Uno de los principales alicientes del evento era, para un servidor, la presencia
de dos bandas teloneras que realmente me apetecía ver: EDENBRIDGE y MANTICORA.
Para mi decepción y para la de muchos otros, los primeros no iban a actuar (tal
y como había sucedido el día anterior en Madrid), por enfermedad de su cantante.
Pues bueno, toca resignarse. Otra vez será.

Nada más poner el pie en la sala Razzmatazz 2 comenzó la actuación de los daneses
MANTICORA. Esto es puntualidad y lo demás son tonterías (si hubiera llegado
diez minutos antes mi puntualidad hubiera quedado algo más en entredicho, obviamente).

El grupo salió fuerte y mantuvo su tesón durante la media hora, logrando recrear
desde un principio esa muralla sónica consistente característica de su más reciente
obra de estudio, “8 Deadly Sins”, de la cual salieron la mayor parte de los
temas con los que nos deleitaron esa noche. El cantante Lars F. Larsen supo
cumplir con creces su labor de frontman, en parte gracias a sus rápidos movimientos
y a unas paranoides carreras por el escenario que ciertamente incitaban a la
algarabía. Temas como “King of the Absurd” sonaron musculosos y, por lo general,
el sonido fue bastante decente. Lástima que la actuación se hiciera bastante
corta. Eso sí, el público los despidió de forma bastante entusiasta.

Debido a la ausencia de EDENBRIDGE, ANGRA saltaron a escena con algo de antelación
sobre la hora prevista. No éramos muchos los allí congregados, pues la sala
se encontraba más o menos a la mitad de su capacidad. Por todos es sabido que
los brasileños no congregan a tal cantidad de público como STRATOVARIUS, GAMMA
RAY o BLIND GUARDIAN, pero a pesar de ello esperaba encontrarme con un recinto
algo más lleno. Por otra parte, me gustaría destacar que el sonido fue francamente
malo durante toda la actuación, mejorando en algunos temas pero volviendo a
carecer de definición en otros. Básicamente podríamos decir que la voz de Edu
Falaschi se oía muy poco, soterrada en el terremoto instrumental, el teclado
fue nulo durante toda la velada y la batería lo sepultó todo con un sonido demasiado
atronador. A pesar de ello, este elemento no pareció ser óbice para que el público
se lo pasara en grande.

El recital comenzó con tres cortes del último disco de la banda, introducción
incluida. Aunque fueron dos temas muy bien recibidos, como es obvio, las composiciones
más celebradas a lo largo de la noche serían los clásicos por antonomasia de
la banda. A pesar de ello, se nota que el público encajó en su día de muy bien
grado un disco como “Rebirth” a pesar de ser el primer disco sin Matos en la
formación, ya que temas como “Acid Rain” o “Millenium Sun” fueron recibidos
con más júbilo del esperado. No en vano, a un servidor dicha obra le parece
un ejercicio de clase y maestría a cuyos puntos álgidos no logra llegar su más
reciente “Temple of Shadows”, aunque me consta que las opiniones al respecto
son de lo más eclécticas. Aunque en lo que sí estamos todos de acuerdo es en
la grandeza de obras como “Holy Land” y “Angels Cry”: gritos de júbilo y headbangera
celebración cuando algún tema de dichos álbumes iba a ser interpretado delataban
las preferencias más firmes del respetable. También deleitaron a la concurrencia
con su ya imprescindible inclusión de elementos acústicos en temas como “Wishing 
Well” (con coros en directo, por supuesto, siendo esto algo que día tras día
sabemos apreciar mejor, dada la gigantesca tormenta de samplers de la que somos
testigos actualmente en los shows en directo) o  el maravilloso “Shadow Hunter”,
que nos hizo vibrar a todos con esas influencias flamencas y esos coros a lo
QUEEN que incluyen en el meridiano de la composición, además de que para su
interpretación Edu salió ataviado con un sombrero negro vaquero y algún que
otro atuendo complementario. Temas como estos fueron los que ayudaron a introducir
la variedad musical, necesaria sobretodo ante el hecho ya asumido de que no
íbamos a poder escuchar en demasía los armónicos de las segundas guitarras como
consecuencia del mal sonido. Otro de los componentes especiales de la noche
que no pueden faltar en una actuación de ANGRA vino de la mano de “Carolina
IV”, en cuyos prolegómenos tuvo lugar la ya célebre batucada, con todos los
componentes de la banda a cargo de los diversos instrumentos de percusión que
sacan al escenario. Aunque eso sí, este momento fue bastante más breve que en
otras ocasiones, siendo asimismo mutilado el principio de dicha canción.

Kiko Loureiro demostró, a parte de cómo domina el “tapping”, que nunca ha sido
su intención trabucar el pasado de la banda, y por ello temas como “Time”, “Angels
Cry” o “Nothing to Say” se alzaron orgullosos en diversos momentos del playlist
(a pesar de que el show se centrara en sus dos últimos discos, lógicamente).
En algunos momentos como en el estribillo de Carry On quedó claro que Edu, a
pesar de sus fantásticas cuerdas vocales, no es capaz de jugar fácilmente con
los agudos imposibles revientavasos de André y optó por dejar que la mitad de
los estribillos los cantara el público. En esta ocasión no escogieron un tema
de la era Matos para “despedirse”, sino el primer corte del “Rebirth” (¿declaración
de principios o consciencia de que es el nuevo clásico por excelencia?), “Nova
Era”, que por otra parte, pese a quien le pese, es un temazo en toda regla con
un solo de Kiko de esos que desgraciadamente no abundan en muchos grupos de
power metal más recientes: rápido, dinámico y cargado de sentimiento, ¡un pedazo
de solo!.

Pero para sorpresa de la mayoría la cosa no iba a acabar ahí. El grupo todavía
tendría tiempo para interpretar una versión de lo más sorprendente para una
formación de sus características: el “Raining Blood” de SLAYER, cantada por
el bajista Felipe Andreoli. O Andreole. Ole sus huevos. La verdad es que les
quedó chisposa.

A pesar de que nos quedamos sin escuchar ningún tema del “Fireworks”, el público
salió satisfecho pero consciente de que el herrumbroso sonido de la sala dificultó
que pudiéramos gozar al máximo de una actuación más que correcta en la que la
banda le echó muchas ganas. Sin lugar a dudas me quedo con su última actuación
por estas tierras en el festival Rock Machina 2002, donde lograron impactarme
mucho más que en esta ocasión. Esperemos que no tarden mucho en volver a dejarse
caer por aquí y podamos deleitarnos de nuevo con sus mágicas composiciones en
unas condiciones acústicas más favorables.

Texto y Fotos: Penumbra

Datos:Razzmatazz 2
Barcelona
Publico: 300 personas
Promotor: Frontline

Día:11/02/2005

Puntuación:7