Azkena Rock 2022: si es como este, que cumpla 20 años más
Año tras año, Azkena Rock Festival ha contado con la presencia de artistas de talla mundial, muchos de ellos muy complicados de ver en nuestro país, pero lo mejor de este festival no es su cartel (aunque tiene un gran nivel).
Los carteles del Azkena siempre han tenido una selección, pero lo que les reafirma año tras año y les sitúa en la cabecera de los festivales es su buena organización, el ambiente de pasión por el rock and roll y que se celebra en una de las ciudades más emblemáticas de España.
En esta edición se celebraban los veinte años de festival, por lo que además de contar con una selección de artistas impecables, las ganas del público que dejó Mendizabala en junio de 2019 para volver en 2022, eran inmensas. Lo primero que se incluía para esta edición eran las pulseras cashless con las que se podían realizar todos los pagos dentro del recinto (comida, bebida, camping…). Había una gran cola que fluyó de forma rápida gracias a la buena organización y pronto se abrieron las puertas del recinto.
Jueves 16 de junio
El calor en esta edición ha sido algo a tener en cuenta. Desde el jueves los termómetros marcaban más de 35ºC en Vitoria, así que la apertura de puertas el primer día tuvo que retrasarse ligeramente, pero pronto sonaron las primeras notas de la banda americana Dirty Honey.
Esta jovencísima formación tuvo el privilegio de arrancar el festival y además tuvo que batallar contra el sol abrasador de las 18:15h. El público no se achantó frente a esto y cientos de fanáticos se agolparon contra el escenario principal (God) que estaba decorado con las imágenes de los fallecidos Hank Von Hell y Mark Lanegan. La destreza de este grupo sobre los escenarios es notable y el público se volvió loco cuando sonó “Rolling 7s”.
Después de que finalizase el show hubo un enorme wall of death con espectáculo de motos en la carpa del escenario Trashville en el que sonó rockabilly y rock and roll durante los tres días de Azkena Rock 2022. Posteriormente, los madrileños Morgan atrajeron a miles de espectadores en el escenario 2 (Respect) y desataron su rock soul para todo Mendizabala. Sonaron temas como “Sargento De Hierro” o “Home”. Sin duda una de las bandas más queridas de este estilo en el norte.
Sobre las 22:30h empezó el primer cabeza de cartel de esta edición. Una banda que en el foro del festival siempre ha sido tachada de “joven” aunque llevan más de 3 décadas sobre los escenarios y es que su sonido es así. The Offspring, los californianos que crearon un estilo de punk que más adelante adoptarían muchas otras formaciones estadounidenses, comenzaron su concierto de forma un tanto descafeinada y con el volumen ligeramente bajo. Esto se solucionó rápidamente y la energía que desprendieron fue enorme.
Interactuaron mucho con el público (algo no muy habitual en anteriores visitas a nuestro país) y realmente se les veía cómodos. Una primera parte con canciones más nuevas y algún que otro clásico para después soltar todos los hits seguidos en una segunda mitad apoteósica. “The Kids Aren’t Alright”, “Why Don´t You Get A Job” o “Self Esteem” no faltaron en Vitoria.
Tras el despliegue de punk californiano llegaron otras leyendas, esta vez unos de los titanes del stoner: Fu Manchu. Aunque son poco habladores, los pioneros del stoner dieron una lección soberbia sobre lo que son los sonidos pesados sobre un escenario que estaba a reventar casi a media noche. Con un sonido muy nítido, Scott Hill y los suyos interpretaron himnos como “Evil Eye”, “Godzilla” o “King Of The Road”. El respetable disfruto muchísimo pese a ser un estilo algo menos apto para todos los públicos. Cada uno de los cortes sonó como una apisonadora y empaparon a todos los asistentes de puros riffs de guitarra atronadores.
Como guinda del pastel para la primera jornada tocaron The Toy Dolls después de sufrir un cambio en los horarios que hizo que los ingleses actuaran en el cierre. Esta modificación fue todo un acierto, pues pudieron traer el show sin límite al que todos los fans están acostumbrados. Olga y los suyos llevan 42 años reventando escenarios y esa veteranía se hizo palpable desde el primer tema. Cuando uno ve a los británicos en directo le resulta extraño que lleven tanto tiempo tocando: la presencia y la energía de sus miembros es la de chavales de 20 años. “Idle Gossip”, “Fiery Jack”, “Nelly The Elephant”, “Dig That Groove Baby”, “She Goes To Finos”, “Lambrusco Kid” y tantos otros clásicos sonaron bajo el cielo de Gasteiz y no defraudaron a nadie en el cierre del jueves.
