Sonata Arctica triunfa en acústico en Barcelona
A nadie debería haberle pillado por sorpresa que justamente Sonata Arctica decidieran trasladar sus exitosos formatos acústicos a una gira europea, aventura que hasta ahora solo reservaban a su formato estándar. Aun así, los fineses ofrecieron una experiencia definitivamente diferente.
Ya de entrada el público se encontró con una previa muy distinta a la de tu concierto de metal arquetípico. Los clásicos de Maiden o Judas Priest que suelen sonar por la PA fueron sustituidos por una tranquila melodía de guitarra acústica instrumental, animando de alguna forma a una contemplación sosegada más que al desenfreno. Habría sido raro escuchar “Painkiller” antes de un concierto íntimo y acústico, pero visto lo visto, tampoco habría sido descabellado.
«El concierto de hoy será acústico. Si esperábais otra cosa, daros por decepcionados», espetó Kakko al salir con toda la banda con una sobria delicadeza sobre el escenario. Pese a las declaraciones, no dio la sensación de que nadie estuviera ahí por accidente, como se vio con las intensas interacciones que hubo desde los primeros acordes de «The Rest of the Sun Belongs to Me», a la que le siguieron los cánticos que elevaron un tema tan coreable como «I Have a Right».
La banda, que lleva años acumulando quejas sobre su sobrio rendimiento en directo, se sintió mucho más cómoda en acústico, comenzando por un Kakko que parecía estar hecho más para esta clase de veladas íntimas más que para un concierto de metal, pero sin olvidar al resto del grupo, que aún abandonando la relevancia que dan la distorsión y los decibelios, tuvo sobradas ocasiones para lucirse y conquistar a un público sorprendentemente solemne y entregado a partes iguales.
El primer gran momento vino con «Letter to Dana», que no solo se vio elevada por el set acústico, sino que regresó gloriosamente a los repertorios de la banda tras años sin prodigarse en vivo, lo que vista la reacción de la audiencia, no deja de ser sorprendente. Hubo cánticos, hubo flashes, hubo besos, hubo lágrimas y emociones a flor de piel.
La banda no levantó el pie del acelerador, empalmando con la queridísima “Tallulah”, una canción obligatoria en el contexto del formato de la banda. A diferencia de «Letter to Dana», «Tallulah» siempre se ha hecho un hueco en los setlist, y aún así se sintió con un espíritu único, nutriéndose del poder embriagador que brotaba de la intimidad de un directo tan especial.
También hubo tiempo para revisitar capítulos más recientes y un poco más polémicos de su historia reciente, como una «A Little Less Understanding» que ganó bastante más vidilla en acústico de lo que tuvo jamás en su formato de origen, demostrando una vez más lo acertada que ha estado la banda a la hora de tomar la difícil decisión de encarar una gira en acústico.
La brevedad de las canciones elegidas para adaptar al acústico hicieron que el concierto fluyera con una eficiencia cautivadora, aún cuándo Kakko no se cortó a la hora de ponerse a charlar entre tema y tema, como hiciera con la country y marchosa «Half A Marathon Man», que pese a no recogerse entre sus grandísimos éxitos, demostró funcionar excepcionalmente bien en vivo.
Una rápida presentación de la banda fue todo lo que necesitó «FullMoon» para funcionar con un público que a tales alturas de la noche ya empezaba a estar sediento de clásicos, inundando la sala Salamandra con unos cánticos que sin duda aún estarán resonando entre sus paredes. Una vez más, un Tony Kakko comodísimo en su asiento de cantante acústico ejerció de maestro de ceremonias en una noche en la que el peligro de que el público hubiera muerto en la tranquilidad era muy real.
La sorpresa de la noche llegó con «Wolf And Raven», un corte célebre por ser de los más cañeros de Sonata Arctica y por no prodigarse desde hace años sobre los escenarios, pero que contra todo pronóstico terminó enloqueciendo al respetable con la misma solvencia que de haberse interpretado con el doble pedal a toda velocidad. En momentos así es cuándo el grupo demostró su versatilidad, pues aunque hay temas que parecen estar hechos para el acústico, otros requieren una labora compositiva y un saber estar en el escenario al alcance de muy pocos.
La breve desbandada de la banda del grupo del escenario sirvió para iniciar el tramo de bises con un «Shamandale» en el que la voz de Kakko se vio acompañada únicamente por el piano de Kilngenberg. El banjo fue el gran protagonista de la animada «Flag on the Ground», cuya alegre melodía folk sirvió para caldear los ánimos lo justo para ensalzar a «Dont Say a Word», que con su poderío de clásico incuestionable en cualquier formato, le puso el broche de oro a la mejor velada de la que han podido gozar los fans de Sonata Arctica en los últimos años.
Los mejores Sonata Arctica
Los años parecían no haber sido generosos con Sonata Arctica, a los que el brusco viraje de estilo en sus últimos discos se le sumó la retirada de algunas de sus canciones más cañeras y power metaleras de su amplia discografía, como “San Sebastian”, “Tha Cage” o la mismísimas “Wolf and Raven”. A estas decisiones se les sumó un rendimiento en directo más que cuestionable, lo que a todas luces podría haber augurado el principio del fin para Sonata.
Aun así, parece que esta decisión de girar en acústico ha sido el primer riesgo acertado para un grupo que por lo demás parecía haber perdido el norte. El público respondió con creces ya no solo a la convocatoria, sino con la entrega. A priori el espectador promedio de metal puede no estar acostumbrado al formato acústico del mismo modo que el fan más casual a veces no sabe responder a un directo en sala, pero si hubiera estado menos informado, probablemente habría asumido que Sonata Arctica siempre ha salido de gira con este formato. Al final del día, los mejores Sonata acabaron siendo los Sonata en acústico.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Unai Endemaño
Promotor:Madness Live!
Día:2022-11-05
Sala:Salamandra
Ciudad:Hospitalet de Llobregat
Teloneros:Eleine
Puntuación:8
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