LACUNA COIL+ POISONBLACK + NODE
Con el mes de Septiembre prácticamente finiquitado, llegaba hasta la capital un paquete más que interesante, con dos de las bandas punteras dentro del metal y rock gótico. Pensando en que se trataba de grupos que no hicieron parada en Madrid en la última gira europea de salas – y es que LACUNA COIL y SENTENCED acabaron cambiando la fecha de la capital en su último tour conjunto – un par de años atrás, la expectación era bastante grande; y todo ello se materializó en cifras de asistencia..
En esta ocasión, los finlandeses cambiaban de nombre; pero no así en estilo. Los POISONBLACK de Ville Laihiala serían los acompañantes de lujo de los italianos; que además, tenían en sus compatriotas NODE todo un seguro de vida para abrir y caldear el ambiente de sus conciertos.
Cerrando una semana más que animada, con visitas de Abbath de IMMORTAL, concierto de SATYRICON y demás peripecias dignas de ser contadas alrededor de algunas cervezas, finalmente llegaba el gran día. A eso de las cuatro de la tarde, por razones diversas, ya nos encontrábamos en las inmediaciones de la sala. A menos de dos minutos del kilómetro cero y entre obras y más obras, nos dirigimos hacia la sala Joy Slava para comprobar qué ambiente se vivía en los alrededores de la discoteca, en las horas previas al evento. Y ¡oh sorpresa!. Un nutrido grupo de personas, en su mayoría de corta edad, esperaban pacientemente junto a una de las puertas traseras en búsqueda de algún autógrafo o foto de sus ídolos.
Teníamos entrevistas con ambas bandas y tras completar sendas rondas de preguntas con la inestimable ayuda de Javi Metal, y después de “colarnos” con las tres chicas premiadas para conocer a las bandas de mano de la revista “Loka”, creímos conveniente el hacer un pequeño parón antes de entrar en la sala.
Una sala, que además de ser clásica en algunos círculos madrileños, principalmente de modernos y famosos, ha sabido adaptarse y adecuarse para la celebración de conciertos. Se trata de un teatro, reconvertido en discoteca, que cuenta con algunas comodidades poco habituales en otros recintos. Cómodos sillones, pantallas retransmitiendo a tiempo real las actuaciones en los laterales, y el encanto de los palcos, hacen que esta sala sea algo más especial que las otras.
Un escenario de dimensiones más que ajustadas, escondía los instrumentos de las bandas invitadas, en primera instancia, y el set de batería de los cabezas de cartel en un nivel algo más elevado.
Los encargados de abrir la velada no serían otros que los milaneses NODE. Imagino que algún tipo de amistad con miembros de LACUNA COIL les habrá llevado a ser finalmente incluidos en el cartel de esta gira; ya que se trata de una banda que practica un estilo muy diferente al de LACUNA COIL o POISONBLACK. Desde fuera podemos decir que parecían músicos muy honrados y con ganas de dejarse la piel sobre las tablas y causar buena impresión. Y así que lo hicieron. Pasadas las siete y media de la tarde, hacían acto de presencia NODE para presentar su más reciente lanzamiento, titulado “As God Kills”. La banda tiene una importante trayectoria; y es que llevan dejándose el callo desde 1994. Su Death con partes Thrash de fácil escucha, revitalizó a un público que ya de por sí traía las pilas bien cargadas para lo que se les venía encima.
Me consta que hubo gente que se desplazó únicamente para verles a ellos. Y pese a su corto show, imagino que no se fueron decepcionados. Me quedé únicamente con algunos de os títulos de su más reciente trabajo de estudio. Y es que el propio tema “As God Kills” fue de lo mejorcito de su repertorio. Con actitud amable y con la lección muy bien aprendida, la banda llegó, tocó y recogió todos sus bártulos para dejar paso a los platos fuerte de la noche. Toda una lección de humildad que deberían aprender muchos otros. Nos quedamos con ganas de más, pero el tiempo sólo permitió superar los treinta minutos de actuación.
Con la sala repleta y con el tercer de los anfiteatros abierto al público, saltaban al escenario POISONBLACK, la banda llamada a recoger el testigo de los malogrados SENTENCED. Esta vez no tuvimos botellas de vodka, borracheras inesperadas ni sonido deficiente. Con ese punto de partida, el resto era de esperar. Con un Ville más entregado de lo que venía siendo normal, la banda realizó una buena actuación. “Lust Stained Despair” es un disco que contiene algunos elementos distintos a lo que viene siendo habitual en el metal finlandés. Sin embargo, lo sucedido dicha noche en Madrid, fue como una especie de reencuentro con el espíritu de los últimos SENTENCED. “Raivotar” comenzaba la traca, dejando claro que serían varios los temas de este segundo disco, que irían cayendo a lo largo de la noche. Concentración absoluta y estilo directo. Llamó la atención el trato con el público, que fue mayor del esperado; y más conociendo la naturaleza callada de estos nórdicos. Algo desde luego, está cambiando; porque ya el señor Akerdfelt de OPETH nos sorprendió con grandes monólogos en su última venida.”Exciter” e “Illusion/Delusion” causaban el revuelo de las primeras filas, coreando cada una de las palabras pronunciadas por el espigado vocalista. “The darkest lie”, “Nothing else Remains”, con un sonido calcado al del “The Funeral Album”, hicieron enloquecer a muchos de los allí congregados, que no paraban de jalear a todos los miembros de la formación finlandesa. El sonido fue bastante bueno para tratarse, junto con NODE, de bandas que tocarían en condiciones distintas por ser teloneros. Un “Love Infernal” con un tempo más rápido de lo habitual seguiría el listado de temas. “Nail”, “Rush” perteneciente al primer single del nuevo trabajo, y “Soul In Flames” pondrían el punto y final de la noche para POISONBLACK, en un concierto bastante mejor de lo esperado, con buenas dosis de metal gótico, grandes melodías melancólicas y una formación conjuntada con un vocalista correcto y metido en su papel.
