El sexto trabajo de estudio de los brasileños se puso a la venta el 26 de febrero de 1996. Aunque ya habían firmado muy buenos trabajos, esa mezcla de música tribal y tradicional de su país con el thrash metal sigue siendo influyente hoy en día. Fue también el último álbum con Max Cavalera en sus filas.

El sexto álbum en la prolífica carrera de los brasileños y que a la postre sería el último con los hermanos Cavalera en la formación supuso y antes y un después en lo que a la escena metálica se refiere. A día de hoy y casi un cuarto de siglo después sigue siendo un trabajo rompedor que ha pasado por derecho propio a ser uno de los referentes en cuanto a música extrema se refiere.

La mezcla de la agresividad que hasta entonces había caracterizado a Sepultura con influencias de la música tradicional brasileña rompieron con no pocos esquemas y situaron al cuarteto brasileño en la primera fila de la escena internacional. Llegados a este punto se hace imprescindible reconocer el impecable trabajo realizado por Ross Robinson en las labores de producción. Pocas veces la mano de un productor tuvo tanta relevancia en el resultado final de un disco.

Cuesta imaginar un tema mejor para abrir el disco que “Roots Bloody Roots”, el cual a la postre pasó a ser el himno por antonomasia de Sepultura. En él confluyen todos los ingredientes que hicieron de ‘Roots’ un disco tan rompedor: crudeza, agresividad y un sonido de lo más característico que serviría de inspiración para no pocas bandas de nu metal que fueron apareciendo años después.

“Attitude” fue el segundo single del disco y para su videoclip contaron con la participación de Royce Gracie, leyenda brasileña de las MMA y primer vencedor del famoso UFC. Alejados de las riffs más thrashers de sus predecesores ‘Chaos AD’ e ‘Arise’ las composiciones de ‘Roots’ se caracterizaron por la simpleza de sus riffs (el porcentaje de muteo de las guitarras es ínfimo) y las constantes referencias a la música tradicional brasileña.

“Ratamahatta” fue otro de los cortes que pasaron por derecho propio a convertirse en un clásico de Sepultura. Elegido como el tercer single del disco contó con la participación de Carlinhos Brown en las voces y David Silveria (por aquel entonces batería de Korn) en la percusión.  La pesadez de “Straighthate” y “Dusted” o la velocidad y esencia puramente punk de “Spit” y “Born Stubborn” no dan respiro a un disco redondo de principio a fin.

Recientemente Dave Grohl comentó en una entrevista el shock que le había supuesto en su día escuchar por primera vez ‘Roots’, algo extrapolable a todos aquellos que disfrutábamos del metal allá por los ‘90. Sin duda un disco rompedor e imprescindible para entender la evolución del género.

Miguel Pérez