Segunda vez en pocos meses que los canadienses Kataklysm visitaban la Península, tras sus exitosos bolos teloneando a Cannibal Corpse. Conocedores de tal apresurado retorno no dudaron en rodearse de un par de buenas bandas que dieran el empujón definitivo para que el potencial público decidiera acudir a las salas de conciertos, en el caso de que la calidad que atesora a  Maurizio Lacono y los suyos en directo no fuese suficiente reclamo.

INTO ETERNITY, ESTRAMBÓTICOS

Puntuales como pocas veces se ve en Mephisto (de hecho, salieron a escena un poco antes de la hora anunciada) saltaban a las tablas los bastante desconocidos Into Eternity. Lo cierto es que esta banda tiene ya 3 discos completos en el mercado, a pesar de que aún no hayan llegado a la gran masa. Había leído algún comentario sobre su propuesta atrevida, aunque nunca los había llegado a escuchar.

Si bien las bases que dictan bajo y batería son contundentes y propias del metal extremo, los demás instrumentos (entre los que incluyo la voz) dotan a su música de un dinamismo que hacen que su propuesta tenga apuntes más heavies. Voces guturales y melodías rápidas en una onda Slayer se alternan con elaborados solos heavies y con voces agudas, conformando así un progresivismo extremo que si bien a mí me encandiló, pareció resultar algo confuso para la audiencia plenamente extrema que allí se citaba. El hecho de que todos los componentes del grupo participen en las labores vocales y en los coros no hacen más que enriquecer su propuesta, que fue aprovechada por un sonido más que aceptable. Realmente fue un muy buen concierto, jugaron sus cartas lo mejor que pudieron y les salió bien el tiro.

MYSTIC CIRCLE, ACTITUD y SONIDO MIERDOSO

Sin mucha dilación, salieron a escena los germanos Mystic Circle, reenganchados de nuevo para esta gira tras irse a pique aquélla en la que debían haber compartido cartel con Deicide. Con actitud y ganas apareció el trío sobre las tablas, situándose en un principio el guitarrista Ezpharres a la izquierda y el mítico calvorota de Beelzebub en la parte derecha, armado con su bajo y con sus cuerdas vocales cargadas de mala leche. Como era de esperar, basaron su repertorio en temas de “Damien” un disco de corte más deathmetalero del que nos tenían acostumbrados, aunque sin olvidarse de su pasado más black recuperando temas de aquél mítico Drachenblut. Lo primero que me llamó la atención era que el sonido de la guitarra de Ezpharres era mierdoso, pues más que una guitarra parecía una batidora, por lo cual las mágicas melodías de algunos de sus temas no se pudieron más que intuir. Una lástima.

Guitarra y voz intercambiaban posiciones sobre las tablas continuamente, en la más plena tradición de sus compatriotas Destruction, ayudando a dar dinamismo al show y destilando potencia a raudales.¿Vimos transmitido esa sensación de caña entre el público que abajo se encontraba?  Sí, pero tan sólo a partir del amago del Raining Blood de Slayer que se marcaron, enlazándola rápidamente con otro de sus temas. Pero menuda que se lió en el foso en tan sólo 10 segundos. A partir de ahora la olla se iba a convertir en una guerra.

GRAVEWORM, ATMÓSFERA Y CALIDAD

Poco me iba a imaginar yo que 4 meses después de ver su actuación en el Nuclear Festival francés iba a tener el lujazo de ver a los italianos Graveworm de nuevo sobre el escenario, esta vez en mi ciudad.

Salieron a comerse el escenario y el público los recibió de una forma bastante más calurosa de lo que me esperaba, a pesar de que para esta ocasión la bella Sabine Mair, por causas que desconozco, no compadeció, encargándose de las teclas un músico de sesión. Tanto el vocalista Stefan Fiori (que volvió a aparecer con una camiseta que hacía referencia a su Milán natal)  como los dos guitarristas y especialmente el bajista no pararon de moverse y hacer headbanging durante todo lo que duró la actuación. Si el bajista continúa haciendo esos remolinos de forma tan continua y sin descanso un día va a salir volando por el techo de alguna sala.

