BONFIRE + SHYLOCK
Presentando todavía su último e interesante trabajo de estudio “Double X”, los germanos BONFIRE volvían por nuestra tierra para realizar otra descarga que solo puede definirse como de excepcional. Prácticamente 3 años después de su última visita a nuestro país con motivo de la presentación de “Free”, su anterior disco de estudio fechado en el 2003, los comandados por Claus Lessmann y Hans Ziller hicieron lo que mejor saben hacer y lo que de hecho han estado haciendo desde hace ya unos 20 años aproximadamente; Impartir lecciones avanzadas de Rock, así de simple, porque lo suyo, desde luego, no merece otro apelativo. Por desgracia, la velada se vio empañada por una más que patética entrada que dudo mucho llegase a las 100 personas. Ahora viene cuando deberíamos justificar lo sucedido argumentando que esa noche jugaban Chelsea y Barça (BONFIRE han tardado 3 años en venir. En ese tiempo el Barça juega unos 200 partidos. Os habla un futbolero), que los teloneros SHYLOCK no poseían mucho renombre (En la anterior ocasión, sin teloneros, BONFIRE reventaron el Mephisto) o el precio de la entrada (No me extraña, si yo imaginase que iban a venir 100 personas, también habría puesto el precio a la altura de las circunstancias). No vale la pena buscar justificaciones, los hechos hablan por sí solos. Lo único que me entristece, al igual que ya pudiese comprobar en el reciente Rockzinante Excalibur Metal Festival, es que solo llenan las 4 bandas de siempre, el resto, las pasa canutas. Y eso estimados amigos míos, no es un problema de calidad, sino de cultura. Vivimos en un país en el que, y estoy convencido de ello, el enorme grueso de Heavies, Metaleros, Rockeros, o llámenle ustedes como quieran, no tiende a escuchar más allá de sus 10,15 o 20 bandas favoritas de siempre, con muy contadas excepciones. Algo lógico tomando como referencia la cultura musical de este país, donde el Rock, después de 40 años, parece estar empezando a ser considerado “Cultura”, sin desbancar, por eso, a la bazofia folclórica, casposa, ñoña y rebosante de mediocridad que rebosa de las listas de éxitos principales. De cualquier forma, el colectivo de los Hard Rockeros, quienes llevan años pidiendo a gritos más bandas de gira por aquí y añadidas en festivales, no ha estado a la altura de las circunstancias.
El show lo abrieron con puntualidad germana los chicos de SHYLOCK, una banda relativamente nueva formada en 1998 que tras su debut, consiguió fichar por el potente sello dedicado al Rock melódico, MTM, con quienes ya llevan editados 2 discos; “Pyronised” en el 2001 y su más reciente “Welcome to Illusion”. Lo suyo es el Hard Rock melódico de toda la vida, bastante anclado en los patrones europeos e influenciados, me juego el cuello, por los propios BONFIRE (Solos, presencia del vocalista, estructura de temas, estribillos…). Con apenas 30 o 40 personas delante, es difícil animarse, aún así, los chicos de SHYLOCK lo intentaron y salieron relativamente bien parados, gozando de un sonido notable (Sobretodo la batería, atronadora) y una respuesta más esperanzadora de lo que cabría esperar vistas las circunstancias. Tras apenas 40 minutos de actuación, SHYLOCK dieron por concluido su debut en suelo hispano con la que sin duda fue su pieza más inspirada, “Another Lonely Night”, curiosamente, una balada. (Por muy buena pieza que sea, no son formas éstas de cerrar un evento rockero señores).
A continuación sucedió algo que todavía no logro entender muy bien. Bien la sala, bien los promotores, bien BONFIRE o bien sus técnicos, nos tuvieron casi 45 minutos delante del escenario esperando a que los cabezas de cartel hicieran acto de presencia. En todo ese tiempo, a excepción de un intervalo de apenas 5 minutos, técnico alguno pisó el escenario ni hizo prueba alguna. En su lugar, atormentaron al personal Hard Rockero de pura cepa que debía suponer el 99 % del público (Ese otro 1%, o sea, 1 persona, se deduce que era yo) con música tipo MACHINE HEAD, FEAR FACTORY y demás. Supongo que el frío latente en la fabulosa sala Apolo evitó que la gente se calentara y regalara una sonora pitada a modo de protesta. Finalmente, cuando el reloj marcaba 10 minutos por debajo de las 10 de la noche, BONFIRE salieron a escena y empezó el espectáculo. Antes de nada me gustaría romper una lanza a favor de estos chicos pues pocas veces he visto a una banda tan profesional, entregada y dedicada a su causa como BONFIRE. Da igual que hayan vendido cerca de un millón de discos o que hayan sido teloneros de JUDAS PRIEST en sus años dorados, da igual. Ver a Claus Lessman desprendiendo semejante carisma, simpatía, vocación y entusiasmo ante escasas 100 personas pone la piel de gallina. Y eso que este tipo debe rondar los 50 y ya no tiene porqué demostrarle nada a nadie. No obstante, se deshizo en elogios hacia el público, su público, bromeó, saltó, cantó (De qué forma), bailó, chapurreó español y sobretodo, divirtió al público con mil y una anécdotas que solo un showman como él puede soltar con tal frescura y naturalidad sin que la situación resulte forzada, o igualmente, patética.
