Dream Theater y Devin Townsend: el reinado del prog en Madrid
Después de un aterrizaje España algo accidentado (con cancelaciones en Bilbao y Barcelona incluidas), Dream Theater se plantaron en Madrid desgranando su último trabajo; un ‘A View From The Top Of The World’ que ha cosechado grandes críticas y les ha valido un grammy.
Dream Theater es un grupo con una relación algo complicada con sus lanzamientos más recientes. Cuando giraron con un disco tan polémico como ‘The Astonishing’, la decisión de interpretarlo íntegramente provocó una desbandada bastante considerable en su capacidad de convocatoria. Para evitar algo parecido, en 2020 aunaron la presentación de ‘Distance Over Time’ con la interpretación íntegra de un clásico como ‘Metropolis Part 2: Scenes From A Memory’, dividiendo el concierto en dos sets y logrando culminar un espectáculo bastante resultón.
Por el contrario, con esta gira parecen haber recuperado la suficiente confianza en sus temas nuevos ya no solo como para plantear un concierto guiado principalmente por los mismos, sino como para apostar por una gira en la que la producción es lo suficientemente espectacular como para no poder llevarse a cabo en cualquier sala, aun cuando haya habido de cancelar para seguir tocando en recintos lo suficientemente grandes.
Devin Townsend: algo más que un invitado especial
Pese a que el concierto era de Dream Theater, el gran atractivo que esta teniendo esta gira se debe a la presencia de todo un referente como Devin Townsend en la posición de telonero: un artista que nunca deja a nadie indiferente y que es muy complicado de ver en vivo en nuestro país. El canadiense salió al escenario haciendo la clase de bromas y comentarios de humor incómodo a los que tiene acostumbrados a sus fans solo para iniciar con un “Failure” que se encargó de despertar al Palacio Vistalegre.
El sonido de la guitarra de Devin fue algo bajo, pero aun así la canción sonó épica y conmovedora elevada por una sencilla aunque resultona producción de luces y láseres, que si bien es minúscula comparada con lo que vendría luego, logró que el concierto entrase por los ojos aparte de por los oídos. En contraste, la cañera “Kingdom” sirvió para levantar al público y hacerlo cantar, lo que rompió con el tópico de que en los conciertos de progresivo la gente va a estar quieta y a observar solo la pericia de los músicos.
“Be happy, because life is fuckin brutal”, exclamó Devin antes de seguir el concierto con la ominosa “I Command”. Y es que la dinámica de la experiencia de sus conciertos va muy ligada a su personalidad, que pasa por comentarios optimistas y meditados sobre la vida hasta bromas que uno espera de alguien con pánico escénico. Aun así sí, su método funciona, lo que logró que la gente pase de estar quieta a hacer la ola al ritmo de la canción.
Una narración de Ziltoid sirvió para pasar a una oscuridad iluminada solo por su guitarra, porque al final del día Devin es un showman, algo más que un músico, y la experiencia de verle en vivo va muy ligada a su personalidad. La visita a ‘Strapping Young Lad’ con «Aftermath» se equilibra a la perfección con otros temas algo más variopintos como «Regulator» o «Deadhead», cada uno correspondiente a un proyecto diferente.
Al final el concierto acabó siendo tan divertido tanto por la música como por las extravagancias del propio Townsend, que de la nada preguntó si había alguien disfrazado de Spiderman solo para que, evidentemente, de la nada apareciera un chico disfrazado del superhéroe. En esta línea, antes de encarar la introducción acústica de “Deep Peace”, Devin hizo una solemne declaración en la que desea que todo el mundo encuentre la paz solo para tirarse un sonoro eructo durante la ejecución de la misma.
Con sus desvaríos cómicos, pidió al público que gritara “Me pica un huevo” antes de encarar “The March Of The Poozers”, que junto con la cautivadora “More!” sirvió para poner punto y final a una actuación que se sintió menos como la de un telonero y más como la de otro headliner, tanto por el triunfo del concierto en sí como por la algo más de una hora de actuación de la que gozó.
Dream Theater: siempre conquistadores
La encargada de abrir la velada fue “The Alien”, nada más y nada menos que la canción que les valió un Grammy, y es que es una de las mejores canciones de inicio que ha compuesto la banda desde “Glass Prison”. Es épica, pero se toma su tiempo para eclosionar, lo que hizo que su clímax melódico coincida con la entrada de LaBrie al escenario. Manigni introdujo “6:00”, una joya de ‘Awake’ que no es muy habitual en los directos de la última década. A la banda se la sintió cómoda y dinámica en el escenario a la hora de afrontar el tema, rebosando la misma confianza que les hizo poner la canción en el set en primer lugar.
