Adiós es una palabra triste y dulce: Los Suaves
‘El adiós es un palabra triste y dulce. Triste, porque significa que es la última vez. Y dulce, porque siempre quedarán las canciones’, nos contaba este soñador con más de 67 años, lleno de emotividad, que se dejaba la piel sobre el escenario a pesar de que su voz hace tiempo que casi se apagó.
A nadie le gustan las despedidas. Dejémonos de nostalgias y demás excusas, porque nunca dejan un buen sabor de boca. Pero si es muy cierto que son inevitables, y como en el caso de LOS SUAVES, necesarias. No es un secreto que Yosi no puede mantener el nivel de antaño. Podríamos decir que no lo hace desde hace más de una década. Aunque poco les importa a sus seguidores que han seguido disfrutando todo este tiempo de sus letras, cantadas con el alma más que con sus cuerdas vocales. Pero nadie puede luchar contra la edad; es el signo de los tiempos.
Los de Ourense también tienen a su favor que nunca han vivido de las rentas del pasado, y sus últimas obras están a un nivel que muchos grupos coetáneos desearían. Pero el directo, es otro cantar… “La Música termina” es el nombre de esta gira de despedida, con el que una banda de casi cuatro décadas nos dice adiós, y solo por dedicarles unos últimos aplausos, merecía la pena desgañitarnos con esas letras que nos han acompañado toda una vida. Solo había que ver el número de asistentes para su despedida de Málaga, doblando el número de asistentes de su última visita de 2013, para comprobar lo especial que era el momento.
Y todos estaban “Preparados para el rock ‘n ‘roll” cuando salieron a escena y Yosi comenzó a animar a un público enloquecido y entregado desde el minuto uno, con sus aspavientos de brazos habituales y sus gestos inimitables. ¿Qué no se le entiende más de la mitad de las palabras? No importa. ¿Qué desafina de vez en cuando? Tampoco importa. La fiesta la montan LOS SUAVES con grandes canciones respondidas con el rugir de una sala llena hasta la bandera. “Cuando los sueños se van” y “Palabras para Julia”, fueron el trampolín necesario para que todo cogiéramos impulso y fuerzas para lo que nos venía encima. Y a partir de ahí, todo fue regalos tras regalos absorbidos con ansias, las mismas que se crean de forma natural al ser conscientes de que era la última vez. ‘El adiós es un palabra triste y dulce. Triste, porque significa que es la última vez. Y dulce, porque siempre quedarán las canciones’, nos contaba este soñador con más de 67 años, lleno de emotividad, que se dejaba la piel sobre el escenario a pesar de que su voz hace tiempo que casi se apagó.
A estas alturas de la historia, sobra decir que Alberto Cereijo es un maestro de la guitarra, y que sus largos solos es puro deleite para los oídos de todos los presentes. Una bondad de incalculable valor que hace que un concierto de LOS SUAVES gane verdaderos enteros. Sin olvidar el gran apoyo que musicalmente recibe de Fernando Clavo, y de la base rítmica de Charly Domínguez y Tino Mojón. “Maldita Sea mi suerte”, “Dulce Castigo”, “San Francisco Express”, “Por una vez en la vida”, “Malas noticias”, “El Afilador”, “Mi Casa”, “Dolores se llamaba Lola”, “¿Sabes?, ¡Phil Lynott murió!” o “Cuando la música termina”… Pocas faltaron a la cita (quizás “Pardao”, «Pobre jugador», o “Si pudiera”), para reforzar un último concierto que todos guardaremos a fuego en la memoria. No faltaron las banderas: la gallega, la andaluza y la de la propia banda que su cantante lanzó al público tras secarse el sudor de varias partes de su viejo pero activo cuerpo. Tampoco el confeti, por si algún despistado no se había percatado que estábamos de fiesta. Y por supuesto, la actividad extra-musical de Yosi, encaramándose al propio decorado del escenario entre otras exquisiteces destructivas. Tampoco dudó un segundo a la hora de saltar el gran foso que le separaba de sus seguidores. Pero todo ello forma parte del espectáculo. De su espectáculo. Porque todos somos suaves, y seguro que cumpliremos con el epitafio que todos cantamos en «Ese día piensa en mí».
Con casi dos horas de buena música, y una banda regalándonos una larga pieza instrumental para cerrar – después de que su vocalista fuera sacado del escenario por los guardias de seguridad como marca la tradición– llegó la despedida de los gallegos. Muchos sospechan que, como muchos otros que no vamos a nombrar, será la primera de muchas despedidas. Pero nos da que no van a vacilar con eso, y que definitivamente será la única y última. Los allí presentes, vivimos el momento triste. A partir de ahora, nos toca el recuerdo dulce. Dulce y eterno.
Texto y Fotos: Satur Romero (satur@themetalcircus.com)
Promotor:Sufriendo y Gozando
Día:2015-11-07
Hora:23:00
Sala:París 15
Ciudad:Málaga
Puntuación:8
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