos de esa amistad y de la estrecha línea artística y musical que los ligó a ambos y que llevó al mismo director, tiempo después, a centrarse en un nuevo biopic sobre las banda que nos trae al trapo: “The Damned, Don’t You Wish that We Were Dead” (2015) es el título del nuevo rockumentary que os aconsejo vivamente en cuanto sea lanzado en DVD (aquí un anticipo https://youtu.be/GVI8SOt3OvI) ya que la historia de estos británicos está plagada de interesantes y decisivas circunstancias que bien merece la pena que conozcáis a fondo. Bien, aclarado el tema de porqué hablamos de esta peña en la web metalcircus…dejadme seguir.
La última vez que había visto a The Damned en directo fue en el Azquena Rock del 2010 y tuve la gran suerte, la mañana previa al concierto, de encontrarme cara a cara con un Vanian absolutamente extraviado en las calles de la hermosa Vitoria. Imposible no reconocerle con aquel mechón blanco tan característico, sus sempiternas gafas de sol, sus botas de punta Sendra y su vestimenta negra, buscando desesperadamente la calle de su hotel. Me pidió discretamente ayuda y marchó luego, con su aire de dandy impoluto, velado entre la estridente radiación solar y la que él mismo emanaba… ¡Había topado con una auténtica estrella!
Era pues una exigencia estar el pasado viernes a las puertas de la Razzmatzz y no perderme un minuto de la actuación. Con varios de sus discos en mi haber y siendo como son una referencia incuestionable en la sucesiva movida new wave y goth de la cual provengo (mis años me delatan y mi especial querencia a su disco Phantasmagoria también) no podría ser de otro modo. Así que metalcircus me acreditó, dada mi insistencia…y ahora os cuento lo que vi y escuché.
Con Motorzombies como banda telonera, estos catalanes ya son sobradamente conocidos en los circuitos del Psychobilly nacional con su propuesta llena de verde comicidad y tierna depravación( ¿o será al revés?) Nos presentaron algunos cortes de su nuevo trabajo editado en vinilo El regreso de Motorzombies (espectacular portada que manoseé en el merchandising) y algunos de su anterior trabajo, el EP Deseos, convertido en la banda sonora del espectáculo del mentalista Luis Pardo. Un grupo que cuida mucho su presencia en escenario y que dignificaría cualquier sarao donde el rockabilly se tizne de psychokillers y monstruos de serie b. Rato agradable para amenizar los previos mientras esperábamos a los legendarios The Damned.
Si hay algo que tienen estos malditos – condenados- endemoniados músicos es su poder de fascinación. Dave Vanian ha dejado atrás el mechón blanco (una pena porque era una de sus señas de identidad), sin embargo, su presencia eclipsa al resto de músicos, incluido al guitarrista Captain Sensible, quien hace años dejó también atrás su histrionismo y sus payasadas, cediéndole ese honor al actual teclista, Monty OxiMoron que cada día me recuerda más a Barragán y sus gracias. A penas visible entre los tambores y platillos se hallaba Pinch y muy próximo a éste, Stu West, el bajista que ostenta desde el 2004 el puesto que antes tuviera la esposa del cantante, la añorada y exuberante Patricia Morrison, icono del movimiento gótico desde sus inicios con Sisters of Mercy. La salida de los músicos con unos acordes de fondo del «Street of Dreams» (precisamente de mi emblemático Phantasmagoria del 85) como mera presentación fue todo un gustazo…la vez anterior habían obviado por completo cualquier tema de ese disco. Pero no, no lo tocaron de hecho y rápidamente, la ágil figura de Vanian y el porte estrambótico de Sensible (Sensato en español, para los no iniciados) se desató en un alarde de puro punk con «Love Song» como descarga. ¡Así sin avisar! La peña se desmadró ya desde el inicio. ¡Cómo se hace notar este tipo de público! Muy inquieto, muy acelerado, muy bestia, a veces. Entre los auténticos punks de otras épocas, ya calvos