La pequeña pausa entre temas fue aprovechada por LaBrie, que señaló lo duros que han sido estos años, lo bueno que es Devin y que han ganado un grammy. Unas declaraciones en absoluto baladíes, más teniendo en cuenta que se volvía a estar en un recinto grande sin una sola mascarilla a la vista y con una banda que para actuar había tenido que cruzar el charco. No se debe olvidar la terrible facilidad con la que se perdió todo esto hace unos años.
«Awaken The Master» fue muy bien recibida entre un público que celebró los temas del nuevo trabajo como si fueran los clásicos que los pusieron en el mapa. No en vano los fans de Dream Theater tienen esta fama de ser de los más fieles y de los que mayores oportunidades les dan a los trabajos más recientes, brindado al grupo la oportunidad de centrar el set en temas más recientes cuando se sienten con la confianza suficiente.
Al final, en un concierto así, hay algo que trasciende al concepto individual de canción, y es que como ya ocurriera con Devin Townsend, lo que hacen estas bandas es venderte algo más próximo a una experiencia musical. La tranquilidad inicial de «Endless Sacrifice» solo tranquilizó el ambiente unos instantes para hacerlo estallar en unos coros que todo el público siguió al unísono. Tras una sección de solos apabullante, Jordan Rudess empuñó un keytar para afrontar el epílogo de la canción y se colocó triunfalmente entre John Myung y John Petrucci. La gran pantalla que traen como producción introdujo “Bridges In The Sky”, que gracias a la misma logró elevarse en su interpretación.
Después de otra charla de LaBrie, que parece haberlo cogido el gusto a dar discursos, el público comenzó a corear un “oé, oé, oé” que la banda acompañó brevemente con sus instrumentos solo para introducir «Invisible Monster». A continuación, el piano de Rudess fue el responsable de introducir un «About To Crush» que el público recibió entre vítores y que fue seguida inmediatamente por «Ministry Of Lost Souls».
«A View From The Top Of The World» es una de las dos primeras grandes épicas de la noche y el público reconoció la canción como uno de los momentos álgidos de la noche. Al fin y al cabo, ¿qué es del prog sin sus grandilocuentes temas interminables? 20 minutos más tarde, el publicó se despidió de la canción con el mismo clamor con el que había sido acogida, lo que labró el que había sido un grandísimo momento.
La encargada de cerrar la velada fue otra colosa como «Count Of Tuscany» que, con una dimensión similar a su ya inmensa predecesora, supuso que los coletazos finales de la noche se sintieran como un acontecimiento inmenso y terminara la velada de una forma épica y grandilocuente.
La arriesgada apuesta de Dream Theater
En los últimos años Dream Theater ha tenido una relación algo complicada con sus trabajos más recientes, como se señala anteriormente en el texto. Algunas veces abandonaban los cortes de su nuevo trabajo casi del todo, mientras que otras lo compensaban interpretando álbumes enteros de una sentada, pero en lo que parecían coincidir todas las opciones era en que se sentía una necesidad por parte de la banda de “compensar” por los temas nuevos.
Sin embargo, con el tour de ‘A View From The Top Of The World’ se ha encontrado a una banda muy diferente que no solo ha dedicado prácticamente una hora de su set a su último trabajo sino que además ha llenado el resto de los huecos con temas no tan reconocibles. La elección del setlist ha sido bastante polémica, pero a la hora de la verdad, los nuevos han sido recibidos entre clamores y los viejos han sido tan eficientes que uno no puede sino preguntarse por qué no suenan más a menudo.
La banda está recuperando esta confianza en su material nuevo que perdiera allá por 2015. Siguen teniendo talento y capacidades de sobra, y si hay algo peor que tener que escuchar los temas de un nuevo disco, es ver como los grandes grupos de metal se convierten en meros actos de nostalgia.
Texto: Marc Fernández | Fotos: Ignacio Sánchez-Suárez
Promotor:Madness Live!
Día:2022-04-29
Sala:Palacio Vistalegre
Ciudad:Madrid
Teloneros:Devin Townsend
Puntuación:8
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