Viernes 17 de junio
La segunda jornada comenzaba con la actuación de Alexis Evans en el escenario de la plaza de La Virgen Blanca. Otro de los grandes atractivos del festival -que ya ha ofrecido conciertos legendarios en otras ediciones como el de Greg Allman o Charles Bradley- son estos directos que permiten al asistente conocer mejor la ciudad y disfrutar de la selección gastronómica local. El calor era insoportable pero no mermó las ganas del público para asistir a este bolo y de paso disfrutar de unos txakolis y unos pintxos por el centro de la capital vasca.
Sobre las 17:30h de la tarde empezaron a tocar The Faithless en el escenario principal. Esta banda gazteizarra de heavy metal contó con el apoyo de mucho público que se atrevió a afrontar las temperaturas de esas horas y aun con todo los fans disfrutaron mucho su actuación -con un sonido envidiable desde la primera nota-. Un gran descubrimiento para mucha gente.
A mitad del concierto de los de Vitoria comenzaban en el escenario tres (Love) Nukore, otro grupo local, esta vez de hardcore cuya apuesta para un festival de rock más clásico puede resultar arriesgada. Siempre existen artistas para todo tipo de público y Nukore tenían el suyo. Fue una actuación magistral que hizo saltar hasta al más despistado.
Después de estos nuevos descubrimientos, en el escenario principal actuaba Jerry Cantrell. La leyenda del grunge dio una clase magistral para todos los asistentes interpretando muchos de los temas de su banda Alice In Chains que dominó a una generación a principios de los noventa.
El setlist se centró en su época con Alice in Chains y dejó atrás muchas canciones de su carrera en solitario -lo que a muchos no les gustó demasiado-. La selección del repertorio quizás iba más enfocada a que la mayoría de la gente disfrutara con esos clásicos, pero el verdadero fan de Jerry echó de menos que parte de su trayectoria no se viera reflejada en ese directo. “Them Bones” puso los pelos de punta a medio recinto.
Dejando atrás el grunge llegó el turno de disfrutar de un show de rockabilly y punk con los alemanes Mad Sin. La actuación fue deslumbrante. El espectáculo de los alemanes era una amalgama de pogos, diversión y referencias constantes a Rammstein por parte de su cantante. La versión de “I Shot The Sheriff”, la mención a los Toy Dolls y el apoteósico “Ace Of Spades” con su bajista entre el público encendiendo una bengala fueron varios de los momentos más divertidos del festival. Un auténtico show circense que hizo sudar a todos los asistentes al escenario Love.
Con la caída del sol llegan las actuaciones de los cabezas de cartel de la segunda jornada. El turno de The Afghan Whigs por fin en Vitoria después de muchos años sin actuar en el festival. La nostalgia de todos los asistentes era palpable. El grupo americano tiene enamorado al público que creció con los primeros años noventa y el show sobre el escenario principal con el cartel de Mark Lanegan como estampa hizo que a más de uno se le cayera la lágrima. Su concierto fue muy correcto: tocaron sus hits y el sonido fue excelente desde el comienzo -pero resultó un tanto sobrio para lo que se esperaba de semejantes ídolos del rock alternativo-.
Soziedad Alkoholika jugaban en casa y eso se nota. Desde primera hora del día se podía palpar por todo Vitoria que el público era distinto de la jornada anterior y muchos asistentes acudieron el viernes para apoyar la actuación de los locales. Su directo fue sublime plagado de thrash metal, fuego y la siempre eterna “Piedra Contra Tijera” que hizo que los presentes se dejaran el cuello de tanto agitar la cabeza.
Social Distortion, en una continuación de la fiesta, fueron los reyes de la noche. Siempre ha sido una banda muy idolatrada y se notó. Tienen un rollo muy macarra y esa estética entre el rock clásico y el punk que hace que uno tenga ganas de dejarse patillas y comprarse una moto.
El escenario principal estaba abarrotado y el sonido desde la primera nota fue perfecto, potente, nítido y enganchó a todos los asistentes desde el comienzo del show. La versión de “Wicked Game” de Chris Isaak y “Machine Gun Blues” volaron la cabeza de todo el público, que ya sabía que ese sería el concierto maestro de la jornada. “Ring Of Fire”, el clásico de Johnny Cash escrito por June Carter y Merle Kilgore, inundó el alma de los asistentes de recuerdos.
Por último, en el escenario Respect actuaron Life Of Agony con uno de los directos más salvajes y contundentes que se hayan en su género. Los neoyorquinos levantaron el ánimo de un público que estaba completamente agotado después de tantísimas horas de rock imparable en un viernes dominado por los sonidos más duros.
Sábado 18 de junio
La tercera y última jornada vino marcada por la presencia de tres grandes mujeres que son leyenda de la música desde hace décadas. Comenzó en La Virgen Blanca con la actuación de Theo Lawrence And The Possums -que sustituyeron a Kim Lenz, quien tuvo que cancelar a última hora-. El mismo calor del resto de las jornadas castigaba a los franco-canadienses, que sudaron e hicieron sudar a los temerarios que les vieron.
