Mis dudas eran muchas. ¿Se podría aguantar Steven Adler en pie? ¿Se le caerían
los brazos a medio concierto de lo agujereados que están? ¿Qué temas sonarían?
¿Jizzy Pearl imitando a Axl? Y por suerte, tal como entré a Bikini, vi que las
otras 800 personas estaban igual de confusas. Esa misma tarde, hablando por
telefono con Steven Adler, quien fuera batería de GUNS N’ ROSES en “Appetite
For Destruction”, no habría dado ni un duro por el. Fue la entrevista mas patética
de cuantas he hecho y no es que el hombre estuviera en estado vegetal, sino
que solamente le faltaba hacer la fotosíntesis.

Pero de golpe y porrazo, cuando Adler subió al escenario se produjo un cambio
que parecía milagroso. Desde los primeros acordes de “Welcome To The Jungle”,
Adler fue una auténtica maquina tras los parches, levantándose tras cada tema
a saludar al público, bebiendo únicamente agua mineral, y en un estado de forma
–a priori- envidiable. Cuando entré a camerinos, vi de nuevo la triste realidad.
Adler está totalmente destrozado y su pasado con las drogas lo ha marcado profundamente
hasta el punto en qué uno duda de su integridad mental, pero de todas formas
hay algo que merece una felicitación, y esa es su actitud intachable con los
fans, algo que el maldito Axl Rose jamás tendrá. Adler firmó autógrafos toda
la tarde en una conocida tienda de música del centro de Barcelona y aun así,
tras el concierto, subió con el resto de la banda a la entrada de la sala para
hacer una firma aún mas masiva en la cual los encargados de Bikini trabajaron
de manera árdua para que no se descontrolara la gente.

En cuanto al público, estaba casi íntegramente formado por fans de GUNS N’
ROSES y admiradores de la escena angelina ochentera casi a partes iguales. Ver
un concierto como el del pasado viernes es algo que difícilmente sucede en Barcelona
muy a menudo. Me explico: Timo Tokki puede tocar la guitarra fantásticamente,
pero no hay nada comparable a Keri Kelli (ex – L.A. GUNS) haciendo solos absolutamente
histéricos al borde del escenario mientras los fans lo magrean salvajemente
y rompiendo todas las cuerdas de su guitarra con sus própias manos para acabar
el concierto. Y allí estaban los currantes fijos de la escena angelina: Brent
Muscat (ex –FASTER PUSSYCAT)y Kelli a las guitarras, Robbie Crane de RATT al
bajo, Jizzy Pearl (RATT, LOVE/HATE) a la voz y evidentemente, todo un ex –GUNS
N’ ROSES (con todo lo que ello conlleva) como Steven Adler ala batería.

Con semejante panorama sobre el escenario y la sala a reventar, el inicio de
“Welcome To The Jungle” fue totalmente brutal. Apenas se escuchaban los acordes
que salían de la guitarra de Keri Kelli debido al griterío del publico y tal
como Jizzy comenzó su grito sacado del estómago el público enloqueció, y juraría
que todo el mundo cambió de ubicación gracias a las avalanchas y empujones que
hubo en ese momento. No se calmó precisamente la cosa con “It’s So Easy”. El
público estaba a un volumen muy superior respecto al del sistema de sonido y
lo cierto es que la voz de Jizzy y los solos de Kelli apenas fueron perceptibles.
Cabe destacar que la banda suena totalmente compacta, sin ni un solo error en
todo el concierto.

“Nightrain” trajo buenos recuerdos a todo el público, uno de los temas mejor
paridos por GUNS N’ ROSES. Incluso “Outta Get Me” fue recibida calurosamente,
pero nada fue comparable a la reacción de la gente cuando comenzó a sonar “Sweet
Child O’ Mine”. He de admitir que la interpretación del tema me llegó a emocionar
y sin duda, la banda ha aprendido nota por nota a emular a los GUNS clásicos.
Adler concretamente, estaba tocando con una pegada impresionante que yo no me
esperaba, y aporreando su clásico kit con una rabia inusitada para su estado
físico y mental.

Como si no fuera poco escuchar “Appetite For Destruction” casi entero, la banda
tocó una adrenalínica versión del “Mama Kin’” de AEROSMITH que bordaron en todos
los sentidos. Tras ella, y aunque todo el público les vio, Adler y Robbie Crane
se dijeron algo, señalaron su nariz casí al unísono y se rieron amigablemente.
Comprendo que tengan sus “aficiones” pero hablar abiertamente de ellas y gesticular
al respecto sobre el escenario sin darse cuenta de que la gente los ve es una
buena muestra de la situación mental de la gran mayoría de la banda.

Recordando tiempos mejores, sonó un emotivo “Knockin’ On Heaven’s Door”, coreado
ampliamente por el publico. Brent Muscat se limitó a su papel de segundón rítmico,
porque era imposible superar a un Keri Kelli absolutamente desbocado corriendo
de un lado a otro del escenario. Y también desbocado tras la batería estuvo
Adler en “My Michelle” demostrando que no ha perdido en absoluto su estilo.
Adler es un batería de la vieja escuela, con clase, estilo y pegada, y las tres
cualidades las demostró sobradamente sobre el escenario. Y mas leña para la
hoguera: “Mr. Brownstone”, “Rocket Queen”…y antes de que el publico se deshidratara,
la banda se largó del escenario. Adler salió a dar la mano a las primeras filas
y su roadie lo retiró bruscamente de allí en un gesto que no entendí demasiado.
Pero aún quedaba un poquito mas.

“Sin City” de AC/DC abrió los bises, con la audiencia totalmente arrodillada
(figuradamente,claro) ante la potencia de la banda en directo. Es curioso como
en Estados Unidos este tipo de formaciones son repudiadas y aquí llenan salas
de medio aforo como Bikini. Me temo que la respuesta es simple: quí no suelen
venir y en Los Angeles deben estar hartos de ver a Keri Kelli y compañía en
cualquier lugar. Y a proposito de Los Angeles, “Paradise City” cerró el concierto
de una manera histórica.

Hacía mucho tiempo que no veía tanta pasión en escena, tanta entrega, tanta
locura, y tanta maestría. Es cierto que Jizzy no estuvo muy acertado en los
últimos temas y que su garganta se estaba resintiendo, pero ¿a quien le importa?
De hecho, no se puede criticar a Jizzy por tener una mala noche. Los fans ciegos
de los nuevos GUNS fueron capaces de decir que el concierto del Rock In Rio
2001 fue un buen concierto y quedarse tan anchos, cuando Axl Rose a duras penas
podía cantar sin hacer reir a quien le escuchara, así que lo minimo que alguien
como Pearl merece es respeto. No siempre se puede ser bueno sobre el escenario.

¿Una opinión? Uno de los conciertos del año que acaba de empezar. Ni mas ni
menos. Y es que el legado de GUNS es mucho legado.

Texto y Fotos: Sergi Ramos

Datos:

Sala Bikini
Barcelona
Promotor: Robert Mills
Publico: Lleno (800 personas)

Día:23/01/2004

Puntuación:9