Cierto es que los conciertos que lugar tienen en la veterana sala Wawanko de Barcelona no gozan de la promoción ni repercusión de otros eventos, pero no menos cierto es que allí tienen lugar algunos de los más interesantes bolos que se celebran en la Ciudad Condal, especialmente en cuanto a metal extremo se refiere. Y en muchos de los casos, son muy buenas bandas underground internacionales las que se dejan caer por esta sala para descargar su furia, su melodía y sus artes.

En esta ocasión le tocaba el turno a Frostmoon Eclipse, banda italiana de black metal que lleva más de diez años editando material y que todavía no habíamos tenido la oportunidad de ver por estas tierras. La secundaban los barceloneses Foscor y los gerundenses Nemesis Aeterna, reivindicando así la calidad patria ante una ecléctica audiencia.

A causa de la repentina caída del cartel de los tarraconenses Between The Frost, Nemesis Aeterna se prestaron a cubrir el hueco dejado por sus compatriotas. Los gerundenses saltaron a escena sobre las 21:15 y descargaron sin contemplaciones temas básicamente sacados de su “…And the Trip Begins” (2001). La verdad es que el sonido no les acompañó en ningún momento de la actuación y su death metal melódico sonó en todo momento bastante enmarañado, creando una bola de sonido algo indigesta. No ayudó el hecho de que en algunos momentos se descompasaran como sucedió en el segundo tema, por lo que podríamos decir que en general sonaron poco compactos, adoleciendo falta de tablas. No en vano, demostraron que la suya es una propuesta interesante, consistente en unas composiciones técnicas y de calidad, que a buen seguro harán nuestras delicias en un futuro cercano cuando podamos disfrutar de su música en unas mejores condiciones. Eso sí, se dejaron cuerpo y alma en el empeño, echándole muchas ganas y desprendiendo energía a raudales. No hay que perderlos de vista.

No tardaron en aparecer los barceloneses Foscor., arrasando con todo a base de acelerado black metal de influencia nórdica. Los riffs enfurecidos que emanaba la guitarra de Wilhkiem (también cantante y bajista de Shemhamphorash), la velocidad que imprimía Nechrist tras el kit de batería y la desquiciada voz de su cantante se erigieron estándares del huracán en el cual se tornó su música. Nos presentaron temas de su recientísimo Entrance to the Shadow’s Village (2004), que en teoría estaba planeado que estuviera disponible para el día de la celebración del concierto, aunque finalmente no pudo ser. En cuanto dispongamos de él, podréis leer la crítica en esta misma web. Joder, sonaron apabullantes. Avisados estáis del potencial de esta banda.

Llegó la hora y los italianos Frostmoon Eclipse saltaron a escena. Alucinante es ver a alguien tocar la batería y cantar a la vez. Pero más alucinante es todavía ver tocar a alguien la batería de un modo endiablado y al mismo tiempo haciendo las voces principales de los temas. Tal gesta es conseguida con pasmosa solvencia por Gionata Potenti, el batería del grupo. Menudo espécimen. Habiendo editado bastante material en su ya considerable carrera, centraron su set list en sus dos discos y en el último split compartido con los japoneses Ritual Day. El sonido, sin ser de cum laude, fue el más nítido de la noche, hecho que nos permitió disfrutar tanto de la tralla más salvaje como de las partes acústicas que acompañan a un gran número de sus temas. Si bien está claro que Frostmoon pueden no ser la panacea de la originalidad, su black metal de la vieja escuela con interludios y acompañamientos acústicos en algunos pasajes se adivina ciertamente solvente, tal y como el trío nos mostró a la hora de destripar temas como “Black Hole Nemesis” o “I Am My Worst Enemy”. Sorprende especialmente la gran cantidad de escalas que el bajista Gerardo Giannarelli fabrica sobre las melodías menos aceleradas, dotando a las composiciones de inusual profundidad. Así pues, estos italianos tuvieron la oportunidad de demostrar que la pobre producción de sus discos no hace justicia al verdadero potencial de la banda, ya que pasaron por Wawanko como si de una apisonadora se tratase. Evidentemente, no fue todo perfecto: la labor vocal que pertenecía al bajista quedó un poco deslucida a causa del bajo volumen al que se encontraba ecualizado su micro, sobretodo en los primeros compases del concierto; por otro lado, aunque la sala estaba repleta, la respuesta del público fue algo fría y expectante, si bien la cosa se fue animando un poco más hacia el final de la actuación.

Si bien unos meses antes en esa misma sala los franceses Otargos se marcaron una versión del “The Burning Shadows of Silence” de Emperor (que, por cierto, me dejó perplejo), los italianos no podían ser menos y nos obsequiaron con una macarra versión de un tema de Impaled Nazarene, gesto que se tradujo en un mar de greñas agitadas al viento como no se había visto en los temas pretéritos.

Por lo tanto, otra demostración de cómo se puede vivir una buena velada de metal extremo sin necesidad de grandes nombres y tener así la posibilidad de poder disfrutar de unas cuantas bandas de calidad por un módico precio. Nos vemos en el próximo. Black Metal Ist Krieg!

Penumbra

Datos:

Wawanko
Barcelona
Promotor: Himnes de Nit
Público: 125 personas (Lleno)

Día:18/09/2004

Puntuación:8