BON JOVI
Treinta años sobre los escenarios y aún así el tiempo no pasa por ellos. Con esta simple frase podríamos definir lo ayer acontecido en el Vicente Calderón. Para muchos el mejor concierto de Bon Jovi en España, para otros un concierto pasable. Y es que desde su formación, parece que la banda Americana no tiene término medio, recibiendo elogios y criticas a partes iguales.
Pese a todo, los números están ahí, un completísimos sold out recibía a una banda que se ha encargado de promover por tierra y aire su actuación exenta de beneficios. Quizás sea una simple estrategia de Marketing, quizás no (nunca lo sabremos a ciencia cierta), lo que está claro es que sus precios han convencido pese a traernos bajo el brazo un disco, What About Now que no termina de convencer a los grandes críticos musicales.
Teniendo en cuenta su gira por estadios, era de esperar que su montaje fuera cuanto menos impactante y en ese sentido, no fallaron un ápice. Frente a nosotros podíamos ver la parte delantera de un Buick de 1959 acompañado por grandes pantallas gigantes que no sólo nos mostraban lo que ocurría sobre el escenario, si no también proyecciones que apoyaban en todo momento los movimientos y las melodías de los de New Jersey.
Media hora antes del concierto, ya vislumbrábamos como esas pantallas mostraban vídeos de conciertos pasados de la banda, así como entrevistas y peticiones para que se les votara como mejor tour en los premios Billboard 2013. ¿Oportunismo? Quién sabe, lo cierto es que todos miramos embobados esas imágenes hasta que el Vicente Calderón rugió cual león abrazando sin remilgos a las estrellas del rock.
“That´s What the Water Made Me” fue la encargada en dar el pistoletazo de salida a un extenso show que demostró sus deficiencias en cuanto a sonido, mucha parafernalia pero poca definición acústica, siendo realmente desagradable en algunos pasajes debido al eco que se formaba. Como en muchos casos, ello no importó, ya que “You Give Love a Bad Name “ convirtió por primera vez en la noche al Vicente Calderón en un karaoke multitudinario, acompañado por cartulinas con los colores de la bandera española en las gradas dando las gracias por la visita.
Pese a la falta de Richie Sambora por “motivos personales” (un tema un tanto incómodo para la banda) el show no decayó, aunque muchos acusamos su ausencia, parece que en general, apenas se notó. “Raise Your Hands”, “Runaway”, “Lost Highway” y “Born To Be My Baby” dieron paso sin gran movimiento enérgico sobre las tablas a una de las triunfadoras de la noche, como no podía ser de otra forma: “It´s My Life”.
Tras abrir con un tema de su nuevo álbum, esperado desde hace cuatro años, volvieron a él con “Because We Can” (nombre que también bautiza su gira) seguido por su compañero de redondo “What About Now”. No me atrevería a aventurar que dichos temas pasaran sin pena ni gloria, tal sensación dio al oírse “We Got It Going On” y “Keep The Faith”.
No podía faltar el momento emotivo del concierto, momentos que el señor Jon es un auténtico especialista en crear. En este caso las elegidas para desmontar corazones fueron “(You Want to) Make a Memory” y “Bed Of Roses” seguida de “In These Arms”.
"Captain Crash & The Beauty Queen From Mars",”We Weren´t Born To Follow”, “Who Says You Can´t Go Home”, “I´ll Sleep When I´m Dead” transcurrieron sin apenas nada importante que reseñar, salvo que las tablas de la banda, se notan y mucho, y es que la pista del Vicente Calderón era un continuo movimiento de manos arriba imitando los movimientos del Frontman. Sin embargo “Bad Medicine” supuso por primera y última vez en la noche, la utilización por parte de Jon de la pasarela, dándose un baño multitudinario con bandera española a los hombros incluida.
Tras casi dos horas de concierto, que finalmente serían dos horas cuarenta minutos, era el momento de ir cerrando el chiringuito, y por ello los temas más aplaudidos durante su carrera fueron los protagonistas de un final apoteósico: “Loves The Only Rule”, “Wanted Dead or Alive”, y las coreadas hasta el desgañite “Have a Nice Day” y “Living on a Prayer”.
Pero como es normal en todo concierto, los bises existen, y por supuesto en este caso no podían faltar un “Always” emotivo hasta la médula junto con “These Days”.
Es una lástima que un concierto tan espectacular, con un escenario tan impactante y con todos los detalles visuales tan bien escogidos y cuidados, así como un setlist que repasa toda su extensa carrera mostrándonos los temas más coreados, se vea ensombrecido por un sonido cambiante, teniendo en cuenta la buena forma de la banda, así como la audiencia entregada hasta lugares innombrables. Quizás no fuese el mejor concierto en rasgos técnicos, pero si en su conjunto.
Texto: Laura de Vicente / Fotos: Dani Metaz
Promotor:Doctor Music Concerts
Asistentes:55000
Día:27/06/2013
Sala:Estadio Vicente Calderon
Ciudad:Madrid
Puntuación:9
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