No son pocas las veces que distintos organismos municipales, institucionales,
estatales, o vaya usted a saber, los que ponen todo tipo de trabas a la hora
de organizar eventos. Y colaboraciones, ya no digamos económicas, las justas.
Por eso en un principio, esta tercera edición del Alhaurín Rock Festival se
llevó a cancelación con un cartel de bandas ya anunciada, todas estatales y
cargado de variedad, dígase el juglar metal de SAUROM, el rock y metal de nuevo
cuño de ELECTRA o SKIZOO, el metal extremo de la mano de AVULSED o los emergentes
ATSPHEAR, o ese final de fiesta que se preveía memorable con la siempre agradable
presencia de THE BON SCOTT BAND. Y así hasta 11 grupos.

Aunque se tuvo que suspender, la idea seguía ahí y las ilusiones también,
así que, aunque con menos bandas en el cartel, finalmente se encontró hueco
(y presupuesto por parte de las autoridades) para que no se perdiera la continuidad
de este evento.

Sinceramente, a diferencia del pasado año, se perdió un poco la esencia de
un festival en sí. Es decir, muchas bandas, muchos puestos de merchandising
y demás complementos, muchas barras y cómo no, mucho calor, algo habitual por
estos lares. Más bien, debido a la hora de comienzo que también influye, parecía
un concierto más, solo que con cuatro bandas en el cartel. Esperemos que si
el año que viene se vuelve a repetir la experiencia, que me consta que ciertas
personas pondrán empeño en ello, se recupere ese ambiente, sabor y olor a festival.

El punto negativo, y ya deja de ser sorpresa, es la asistencia del público:
escaso como siempre. Pero ya cansa tanto incidir en el tema, por lo que en
esta ocasión, omitiremos hablar de ello. Así que, directamente pasaremos a
las actuaciones de las bandas que este año de integraban el cartel.

Los primeros en aparecer, con un poco de retraso debido a unas pruebas de
sonido algo ralentizadas por diversos problemas que no vienen al caso,  eran
DICK TURPIN, formación malagueña de la que deduzco han tomado el nombre de
aquel clásico libro de aventuras escrito por William Harrison. Tal vez no sean
muchos los que conozcan a este nombre, pero seguro que no serán pocos los que
recuerdan a DRACONIAN, grupo que a finales de los 90 sorprendieron positivamente
tanto a la  crítica como a los seguidores del heavy metal clásico hecho con
verdadero gusto con su primer y único disco publicado “To Outlive The War”.
Incluso les permitió ser los artistas invitados de JUDAS PRIEST presentando
en una segunda vueltecita por la península, aquel insulso “Demolition”. Llegaron
a grabar un segundo disco, “Over Metal” (del que se pueden oír algunos temas
completos en la web de DICK TURPIN), pero aún no ha visto la luz. Por problemas
legales, y por problemas internos (su vocalista y bajista Guillermo se fue
del grupo, llevándose algo más que su instrumento, y sus amplis), los guitarristas
Antonio Díaz y Francisco Ruiz, junto con el batería José Antonio Ferrer, decidieron
seguir adelante pero como DICK TURPIN, completando la formación con el vocalista
Juan Manuel Aguilar y el bajista argentino Rafael Pérez.

Musicalmente, y casi seguro que en espíritu, DICK TURPIN son la continuación
de DRACONIAN, y su metal clásico fue lo que nos presentaron en su corto tiempo
de actuación. Aún siendo los encargados de abrir el festival gozaron de muy
buen sonido, y al menos personalmente, del mejor juego de luces y humos de
las cuatro bandas participantes. Al contrario de lo que muchos pensaban, DICK
TURPIN aprovecharon su tiempo de escena para presentarnos su material propio,
dejando las versiones de temas clásicos tal vez para otra ocasión. Con temas
como “Fever” o “Magic Sword” supieron conectar con sus seguidores, y demostrar
así su validez a día de hoy a base de buenos riffs, talentosos solos y logrados
estribillos. Aunque sin duda, el momento cumbre fue la descarga de “Siren’s
Song”, en la que fue notoria la participación de sus fieles seguidores, ya
que fue la única vuelta atrás en el tiempo para recordar aquel disco debut
de DRACONIAN.

Se nota la madurez y las tablas de esta formación, quizás su vocalista necesita
un poco  más de rodaje para que algunos agudos no se les llegue a atragantar,
y algo más de carisma a la hora de comunicarse con la concurrencia. Nada que
el tiempo no pueda curar. En resumidas cuentas, una más que correcta actuación
de los malagueños, a los que les deseamos suerte en su nueva andadura. Bien
lo merecen.

