Aplastantes. No encuentro otra manera de describir la actuación de DILLINGER ESCAPE PLAN la noche del diecisiete de Marzo en plenas vacaciones de semana Santa en la Sala Copérnico.

Y es que podría llenar líneas y más líneas de distintos calificativos, intentando expresar lo que hizo este quinteto de New Jersey sobre el escenario de la sala madrileña, pero ninguno conseguiría resumir tanto esa hora de descarga que nos ofrecieron; aún así, cualquier descripción se queda corta para quien no pudiera disfrutar de ellos, para quien no fuera una de las aproximadamente cuatrocientas personas que llenamos Copérnico desde tempranas horas, a pesar de las circunstancias (añadir al periodo vacacional de algunos, que se trataba de un Lunes laborable para otros).

La noche empezó con STOLEN BABIES, grupo peculiar donde los haya, que parecen sacados de una mezcla del circo de los horrores con un cabaret gótico. Dominique Persi se sale del estereotipo de frontwoman de manera muy acertada. Su estética, su prodigiosa voz variándola a antojo, sus dotes con el acordeón… Nada normal, pero sí muy eficiente. Una pena no ver su actuación entera, pudiendo reconocer poco más que ‘Push Button’ y ‘Filistata’, y el sonido del que disfrutaron, una constante que no se arreglaría completamente hasta DEP.

POISON THE WELL también tendrían en contra el sonido. Pero las ganas de agradar estaban ahí, pues parece que los cambios de formación no afecten a sus actuaciones; mención especial para Jeffrey Moreira, comunicándose en castellano con el público. ‘Crystal Lake’, ‘12/23/93’… no sonaron todo lo bien que deberían. Hacia el final de su show la cosa se fue arreglando, sobre todo gracias a sus mejores temas. Quizá ‘Versions’ no sea su mejor álbum, aunque ‘Nagaina’, desmarcándose de su estilo habitual, tuviera un toque especial esa noche. Mas que nada porque marcó el punto de partida de la traca final con ‘Zombies Are Good For Your Health’, ‘Nerdy’ y ‘Botchla’, maquillando bastante una actuación que podría haber sido mucho mejor.

Y llegó el momento cumbre. Desde hacía tres años esperaba la vuelta de DILLINGER ESCAPE PLAN a España. Su intensa (y desgraciadamente corta) actuación en el Festimad maldito de La Cantueña me enamoró… y seguro que ocurrió lo mismo con unos cuantos de los que los vieron allí por primera vez. Entre eso y el magnífico ‘Ire Works’, no es de extrañar que consiguieran llenar Copérnico. Porque, le pese a quien le pese, sobre todo a sus seguidores más cerrados, es con este último trabajo con el que han conseguido un mayor éxito, han sabido captar un mayor número de oyentes, y ampliar su riqueza musical más allá de la etiqueta de math core, de la que llevan siendo abanderados unos cuantos de años. Y todo eso lo han conseguido sin perder un ápice de personalidad; solo habiendo dotado a su música de una nueva dimensión.

Si su propuesta en estudio se puede catalogar como demencial, alocada, desquiciante, y con un uso de una técnica envidiable, sobre un escenario DEP consiguen elevar todos esos adjetivos a la máxima potencia. Si a su energía en directo se le añade un juego de luces propio, igual de enfermizo, siguiendo el ritmo de la música, el impacto es mucho mayor. Bastaron solo diez segundos para que Greg Puciato y los suyos se metieran al público en el bolsillo con un inicio arrollador de la mano de ‘Panasonic Youth’, y sin mucho esperar, ‘43% Burnt’, donde Puciato ya dio un aviso, colgándose de los focos de la parte izquierda como si de Batman se tratara. Aunque Greg sea muchas veces la cabeza más visible del grupo, no hay que olvidar que es Ben Weinman el cerebro y artífice de toda la máquina del grupo. Porque, al igual que con Poison The Well, en DEP los cambios de formación también han sido algo normal, quedando la formación actual completada con Liam Wilson al bajo, Jeff Tutle en la otra guitarra, y Gil Sharone en la batería (haciendo doblete esta gira con Stolen Babies), siendo su compenetración sobre el escenario total, con unos movimientos igual de nerviosos que su música; un no parar de descarga que hace que sus conciertos sean tan cortos como intensos. La muestra de que ‘Ire Works’ es un grandísimo disco, fue la gran cantidad de temas que pudimos escuchar de él. ‘Fix Your Face’, ‘Lurch’ (sonando seguidas, como en el disco), ‘Black Bubblegum’, ‘Party Smasher’… Aunque la palma se la llevaron ‘When Acting as a Particle’ junto a ‘Nong Eye Gong’, la primera con la ayuda de las palmas del público y con los flashes de las luces a los que hacía antes referencia, y sobre todo, ‘Milk Lizard’, que no me corto a la hora de decir que es uno de los diez mejores temas que dio el metal el año pasado. Aún se me pone la carne de gallina recordando todo el público cantando las partes melódicas…

Pero no fue el único momento a recordar de la noche. ‘Mullet Burden’ sonó bestial, ‘Setting Fire to Sleeping Giant’, donde ya en su momento avisaron de sus acercamiento a alguna melodía… también tuvieron tiempo para recordar el EP ‘Irony Is A Dead Scene’ con ‘When Good Dogs Do Bad Things’, con menos efectos que la original, pero igual de efectiva, pero, sobre todo, a todos recordaremos el concierto con la traca final de ‘Sunshine the Werewolf’, con Puciato subido a los focos laterales, y tirándose sobre el público tras golpear una de las típicas bolas de discoteca que coronan estas salas; poco después, Ben Weinman haría lo propio desde el otro lateral, con su guitarra, pero sin bola de por medio. Y con todo terminado, Greg aún tardaría en marcharse del escenario, esperando a saludar a unos cuantos fans de las primeras filas, de esos que no dudaron un momento en subirse al escenario para tirarse sobre un público totalmente entregado. Actuación del todo loca, que a pesar de su duración no se hizo corta, pero si dejó con ganas de más… Se rumorea una nueva gira en verano, ojalá no sea quede en un simple rumor …

Varo (varo@themetalcircus.com)

Promotor:Frontline

Asistentes:400

Día:17/03/2008

Hora:20:30

Sala:Sala Copérnico

Ciudad:Madrid

Puntuación:9