Considerado uno de los más importantes subgéneros del heavy metal, el doom metal se ha definido como un estilo en el que destaca su atmósfera lenta y pesada y donde predominan las tonalidades oscuras con riffs graves. Sus orígenes se remontan a la década de los 70 cuando una banda llamada Black Sabbath publicó un revolucionado disco debut homónimo.
Era el año 1996 y a mitad de la calle Tallers existía una tienda que se llamaba Hysteria. Una de las pocas tiendas específicamente dedicadas al rock duro y el heavy metal en un momento en el que gigantes como el Virgin Megastore de Passeig de Gracia con Gran Via se dedicaban a aglutinar todos los géneros en una gran superficie dedicada a la música como pocas se habían visto en nuestro país. Dentro, Rubén Rosas -bastante más joven- estaba sentado en la caja con una foto detrás, firmada por Gary Moore, que captó mi atención.
Ya sabemos porque Pentagram se vieron obligados a tocar en varios conciertos sin su vocalista y a cancelar sus fechas en Europa.
No hay que olvidar que son una de las bandas que participarán en la próxima edición del Resurrection Fest.
Bloque de noticias: Mastodon – Holycide – Pentagram – Between The Buried And Me – Drowning Pool
Bloque de noticias: Zakk Wylde – Enslaved – Gemini Syndrome – Pentagram – Wicked Inc.
Padrinos del doom y el heavy metal aunque relegados a grupo de culto. Son una leyenda viva y el sr. Liebing posee tanta aura de peligro y presencia como Ozzy, por mucho que sea para la gran mayoría un completo desconocido. Por todo lo que ha pasado el grupo en su trayectoria maldita era casi impensable que a día de hoy pudieran entregarnos discos como el que nos ocupa.
La mítica formación estadounidense de doom metal estrenará en breve un lanzamiento audiovisual que recoge las tres décadas de su carrera.
Una obra imprescindible para amantes del Death melódico de la vieja escuela apoyada por la asombrosa voz de su vocalista femenina Diva Satanica.
No hay que restarle méritos al semi-cadaver Liebling, aguantar hora y media en el escenario no es moco de pavo y menos si cada pocos segundos te marcas un bailoteo chulesco dejando boquiabierto al personal. Otra cosa no, pero chulería este tipo tiene como para sonrojar a una panda de gangsters matones del Bronx.