Con el reloj marcando las nueve y media, se ultimaban todos los detalles para la última propuesta de la noche. Ni más ni menos que LACUNA COIL, banda que sin duda, se encuentra en un proceso de ascensión que ya comenzara hace algunos años. Atrás quedan sus actuaciones como teloneros de THEATRE OF TRAGEDY, o apariciones como las del festival Rock Machina. Las cosas han cambiado, y el éxito se ha instalado en la carrera de los italianos. Aunque creo también, que hay que saber alabar el espléndido trato que la banda ofrece a su público, aunque sólo nos refiramos en este caso, al plano puramente humano.
El sentido artístico, la actuación de los “coilers” no escondió apenas sorpresas. Un concierto previsible, sin grandes altibajos, que tuvo sus momentos álgidos en las fases en las que la banda interpretó sus temas más “populares”. Curioso este calificativo, ya que para muchos de los congregados en la sala, dichos cortes sí fueron lo que ellos demandaban. Quizá fuimos pocos los otros, que con cierta duda, nos preguntábamos si en esta ocasión cabría sitio para algo del material antiguo de la banda. No fue así. Y es que la totalidad del set-list se basó en temas de su último trabajo de estudio “Karmacode” y su predecesor y aclamado trabajo “Comalies”, salvo un único tema adicional.
Con un imponente telón de fondo con una de las imágenes de “Karmacode”, los músicos fueron colocándose en sus posiciones, ataviados – salvo en el caso de Andrea y Cristina – con sendas máscaras blancas con las que interpretaron el tema de bienvenida, que no fue otro que “What I see”. Con una cuidada estética, consistente en todos los casos en camisa y corbata, la banda saludaba por primera vez al público y acto seguido atacaban con “Fragments of faith”.
Un público enfervorecido, coreando todos los temas y reclamando los saludos de los músicos llevó al sexteto milanés en hombros hacia el triunfo. Fue curioso, en cualquier caso, el empeoramiento del sonido en los primeros compases de su actuación, que hasta ese momento había sido impecable. “Swamped” daba paso a los temas de “Comalies”, que obviamente se fueron alternando con otros como “Fragile”, “Invisible Light” o “Devoted”. La única canción que entró en esta terna de opciones, fue “1.19”, correspondiente a “Unleashed memories”.
Un concierto lineal hasta el momento, vio en “Closer” un pequeño giro que nos permitió comprobar cómo se desenvuelve la banda en terrenos más cercanos al pop. Pese a las voces críticas, la canción era carne de hit desde un primer momento. Y a la evidencia me remito, sabiendo que recientemente fue incluida en el último single homónimo. Directa, melódica y pegadiza. Nada que objetar, desde luego. “Devoted” y “Entwined” retomaban el rumbo anterior de la actuación. Con una sala en la que ya no cabía ni un alfiler, los más rezagados se afanaban en ocupar las últimas plazas vacantes en los anfiteatros más altos.
La banda no paraba de moverse, cosa que por cierto, dificultó enormemente la labor fotográfica en un foso repleto de medios. Cristina, con su enérgica actitud, se metió al público en el bolsillo. Y Andrea, por su parte, no paraba de repetir ese baile tan clásico dentro de los frontman de metal moderno. Los dos Cristianos y los dos Marcos (¡vaya coincidencia de nombres!) se limitaron a cumplir su labor, sin mayores complicaciones. “To the edge” y “Daylight dancer” llegaban en un momento más que importante. Y es que fue la última recta final del concierto, la que consiguió enganchar a muchos de los que hasta ese momento, andábamos bastante desconectados de lo que sucedía sobre las tablas.
Con “Virtual environment” llegaba la primera, y a la postre última parada de la noche. Bandas a los camerinos y público que sabía que aquello tenía que dar todavía mucho más de sí. Y efectivamente así fue. Si no hubiera sido por los tres últimos temas, el concierto quizá hubiera sido algo tedioso. “Enjoy The Silence” fue la canción escogida para abrir los bises. Finalmente he acabado viendo las posibilidades de esta versión, que no me convenció mucho cuando pude escuchar la promo del disco por primera vez. Sin ir más lejos, qué mejor ocasión que para presentar un tema que en directo y ante un público totalmente entregado funcionó a la perfección. He de decir que pude escuchar recientemente la canción original, interpretada por sus compositores en directo, y el resultado fue más que aceptable. El atractivo “Heaven's a lie” desató de nuevo la histeria, en muchos casos, y no hizo más que corroborar el buen estado de aceptación de LACUNA COIL en los últimos tiempos.
El show llegaba a su fin, y Andrea avisaba de esta situación, agradeciendo la asistencia de todo el público madrileño. Para acabar, “Our Truth”, primer single de “Karmacode” y que hizo saltar por última vez a la audiencia.
En definitiva, un concierto variado, interesante, pero algo bajo en calorías, salvando momentos puntuales de las tres bandas. No me extrañaría ver próximamente a LACUNA COIL moviéndose en cotas más altas de popularidad y dando el salto a salas de 2000 personas. Y si no tiempo al tiempo. Me viene a la cabeza el nombre de WITHIN TEMPTATION.
Alejandro Pérez
Promotor:Rock'n'rock
Asistentes:600
Día:29/09/2006
Hora:19:00
Sala:Joy Slava
Ciudad:Madrid
Puntuación:8
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