BONFIRE abrieron lógicamente con 2 temas, perdón, grandes temas, de su nuevo disco “Double X”; La potente y líricamente emotiva “911” y la algo más pausada y rockera “But We Still Rock” (No hace falta que lo jures Claus, no hace falta). Con el público ya metido en su bolsillo, los germanos arremetieron con el primer clásico de la noche, “Never Mind”, de su segundo album, que puso a toda la sala en pie coreando el famoso estribillo. BONFIRE prosiguieron con un tema relativamente nuevo, pero ya de por sí clásico pues lo llevan tocando desde que viera la luz hace 5 años, “Under Blue Skies”; Dura, pesada e hímnica. A continuación, Claus anuncia que vamos a viajar en el tiempo hasta 1986, fecha en la que vio la luz su primer disco “Don’t Touch the Light”, del que extrajeron un fantástico Medley compuesto de la homónima “Don’t Touch the Light” y “Hot to Rock”. Seguidamente, el frontman anuncia la que sería la primera sorpresa de la noche, “Tony’s Roulette” de su tercer disco de 1989 “Point Blank”, un tema que en palabras de Claus no ejecutaban desde hacía muchísimos años. Con “Proud of my Country”, de nuevo Claus se dirigió al público para trasladar un sentimiento que muchos tenemos y que en los días que corren, parece relegado al ostracismo; Amar un país que en tiempos pretéritos, hizo cosas vergonzosas y reprochables, no es ningún crimen. En esta ocasión su discurso fue más cometido, pero recuerdo perfectamente cuando los vi por primera vez en Alemania en el año 2000 como se despachó a gusto criticando la actitud de la sociedad alemana en la que uno no puede proclamar abiertamente su orgullo por sentirse alemán sin que afloren las voces críticas que ven fantasmas por todas partes (Nazismo). Tras ello, BONFIRE sacaron el pie del acelerador y deleitaron a la concurrencia con otro bonito detalle interpretando “Rock and Roll Cowboy” íntegramente en lengua castellana, y con una muy buena pronunciación por cierto. A continuación, toda la banda se marchó para dejar en escena al batería Dominic Huelhorst quién se marcó un solo bastante decente, con doble pérdida de baqueta incluido. De nuevo, tras breves minutos de ausencia, BONFIRE vuelven para seguir con la balada “Give it a Try” que da paso al grueso de temas más esperado por la audiencia, de nuevo, de sus 3 primeros discos, aquellos que más representación obtienen en las últimas giras de BONFIRE. Así pues, tras su Hit “Sweet Obsession” (En el que Claus literalmente se bajó del escenario y se pateó toda la sala de arriba a abajo saludando a todos los presentes), los alemanes ejecutaron con excelsa maestría “American Nights”, “Hard on Me” y como no, la también conocida “Ready 4 Reaction” que cerró por todo lo alto este primer tramo del show. Tras un descanso bastante breve, BONFIRE vuelven al escenario para finiquitar la faena con la balada “You Make me Feel” y dos clásicos más, “SDI” y “Bang Down the Door” que pusieron el broche de oro a tan entretenida e irreprochable noche de Hard Rock.
Lejos de lo que cabría pensar, y dejando de lado sus actuaciones por aquí en el 88 y el 90, BONFIRE no son en absoluto una banda de las que se pueden ver cada 6 meses por aquí. Por ello, y dándole la importancia necesaria a este dato, no tengo muy claro si los alemanes se dejarán caer por estas tierras de nuevo visto lo visto. Si no lo hacen; Motivos tienen, desde luego. Sin embargo, si lo hacen, volveré a sacarme el sombrero una vez más.
Texto: Javi Metal / Fotos: Sergi Ramos
Promotor:Matarile
Asistentes:100
Día:18/10/2006
Sala:Sala Apolo
Ciudad:Barcelona
Puntuación:9
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