Se puede decir que Gamma Ray eran casi la última esperanza de este Atarfe
Vega Rock, después de la nefasta segunda jornada, de la que misteriosamente
se cayeron Behemoth y Crematory. Servidor pudo constatar que durante las actuaciones
repetidas de Impaled Nazarene y Vicious Rumors fueron mayoría los que prefirieron
quedarse en la barra o en la zona de acampada, para dar buena cuenta de los
manjares festivaleros (calimocho en sus diferentes variedades, embutidos, bocatas
grasientos y demás exquisiteces). Con las cosas así, no fueron pocos quienes
fueron a ver al ‘tito Kai’ para echar el resto y finiquitar el festival, y
el tito, que de estas cosas sabe un rato, trajo a tierras granadinas un repertorio
netamente de festival, para dar botes y cantar a tope.

No le hizo falta al rubio guitarrista mucho para meterse a la gente en el
bolsillo. Con “Gardens of the sinner” ya se vio pronto por dónde iban a ir
los tiros: mucho clásico y pocas concesiones a su excelente último disco. Pronto
sonaron “Armaggedon”, “Rebellion in dreamland” y “Valley of the kings”, tres
joyas que no pasan de moda por mucho que se toquen una y otra vez. De todas
formas el señor Hansen podría haberse arriesgado un poco más, porque con nueve
discos de estudio tiene canciones que en directo aguantan de sobra (“Strangers
in the night”, “Beyond the black hole”, “Lust for life”, etcétera). No fue
así, y optó por ir sobre seguro, con piezas como “The silence” y “Heavy metal
universe”, con las que la gente se lo pasó como los indios. ¿Poco arriesgado?
Quizá. ¿Eficaz? Por supuesto. Es la eterna duda: ¿cómo repartir el poco tiempo
de concierto en un festival? Lo mejor seguramente sea tirar de lo más conocido,
aunque personalmente me hubiera ido un pelín más contento con algún que otro
tema más. En cualquier caso eso entra ya dentro de los gustos personales de
cada uno, y para ese tema no pueden existir jueces.

El sonido a veces no era todo lo bueno que cabría esperarse, aunque visto
lo visto (o escuchado lo escuchado), casi había que llorar de alegría por poder
reconocer las canciones con los primeros acordes. El peor parado de toda esta
situación fue el teclista que acompañó al grupo en esta ocasión, que podría
haber hecho el paripé con el teclado desconectado y nadie se habría dado cuenta.
Kai Hansen, que esta vez ocultó su galopante alopecia con un pañuelo (no somos
nadie…), estuvo simplemente correcto con las voces y derrochó sonrisas a
troche y moche, como es habitual en él.

Del último disco sonó bastante poco. La cañera “Fight” y, para mí la mejor
del álbum, “Blood religion”, fueron las elegidas para justificar que este hombre
sigue componiendo a buen nivel.  Ni tuvo el mejor sonido ni fue su mejor actuación,
pero fue un concierto “apañao”, como dirían las abuelas de mi pueblo, que sirvió para
salvar un poco los muebles del festival. Es lo que se esperaba de ellos. Qué menos
que eso.

Texto: Pablo García Caño / Fotos: Satur Romero - Penumbra

Datos:Nave Medina Elvira
Atarfe (Granada)
Promotor: BR Music
Público: 6.000 personas

Día:11/03/2006

Puntuación:8