Si bien el último disco de la banda, “Engraved in Black” me decepcionó bastante en su momento por su sencillez y comercialidad, hay que reconocer que los temas ganan bastante en directo, consiguiendo el grupo recrear una atmósfera bastante propicia. De susodicha obra sacaron la mayor parte de su repertorio, cayendo así temas como “Legions Unleashed”,  “Dreaming Into Reallity” o “Drowned in Fear”.

Me pasé el concierto pidiendo a gritos que tocaran Unhallowed By The Infernal One esa GRANDIOSA canción que abre su disco “Scource of Malice”. Tras cuatro o cinco temas, Stefan, que se percató de mi estado esquizoide, se dirigió hacia mí preguntándome qué tema quería oír, a lo que yo respondí gritando el nombre del tema en cuestión (no, no estaba preparado). Y la oscuridad dejó preñada a las pocas almas de la sala que aún rendían culto a la desidia. Unhallowed by the Infernal One sonó. Y de ahí la explosión, el súmum. Avasalladora composición a la que siguió algún corte del “As the Angels Reach the Beauty”  (concretamente “As Dreaming Beauty”) y un par de temas en exclusiva de la que será su próxima edición de estudio, que si bien no estaban nada mal, parecen seguir la línea de su última obra editada.

A diferencia de lo que sucedió con Mystic Circle, el sonido fue muy bueno y todos los que allí nos congregamos pudimos disfrutar de lo lindo del show de los italianos.

KATAKLYSM, NORTHERN HYPERBLAST

Tras unos breves instantes de espera apareció la máquina con su bestia, es decir, Kataklysm y su batería- revientacráneos Martin Maurais. 

Y comenzó la batalla. Con Maurizio Lacono como frontman, los canadienses arremetieron sin piedad contra toda cabeza que todavía se encontrara sobre sus hombros, despedazando temas básicamente extraído de su último Serenity in Fire. No me pidáis que incluya temas con mucha exactitud porque no dispongo del set list, pero si mi memoria no me traiciona no faltaron trallazos como “The Ambassador of Pain”,  “Serenity in Fire” o “In Shadows and Dust”.

Parte del público que se encontraba en la primera mitad de la sala se puso como loco a liarla en la olla, lo cual no es de extrañar, dada la tralla que estos chicos meten con su northern hyperblast (tal y como gustan que les etiqueten). Todos los asistentes no dudamos ni un instante en meternos embudos en la boca para no desperdiciar ni un ápice de la adrenalina con la que esta peña nos estaba salpicando sin parar, contagiándonos así de su ira.

Los blast beats perpetrados por esa bestia de nombre Martin Maurais eran seguidos por gran parte del respetable con atención. Sigo pensando que este hombre no se prodiga demasiado en salir a saludar después del concierto para que no le descubramos el tercer brazo que a buen seguro sale de su cuerpo y que le permite tocar de tal manera. Si no, no me explico cómo se lo hace este buen hombre. El gran solo que se marcó no hizo sino confirmar gran parte de nuestras sospechas, aunque, todo hay que decirlo, no fue tan espectacular como el que le vimos hacer cuando vinieron teloneando a Cannibal Corpse.

El sonido volvió a ser bastante bueno, diferenciándose claramente los riffs que emanaban de los dos guitarristas, y el grupo pareció bastante motivado, dando las gracias en todo momento y chocando las manos al público de las primeras filas siempre que podían.

En definitiva, una gran noche de metal extremo, en la cual todos los grupos del cartel, acompañados por el sonido o no, rallaron a un buen nivel. Esperemos que no tarden en volver.

Penumbra

Datos:

Mephisto
Barcelona
Promotor: Voliac
Público: 375 personas

Día:11/2004

Puntuación:8