Y del heavy metal más clásico, pasamos al rock de nueva factura de la mano
de ESTIRPE. Tengo que reconocer que he sido un poco reticente a la propuesta
(original propuesta, hay que reconocerlo) de estos cordobeses, pero después
de directos como este, se han ganado el respecto de quién firma estas líneas. ¡Vaya
sorpresa! ESTIRPE son un ciclón encima de la tarima, en especial, y con mucha
diferencia, su vocalista Miguel Ángel Martínez, una mezcla entre Michael Jackson,
Serj Tankian y Krusty el Payaso, que no paró de moverse, gesticular paranoicamente
y lucir su amplitud de registros vocales, en todo momento. Realmente electrizante
la presencia de este vocalista. Es más, ante la desesperación visible de los
rostros de quienes estábamos en el foso, no duró en congelar algún que otro
movimiento para dejarse fotografiar y captar alguna que otra curiosa estampa.
Aunque el resto de miembros no se quedan atrás en su cometido, formando un
grupo muy compacto y compenetrado en directo. A su favor, el uso tan comedido
de scratches y demás cachivaches que ESTIRPE llevan a escena que no merman
su rock tan personal en ningún momento de su actuación.

El punto flaco en esta actuación la puso el sonido, sobre todo en su tramo
final, y en especial el micro de Mart, aunque no es de extrañar que tal paliza
escenario arriba, escenario abajo, hubiera hecho mella. Aún así, las descargas
de cortes enérgicos como “Vértigo”, “Más Azul”, en el que muchos esperaban
al igual que en el disco la aparición de Molly de HAMLET para que escupiera
sus berridos, “Mi Revolución” o “Saber Esperar” (buena en disco, mucho mejor
en directo) entre otras, no daban pie al descanso de los asistentes. Si en
cambio lo hizo la relajada “Mundo Sin Fe”, con un excelente resultado en vivo
que sirvió para que el público respirara y fuera partícipe de su gran letra;
pero no por mucho tiempo.

Gran parte de su set se basó en su último disco “Inventarse El Mundo” al que
ya le quedan pocas rondas de presentación, ya que los cordobeses se encuentran
preparando nuevos temas para dos próximos trabajos en estudio (uno en acústico
con sus mejores temas y algún que otro regalito, y otro disco de estudio más
o menos a fin de año). Pero también hubo hueco para la descargas de algunos
temas que ya se están convirtiendo en verdaderos himnos para ESTIRPE, caso
de “Hazme Creer”, “Jugar A Ser Dios” o “En Ruanda o En París”. El cierre vino
de la mano de su hit “América”, y un particular “O Sole Mío” que sirvió para
culminar un concierto en el que se demuestra que ESTIRPE son mucho más que “la
banda del hijo del cantante de MEDINA AZAHARA”. A tenerlos muy en cuenta en
el futuro.

Lo de SAVIA es un caso curioso. Quién espere hoy en día que la banda de Carlos
Escobedo y cía sigan volviendo a su pasado SOBER para sacar adelante su directo,
saldrá un poco decepcionado. En cambio, quién no lleve una idea preconcebida,
simplemente ganas de disfrutar, sí que podrá llevarse una sorpresa. Tal y como
tuve la ocasión de comprobar en una entrevista con el grupo horas antes de
su actuación, SAVIA son solo y simplemente SAVIA, un grupo de cuatro personas
que tocan temas de sus dos discos hasta ahora editados. Idea, por supuesto,
más que respetable.

Y así fue, ni un tema de SOBER como mis pronósticos personales dictaban. Lógico
era que su último trabajo y homónimo “Savia” tuviera el papel protagonista
en su listado, y con un gran dinamismo en escena, y dando constantes muestras
de ser un grupo muy compenetrado, nos brindaron cortes potentes como “Llama
a Dios”, “Agua Para Tu Sed”, la coreable “Eden” o “Cenizas de Ángel”. Tampoco
se olvidaron de su debut “Insensible” y  sacaron a lucir “Un Año” y Desértico” además
del tema título, que fue el elegido para poner el cierre de esta actuación,
precedido por su nuevo single “Derrotado”. Mención especial a la interpretación
de “Inmortal”, una canción con una composición muy elaborada pero que, por
sorpresa, gana muchos enteros en directo.

No menos digna de mención es la actitud de la banda, siempre comunicativa
y sin parar de moverse en el escenario, sobre todo llevándose un plus de la
atención los cruces de los guitarristas Escobedo y Almoneda, que ante tal desparpajo
de énfasis, parecía que iban a chocar en cualquier momento. Su bajista Jesús
Pulido, debido a una lesión en su pierna (que de vez en cuando reposaba en
una banqueta) se vio limitado en sus movimientos y no pudo aportar aún más
si cabe, el gran dinamismo en escena que ofrece el grupo. Aún así, sus coros
suenan a la perfección y sirven de perfecto apoyo a la personal y potente voz
de Escobedo. Tampoco nos olvidemos del papel de Alberto Madrid, un batería
con mucho empuje en las composiciones del cuarteto, que de igual forma se desenvuelve
y enriquece de contundencia en directo.