Una vez en el recinto de Mendizabala, Wicked Wizzard, la joven banda de rock de Mungía, abría la tercera jornada de actuaciones. Una cruz invertida ocupaba el amplificador del grupo y eso debió molestar a alguna deidad que hizo que cayera de golpe un diluvio brutal de corta duración sobre Vitoria. Unai, Iñigo y Mikel ofrecieron uno de los mejores directos del festival. Riffs contundentes al estilo de Black Sabbath, cortes más del estilo stoner y rock clásico de los setenta se mezclaban para deleitar a los allí presentes y ofrecer un calentamiento más que sobresaliente.
Minutos antes de la actuación de DeWolff la organización tuvo que apañar el escenario Respect: se había volado uno de los carteles que tapizaba el lateral derecho del escenario. Sin más percances comenzó uno de los mejores shows de esta edición. Los holandeses DeWolff merecían más de una hora y media de concierto para ellos y lo demostraron haciendo vibrar a todo ser que apareció por allí sobre las seis de la tarde.
La constante interacción de Pablo con el público hizo que fuera un bolo muy divertido aparte de la impresionante destreza de todos sus miembros para ofrecer el blues-rock de los ‘70 más auténtico del festival. Regalaron camisetas al público en un desternillante corte publicitario, Pablo ofreció un solo de guitarra mientras hacía crowdsurfing y posteriormente comunicaron que pronto anunciarían fechas en nuestro país para finales de este año o para el próximo.
Después de la actuación hubo tiempo para acercarse a The Pain Corner, una carpa en la que se ofrecía degustar 5 niveles de picante extremo con salsas creadas a base de chile fantasma y otras delicatessen solo aptas para estómagos potentes. Con el ardor de entrañas en el segundo escenario tocaba la primera gran leyenda de la jornada: Emmylou Harris, cantautora de country americano que viste ya 75 primaveras. El show estaba a reventar y la actuación fue correcta aunque quizás el sonido dejó que desear. Apenas se oía desde la mitad de la pista y hubo que esforzarse para no distraerse con las incesantes conversaciones de los allí presentes. Aún con todo, su simple presencia sobre un escenario en 2022 ya es un lujo que se debe agradecer.
Sobre las 21:30h de la noche el escenario principal se abarrotaba hasta donde alcanzaba la vista y es que Patti Smith apareció ataviada de negro con toda su banda. No hay forma humana de definir lo que se percibe frente a la presencia de semejante artista. El sentimiento de estar delante de una de las pocas grandes “leyendas hippies” que quedan con vida apabulla al más duro de los corazones.
Con momentos como en el que recitó un poema de Allen Ginsburg para después interpretar “Free Money” hasta la emoción y llantos al interpretar “Grateful”, la dedicatoria de una canción de Bob Dylan a Emmylou Harris, la versión de “Now I Wanna Be Your Dog” de The Stooges y muchos más generaron no se parase de temblar emoción. El final con “Gloria” y “People Have The Power” remarcaron que la veteranía de la idolatrada artista americana es la personificación del sonido de una era.
Justo después en el segundo escenario era el turno de Black Mountain. Los canadienses destacan por un sonido muy potente en todos sus directos que embriaga de rock psicodélico a todo aquel que lo presencia. e interpretaron temas de todos sus discos que fueron bien recibidos por todo el público. Destacaron la apertura con “Mothers Of The Sun” y la ya mítica “Wucan” que también tocaron en su actuación en el Azkena Rock de 2015.
Suzi Quatro, la primera mujer bajista en convertirse en una gran estrella de talla mundial, no quiso perderse la fiesta y acudió a la llamada para cerrar el tridente de mujeres legendarias de esta edición 2022 en otro buen directo en el festival vitoriano.
El broche de oro lo puso Michael Monroe, que terminó su actuación cerca de las tres de la mañana y aun así el público quería más. Cantó sin parar, saltó hacia la gente varias veces, sobre la batería y rodó por el suelo del escenario una y otra vez, así que el cansancio general no se vislumbró en la explanada de Mendizabala.
Durante estos tres días de fiesta y música también destacaron las actuaciones de La Perra Blanco y Klingonz en el escenario de Trashville, pero las dimensiones actuales del Azkena Rock Festival con toda su oferta musical hicieron imposible acudir a todo lo que uno habría querido. Es un deseo común que el ARF viva, por lo menos, otros veinte años más y que nosotros podamos seguir contándooslo.
Texto: Sergio de la Torre | Fotos: Dave Blanco
Promotor:Las Tour
Día:2022-06-16
Sala:Mendizabala
Ciudad:Vitoria-Gasteiz
Puntuación:8
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