He de reconocer, en primer lugar, que nunca he entendido muy bien la razón de ser de este tipo de bandas tributo. Entiendo la acogida por parte del público, y la motivación que supone el poder escuchar en directo algunos temas que de no ser por estas formaciones, probablemente nunca podrían disfrutar. Lo que más me cuesta concebir, si dejamos a un lado el carácter de homenaje, es la motivación de los músicos y ese aire de imitar hasta en los más mínimos movimientos a las estrellas que supuestamente homenajean. Porque ya no se trata únicamente de calcar las canciones (otra cosa que nunca me ha terminado de convencer es la manía de hacer versiones que son completamente idénticas al tema original) sino las poses, los gestos, los instrumentos e incluso el propio vestuario. El resultado de esta puesta en escena es el mismo que nos encontramos cuando compramos un rolex en un mercadillo. Es brillante, da el pego durante un rato, pero tiene que ser tremendamente buena la imitación como para no caer en el ridículo. Y por desgracia, al menos la pasada noche, los LETZ ZEP no estuvieron a la altura.

Prometia el princípo de su actuación, con puntualidad británica, con los acordes de “Rock and Roll” sonando a todo trapo. y una sala volcada al máximo, como si estuviéramos en los 70 y el mismísimo Jimmy Page estuviera en la sala. Sin embargo, poco tardaron en salir a flote las carencias de los británicos. En primer lugar, la labor a la guitarra de Andy Grey deja bastante que desear. Si bien se sabe defender en las partes rítmicas, los solos mostraron una serie de carencías técnicas que no estuvierón a la altura de su referente. A pesar de contar con un sonido más que digno, no logró brillar en ninguna de sus interpretaciones, restando veracidad y consistencia a la propuesta.

Mucho más destacable la labor de Bengy Reid (batería) y Steve Turner (Bajo y Teclados) en la base rítmica. Poderosos en todo momento, son el verdadero pilar que soporta esta formación a pesar de quedar en segundo plano durante gran parte de la actuación. Mención especial para el sólo de batería del señor Reid que fue de lo mejorcito del concierto.

Las labores a la voz de Billy Kulke pasan más desapercibidas, tanto para lo bueno como para lo malo. Y tratándose de un tributo a una banda con semejante personalidad vocal, este hecho no dice mucho a su favor. De su actuación, correcta aunque carente de brillo,  se desprende un estudio pormenorizado de Robert Plant pero una ligera carencia vocal que no le permite llegar al poderío de la figura que itenta representar.

Como sudece en muchos de estos caso, las canciones son las que salvan la actuación. Haciendo de tripas corazón y dejándose llevar, fue posible disfrutar de grandes clásicos como “Black Mountain”, “Daced and confuse” (con la parafernalia del arco de violin incluida) o la sempiterna “Starway to Heaven” que si bien hizo las delicias del respetable, se quedo muy lejos de la original tanto en intensidad como emoción.

Cerraba el concierto “Inmigrant Song”, en la misma línea que las anteriores. Sensación agridulce pues para una propuesta que prometia más de lo que nos dieron, y que nos deja la sensación de que lo inimitable, a pesar de los esfuerzos de algunos, sigue siendo inimitable. Como los Rolex.

Texto y Fotos: Javier Bragado

Promotor:RM Concert

Asistentes:1000

Día:18/01/2011

Sala:Heineken

Ciudad:Madrid

Puntuación:6