La actuación de SAVIA fue más que notable, y es que no hay que olvidar que
la experiencia es un grado. La ascensión de la banda se adivina, ya que, visto
lo visto, los seguidores siguen en pie de guerra y van tomando los más logrados
temas de SAVIA como suyos propios, olvidando la historia del pasado que muchos
se empeñan en no ignorar para concebir el desarrollo de esta formación. Una
cosa queda más que clara: si Carlos Escobedo quiso con SAVIA entrar en el mercado
sin hacer excesivo ruido, no dudo que de aquí a pocos años, se desmorone dicha
intención mucho antes de lo que él mismo pensaba.

Los últimos en salir eran HAMLET, una banda que directo tras directo siguen
demostrando que su posición y estatus dentro del panorama metálico estatal
no ha sido ningún regalo. Todo lo contrario, lo han logrado a base de mucho
esfuerzo y trabajo, mucha carretera y con discos rebosantes de calidad, en
los que no olvidan de arriesgar y, digamos, madurar, a base de bien.

A falta de un mes para el lanzamiento de su próximo trabajo en estudio, que
llevará por título “Pura Vida”, los madrileños coronaban la edición de este
festival y no se vinieron abajo por divisar desde el escenario más albero despoblado,
que cabezas a las que pretendían, y que con mucha facilidad consiguieron, dejar
exhaustas. Por cierto, ya habían mostrado la portada de su futuro trabajo,
pero por lo visto, otra banda tiene una prácticamente igual y, casualidades
de la vida, con el mismo título, por lo que como lógica solución ya se están
elaborando una diferente. De hecho, o esa fue al menos mi primera impresión,
también le daba cierto aire a la del “Ritual De Lo Habitual” de JANE’S ADDICTION,
aunque menos…picante y púdica.

HAMLET no necesita mucha puesta de escena, ni luces estrambóticas, ni humos
que lleguen a cegar a la concurrencia. Solo vatios, muchos vatios para estamparnos
de lleno su muro sónico, y sus temas de siempre para taladrarnos gustosamente
el cerebro. El caso es que sentía curiosidad como encajarían los temas de “Syberia” en
el siempre intenso directo de esta banda, ya que la última vez que visitaron
estos lares con motivo de su presentación, no pude asistir muy a mi pesar.
Aunque en un principio no recibía de buen grado las nuevas tornas de su sonido
(¿o debería decir registro vocal?), he de confesar que estas nuevas composiciones
dotan al directo de HAMLET de cierta frescura, sustancia para llevarse al  paladar
y variedad. Además, siempre hay que darles un voto de confianza, ya que HAMLET
siempre ha sido un grupo hecho por y para el directo, y ya era hora de olvidar
esos conciertos tiempos ha, en los que interpretaban una canción de 60 minutos
y se quedaban tan tranquilos.

Se pudo palpar en su descarga de hora y media que “Para Toda Una Vida”, “Aislados”, “Imaginé” o “Dame
Una Señal” se entremezclan y enlazan con temas cañeros tipo “Denuncio a Dios” (¡como
gana este tema en directo!), “Antes y Después”, “El Mejor Amigo de Nadie”  o “Tu
Medicina” por citar algunas, sin restar intensidad en ningún momento. Si en
cambio “Serenarme”, hemos de admitir.

El regalito inesperado vino de la mano de “Muérdesela” en detrimento de otros
clásicos de la banda que si se echaron en falta. Pero es ley de vida, mientras
más discos editados, más rompederos de cabezas a la hora de confeccionar un
set list, e inevitablemente se quedaron fuera temas clave para mi gusto como “Habitación
106”, o alguna que otra aportación de su disco homónimo, que sin duda es uno
de los mejores de su carrera. No faltó “J.F.” en su trayecto final de concierto,
con un Molly irritante que transmitía la misma sensación de rabia a un público
totalmente desfasado. Y ya para finalizar, por si no había quedado claro que
HAMLET van a por todas en cada actuación, cerraron con una energía inusitada
con “Irracional” y “Limítate”, dejando nuestros cuerpos para el arrastre.

Como siempre no defraudaron, el público se volcó con ellos, y no faltó la
amistosa comunicación entre un viperino Molly y sus seguidores. Comparativas
de camisetas de MOTLEY CRUE con alguna que otra persona de las primeras filas
inclusive. Y qué decir del sonido…bestial!

Se cerraba por tanto sin ningún tipo de incidencias otra edición del Alhaurín
Rock Festival de la que, por supuesto, esperamos su continuidad. Siempre hay
que corregir fallos, siempre hay aspectos que se pueden mejorar (en esta ocasión,
ser más fidedignos con los horarios), pero lo que sí es seguro es que TheMetalCircus
no dejará de apoyar este evento, ni dudará en sumarse a la fiesta.

Texto y Fotos: Satur Romero

Datos:Campo de Futbol Miguel Fijones
Alhaurín el Grande (Málaga)
Público: 400 personas
Promotor: Hard Times

Día:00/00/0000

Puntuación:8