Ha sido uno de los conciertos más esperados por sus seguidores porque a pesar de toda su fama, de sus giras por Europa, su incursión por Canadá y sus tres discos de estudio (amén de otros lanzamientos), los finlandeses ENSIFERUM aún no habían tenido a bien visitar Madrid. Por eso el pasado sábado 28 de enero los alrededores de la sala Caracol eran un hervidero de gente que esperaba con muchas ansias a sus queridos guerreros nórdicos. Ni siquiera era de noche y ya, frente a la puerta principal de la sala, una cola de lo más variopinta daba la vuelta a la esquina del edificio. En ella estaban todos: heavies de sesenta años con camisetas de Saxon y níveas greñas, chicos con faldas escocesas, jovenzuelos y jovenzuelas con la pintura de guerra adornando sus caras… y hasta un guerrero con cota de malla incluida. Quien brilló por su ausencia fue precisamente el grueso de fans de esta banda, todos los adolescentes menores de 18 años que, cosas de Gallardón, no podían acceder al concierto no fuera a ser que apareciesen ebrios por casa. Pero aún así, no eran ni las siete de la tarde y ya corría la voz de que las entradas se estaban agotando. Lo que digo: asistencia masiva.

Y así las cosas, litronas van y vienen entre las filas de gente, nos dan las nueve de la noche y por fin se puede entrar. Una media hora después ponían los chicos de WOLFENCROSS el pie sobre el escenario. Para quien no sepa de ellos, diré que es una banda de Madrid, auto catalogada como “Celtiberian Heathen Black Thrash”, pero para que nos entendamos mejor todos lo dejaré en que son una banda de Black de sonido muy crudo, rápido y contundente. Llama la atención el hecho de que, sin tener aún ningún trabajo editado, hubiera tantos incondicionales en las primeras filas. Su actuación se basó en un repaso de los temas que van a conformar su inminente primer disco, el cual están grabando en estos momentos. Llamó especialmente la atención la entrega y las tablas que tienen todos los miembros de la banda, especialmente su vocalista, Ares, quien no dudó en dirigirse al público varias veces y que hasta hizo un llamamiento a los miembros presentes de todas las tribus celtíberas (las carpetanas, las vettonas y no sé cuantas más) para explicar algunas de las letras de temas como “The March of the Elephant”, sobre la victoria de Aníbal frente a los romanos o “Tower’s Lady” sobre el mito de las banshees. Lo que sí tuvieron en su contra fue un sonido un poco desastroso, culpable de que los teclados de Racso no se oyeran prácticamente en ningún momento. No fue, aún así, un mal concierto, pues la banda en pleno demostró que, si les faltaba sonido, de actitud van sobrados. Con algunos cortes de agresividad inhumana y “blast beats” a toda mecha como “Elder’s Revenge” o “Evensong”, otros algo más melódicos como “Grandson of Brath” y la versión de “I Am the Black Wizards” de Emperor así por sorpresa, estos celtíberos se despidieron, pero solamente hasta el 26 de abril, fecha en que tocarán también en Madrid con los letones SKYFORGER y con las de aquí HORDAK y OMENDARK.

A estas alturas, algunos ya se tiraban de los pelos por ver a ENSIFERUM , pero por motivos que desconozco, aún iba a tocar esperar un “pequeño” rato de más de una hora, de tal forma que la banda empezaba su bolo cuando en teoría debía estar ya terminándose. A pesar de este canteo con los horarios, que arrastró algún que otro abucheo de por medio, toda la mala leche por la larguísima espera se disipó en cuanto se corrió el telón rojo (la sala Caracol tiene un telón, sí) y aparecieron cinco finlandeses más blancos que la leche, sin camiseta, con la cara pintada con trazos negros y con unas preciosas faldas hechas con la bandera de su patria. De esa guisa salieron para no perder el tiempo ni un solo segundo. Tanto es así que Petri Lindroos no se dirigió al respetable en todo el concierto más que para anunciar los temas que iban tocando. Ni saludos, ni presentación ni despedida al final, pero salvo ese detalle y que el sonido al principio también fue regulero, por todo lo demás es de ley decir que estuvieron impecables. El repertorio, muy bien elegido, no hizo echar de menos casi ningún tema. Hubo tiempo para pegarle un buen repaso a su último logro, “Victory Songs” y a recordar glorias pasadas de “Iron” y “Ensiferum”.

Tras la intro “Ad Victoriam”, “The Blood is the Price of Glory” fue la culpable de que se formara el primer pogo en las primeras filas, al igual que pasó con “Hero in a Dream”. Tras un breve respiro con la más calmada “Tale of Revenge”, Lindroos volvió a la carga dando una somera explicación de cómo se pronuncia “Ahti”, título del siguiente corte y que puso a todos a berrear. “Lai Lai Hei”, cuya letra está en suomi y mucha gente se la cantó de arriba abajo, y “One More Magic Potion” también causaron furor entre un público absolutamente volcado con la banda.

Y arriba, en el escenario, ENSIFERUM dejaba bien claro que el directo para ellos no tiene secretos. Petri demostró que está totalmente integrado en su nuevo equipo, y a pesar de que las voces limpias prefiere dejarlas bajo la responsabilidad de sus compañeros Sami y Markus, él solito con su guitarra, sus berridos y su cara de cabreo era puro espectáculo.  Por otro lado, imperdonable resultaría no comentar brevemente el papel de Sami Hinkka, ya que no paró ni un solo segundo de corretear, saltar y adoptar las posturas más raras con su bajo, algo que creo que agradó mucho al personal.

La recta final del concierto se resolvió con varios temas entre los que destacó por encima de todos “Dragonheads” –de su single del año 2006- y “Victory Songs”, que en el disco suena perfecta y en directo aún mejor. Y  es que esta banda quizá sea acusada de ser demasiado melódica y suave en el estudio, sobre todo para los oídos acostumbrados a la vertiente más cafre del Pagan Metal, pero la verdad es que en directo gana muchos enteros y lo demostraron con creces en Madrid.

Tras una hora de sangre, sudor y cerveza en cuerno, sólo quedaba esperar a los bises, que fueron tres de los himnos más míticos de la banda: “Iron”, “Guardians of Fate” y “Battle songs”, con las que el público se acabó de volver del revés de tanta emoción.

A la una de la mañana pasadas se acababa la fiesta y, con la hora pegada al culo, vikingos, celtas y metaleros en general salieron corriendo a ver si no les habían cerrado el metro. En las cabezas de todos ellos creo que ha quedado el recuerdo de un grandísimo concierto de ENSIFERUM a pesar de todos los pesares, véanse: horarios incumplidos, merchandising inexistente (según parece, todo lo que traían se agotó en Barcelona), asfixia masiva dentro de la sala  y el inolvidable espontáneo que tuvo la amabilidad de subirse al escenario en medio del concierto para enseñarnos lo que había debajo de su falda escocesa (y no era la ropa interior).

Lola Hierro

Promotor:Eclipse Group

Asistentes:500

Día:26/01/2008

Hora:20:30

Sala:Caracol

Ciudad:Madrid

Puntuación:8