Un momento dulce es el que están viviendo HAMLET en los últimos cinco años. Sus discos son celebrados ya no solo por los fans de antaño sino por toda esa corriente de nuevos seguidores del metal más rocoso-pero-actual con el que los de Molly y Luis Tárraga siempre han estado en conexión. Y es que HAMLET son un fenómeno en si mismos, una de las pocas bandas nacionales que funciona siempre, que aplasta siempre y que cumple con creces siempre. Ver sus conciertos en Barcelona es casi una obligación en cada una de sus giras: el nivel de entrega y contundencia está al alcance de pocas bandas en nuestro país –y en el mundo.  Y eso que –como ellos mismos admitirían, me temo- no han inventado nada nuevo. Las afinaciones capaces de remover órganos internos no son patrimonio exclusivo de HAMLET, ni tampoco lo son las combinaciones de voces duras y melódicas de las que gozan muchos de sus temas. Pero para que una banda te conquiste, no solo debe entrarte directa por el oído, sino también directa al corazón. Y ahí es donde estos tipos son excelentes: ganándose el acceso al lado más animal de tu persona.

“La Fuerza del Momento”, con la que iniciaron un gran concierto en la Sala Bikini de Barcelona en una fría noche de sábado, es muy descriptiva de lo que sucede en un show de HAMLET. “La Fuerza del Momento” posee a varios cientos de personas simultáneamente y aquello se convierte en una ceremonia. ¿De qué? No lo se bien, bien. Pero de algo duro, pesado y que duele al golpearte. Un dolor que encandila.

Unas 500 personas acudieron a la llamada de la nueva gira del grupo en Barcelona. La actuación anterior, casi exactamente un año antes en la sala Razzmatazz 2, apenas tuvo a 300 personas entre el público, lo que confirma que el nuevo disco de la banda ha conseguido mover a las salas a los indecisos o a aquellos fans más casuales que no van a todos los shows del grupo. Hay que tener en cuenta que quien más y quien menos ha visto a HAMLET cinco o seis veces en su vida, entre festivales, salas y demás. Pero de algún modo, han conseguido instaurar ese beneficioso “sello de calidad” en sus actuaciones, ese que dice “si pagas por entrar a este bolo, saldrás satisfecho”.

“Límitate”, del mítico ‘disco negro’ fue la siguiente en sonar, con el público ya muy activo en las primeras filas de cara a la siguiente, “Mi Soledad”. Tanto Alberto Marín como Tárraga enfocan su agresión guitarrera sin tregua posible, siendo Marín un miembro ya tan integrado en HAMLET que se hace raro hasta pensar que hubo un momento en la historia en el que no formó parte de la banda. La cañera “Entre la Niebla” fue uno de los puntos álgidos de la noche; no en vano es uno de los temas más queridos del nuevo disco. El Molly más violento vocalmente se deja llevar en este tema, contagiando a las primeras filas con sus gritos y, cuando no, con sus sprints de lado a lado del escenario.

Un set list largo y bien labrado fue el punto a favor del concierto, donde se abstuvieron de descargar demasiados temas de “Sanatorio de Muñecos” o “Revolución 12.111” después de la gira conmemorativa del año pasado. Tiraron mucho de los nuevos temas (“Deja Vu”, “La Sombra del Pasado”, “Despertar sin Vida”, “Desesperación”), alguno de “Pura Vida” (“En Mi Nombre”) y de “Syberia” (“Serenarme”) y los bombazos clásicos  de “Revolucion 12.111” como “Jodido Facha” o “Egoismo”. Un set equilibrado, donde quizá faltaron algunos temas más de “La Puta y el Diablo” (apenas sonó “Siete Historias Diferentes”) pero que tuvo un final brutal, con la participación de Morti (SKIZOO, EL FANTASTICO HOMBRE BALA) en “Imagine” y luego de Alex de VÓRTICE (quienes abrieron el show esa noche) en “Dementes Cobardes”. El grupo cerró con la nueva “Un Mundo en Pausa” y se quedó muy ancho, dándose un baño de masas durante unos minutos. Demostraron que pueden confiar ciegamente en su nuevo material, tocando la mitad del nuevo disco y consiguiendo arrancar una reacción ejemplar en el público. Cargándose los mitos habituales, HAMLET demostraron que si le das buen material a tus fans, seguirán interesados en el progreso de tu carrera. La evolución de HAMLET estos últimos años ha sido muy interesante y han conseguido reinventarse dentro de una escena metálica en la que podrían parecer viejas glorias trilladas de ser otro el caso. Pero HAMLET en el 2012 están tan vigentes como en el 2002.

Texto y fotos: Sergi Ramos

Promotor:Wilma Producciones

Asistentes:1000

Día:04/02/2012

Sala:Bikini

Ciudad:Barcelona

Puntuación:9