y más moderados, se destacaban un par de pelucones de pincho y algunos cardados ochenteros que estaban más por la labor de fumarse una china y besar a la novia. Second Time Around no dejó tregua y dió paso a «I Just Can’t Be Happy Today» (ésta, por cierto, es de las que originariamente había tocado Lemmy). Centrados en los tres primeros discos, The Damned estaban dejando claro que con sus casi 40 años de trayectoria debían comenzar tal y como comenzó su carrera: rápidos, hostiles, vibrantes y, a pesar de las tendencias de su época, con una calidad musical que les desmarcó y les hizo perdurar con himnos que trascendieron sus propias fronteras. Más avanzado el setlist, y casi finalizando el grueso del repertorio, aún subieron el octanaje de combustible escénico con «New Rose» y «Neat, Neat, Neat», aunque antes nos hicieron un recorrido por los álbumes intermedios: el Black Álbum, esa doble joya de comienzos de la década que atesora el “History of The World Part I” o el “13th Floor Vendetta”, lleno de referencias fílmicas al cine de terror. Con esa incipiente incursión a espacios más siniestros, tampoco se olvidaron de rendir culto a temas ligeramente emparentados con el pop como «Wait for the Blackout», o los cantados por Captain, “Lively Arts” y “Silly Kids Games”. Del Strawberries sonó únicamente «Ignite».
El Black Album es de esos discos que cuanto más se escuchan más memorables te parecen, sin embargo, no estaré tranquila hasta que consiga escuchar «Twisted Nerve» en vivo…y para eso habré de esperar al 40 aniversario, me temo. Y allí espero veros a todos los que hoy leéis esta crónica. No dejéis pasar nunca un directo de estos portentos. Vanian es un monstruo, un hábil conciliador entre melodías atenuadas y letras llenas de violencia y exabruptos, un crooner que desafía el tiempo conservando una excelente forma física y voz, capaz de provocar en el público, con un solo movimiento de manos y un desairado gesto, una auténtica debacle. Cuando comenzó a sonar su personalísimo cover de “Eloise”, tan conocida en nuestro país gracias a la versión que hiciera Tino Casal después de ver una actuación de los británicos en Londres, la peña se desgañitó llamándola a grito pelado. Fue ésta y un “Alone Again or” las únicas concesiones al álbum Anything del 86. “Anti-Pope” y “Disco Man” devolvieron los tintes frenétios y los estallidos de júbilo de los presentes que a base de empujones me obligaron a pegarme al trasero del insigne ilustrador del Ruta 66, Ladrón. Y perdí varias de mis chapas de The Damned.
El concierto tocaba a su fin y Vanian nos ofreció a los allí presentes la posibilidad de elegir entre el “White Rabbit” (otra de las versiones que The Damned rescató del pasado, ésta de los Jefferson Airplane) o el “Shadow of Love” (no presente en el set list de la noche) Ganamos los del canto derecho del público y para real satisfacción sonó un segundo y último tema del particular y oscuro Phantasmagoria, un maravilloso corte de rockabilly siniestro.
Pero a los seguidores de The Damned no se les puede despedir con un corte de medio tiempo, alejado ya de los paradigmas del punk, por muy selecto, elegante y brillante que sea el tema. Aquí tocaba algo realmente contundente y esencial: “Smash It Up” fue la respuesta. Y con su animado estribillo se dio fin a la actuación de The Damned que fundió a negro.
Setlist:
- Street of Dreams
- Love Song
- Second Time Around
- I Just Can’T Be Happy Today
- Wait For The Blackout
- Lively Arts
- Silly Kids Gane
- FanClub
- History of the World (PartI)
- 13th Floor Vendetta
- Ignite
- Stranger on the Town
- Anti-Pope
- Eloise
- Disco Man
- New Rose
- Neat, Neat, Neat
- Shadow of Love
- Nasty
- Alone Again Or
- Smash it Up
Promotor:Eclipse Group
Día:2015-04-17
Hora:21:00
Sala:Razzmatazz 2
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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