HAGGARD
De veras resultaba una incógnita el cómo iba a responder el público barcelonés ante un show de HAGGARD. Tan sólo habíamos podido ver a la banda en la península en el marco de un Atarfe Vega Rock, por lo cual pocos datos disponíamos a cerca del tirón de estos alemanes en España. Aunque tan sólo fuera por la curiosidad auguraba, eso sí, una buena entrada. Quizá la mitad de la sala o incluso un poco más, unas 300 personas. Y es que cierto es que a muchos les podía la intriga de ver cómo 16 personas iban a caber en el diminuto escenario de Mephisto con sus respectivos instrumentos. Finalmente, llenazo absoluto para regocijo de banda y promotor. Y aunque éste último nos había prometido que HAGGARD iban a visitar nuestro país con todos sus integrantes, fueron “tan sólo” 13 los que se subieron finalmente a las tablas. Bueno, 13 de 16 no está del todo mal. Caber cupieron y mejor de lo que me esperaba. Apretaditos, sí, muy apretaditos, pero todos encima del escenario y nadie sobre la barra o colgando del techo.
Cuando la larga cola logró acceder al recinto nos percatamos de que finalmente sí que iban a haber unos teloneros. Un grupo local que, me van a perdonar, no recuerdo cómo se llamaban, si es que lo llegué a saber en algún momento. Toda aportación al respecto en los comentarios de la presente crónica serán bienvenidos. El caso es que los muchachos, bastante jóvenes en general, practicaban un metalcore con algunas influencias llanamente death a las voces que si bien no estaba del todo mal, tampoco logró hacer enloquecer al respetable como aquél que dice. Fue un show serio con temas bien tocados, a pesar de que se les notaba algo faltos de rodaje y en pelín lineales, mejorando un poco el asunto gracias a algunas buenas versiones que se marcaron al final. Bastante correctos, aunque la actuación se hizo un poco larga debido a que estábamos bastante apretaditos todos. Eso sí, aparentaban no haber tocado nunca ante tanta gente y se entregaron al máximo. Bien por ellos.
Mientras la banda no salía al tocar, el público se mantuvo entretenido viendo como la pancarta de HAGGARD situada al fondo del escenario se descolgaba una y otra vez, ante los intentos en vano de los técnicos (algunos de ellos improvisados). Finalmente la pancarta se retiró del escenario y la banda tocó “a pelo”. Asis Nasseri y su tripa, quiero decir, su tropa, saltaron a escena ante la ovación del respetable mientras la introducción de su último álbum y el primer tema del mismo, “Tales Of Ithiria” sonaban o hacían lo que podían por sonar. Y es que hasta el cuarto tema aquello no logró despegar, retratándose la estampa con la que yo ya me esperaba encontrar: casi la totalidad de los músicos haciendo señas a la mesa de sonido con la intención de corregir diversos aspectos del mismo (los peores parados fueron la guitarra y voces de Asis). Mientras que un servidor se esperaba una debacle a pequeña escala de la del citado Atarfe Vega Rock, finalmente pude respirar y al quinto tema todo marchaba ya bastante bien. “Per Aspera Ad Astra”, “The Observer” e “In A Fullmoon Procession” sonaron algo titubeantes, pero “The Sleepin Child” y “De la Morte Noire” supieron a bendición (maldición), logrando que el público vitoreara a la banda sin parar ya hasta el final del show ante el beneplácito de unos algo sorprendidos músicos. Realmente vi a un Asis bastante más comunicativo y satisfecho que de costumbre (en su actuación en Granada parecía que en cualquier momento iba a tirar su instrumento al suelo y marcharse), que no paró en rendir pleitesía a la plebe y hacer referencias a su “queridísima” novia que se encontraba en el lateral del escenario, girándose hacia a ella y lanzándole “besitos voladores” en varios momentos del show. Lo que hace el amor. Lo curioso es que nuestro colaborador Jordi Tàrrega, que en un principio desconocía de qué iba el asunto, se encontraba al lado de dicha señorita: pocas risas se pegó un servidor cuando el señor Jordi nos contaba cómo el feliz frontman se había pasado el concierto “tirándole besitos”. Tanto amor en el ambiente nos hizo temer que la banda llegara a interpretar la versión del “Hijo de la Luna” de Mecano, pero finalmente no cayó esa breva. Tampoco hubiera estado mal, la verdad. Las que sí sonaron fueron una perfecta “Heavenly Damnation” y una “Final Victory” en la que Asis obligó prácticamente al público a cantar en su inicio el estribillo, obteniendo muy buenos resultados.
En primera línea de fuego, al lado de Asis, nos encontrábamos, a parte del segundo guitarra que fue el que permaneció más en un segundo plano, a dos sopranos, la rubia Sue, que no paró ni un instante (pero ni uno) de moverse y animar a la audiencia y la morena Manuela, de presencia más discreta pero de una aptitudes vocales igualmente sorprendentes. El tercer inquilino del coro resultó ser una reciente adquisición, Nicolo, que según nos contó Asis apenas lleva un mes en la banda. Lo cierto es que sus intervenciones se podrían contar con el dedo de una mano y, a pesar de que metió un par de gambas, sus registros de tenor eran como para sentar cátedra. “Upon Fallen Autumn Leaves” y “Prophecy Fullfilled” también sonaron con fuerza, garra y exactitud, pero los más fieles seguidores de la banda y los que la hayan visto en otras ocasiones en directo, estarán de acuerdo conmigo en que, al igual que en otros temas, adolecieron de algo de profundidad. Y es que respecto a la formación habitual, en el escenario echábamos a faltar un violín más, la flauta, la tuba y el cromorno, por lo cual sobretodo la sección de viento, querámoslo o no, se quedaba un poco manca. No pareció importarle a nadie, y no era para menos, pues el ambiente que allí se respiraba era de pura celebración: tras “The Hidden Sign” llegarían dos de las piezas más queridas por los seguidores de la banda; las muy celebradas “Herr Manelig” y “Eppur Si Muove”, que lograron sorprender hasta a los más crédulos.
Estaba claro que tras retirarse, los músicos iban a recibir toda una amalgama de cánticos y llamamientos para que volvieran a hacer acto de presencia. Tras hacerse de rogar un poquito, y tras los enésimos agradecimientos de Asis y del resto de la banda, atacarían los bises con la genial “In a Pale Moon’s Shadow” y el que es considerado por todos su buque insigne: la extensa “Awakening the Centuries”, que nos devolvió al lado de Nostradamus, la Peste Negra y demás ademanes históricos de calaje sin igual.No es que sonaran perfectos (la melodías de violín quedaron en muchos pasajes soterradas), no es que llevaran su mejor formación y tampoco las condiciones eran las más agradables, pero sin embargo resultó ser mucho mejor de lo que nos esperábamos. Algo así como una fiesta sorpresa que esperemos que dé pie a que la banda se deje caer mucho más por aquí, cosa que, a pesar de todo, veo harto difícil por motivos obvios. Una oportunidad única con la que supimos disfrutar.
Texto y fotos: Penumbra
Promotor:RRS Promo
Asistentes:490
Día:27/09/2008
Sala:Sala Mephisto
Ciudad:Barcelona
Puntuación:8
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