A finales de 1998 las cosas pintaban francamente mal para Iron Maiden. Una reunión secreta en casa de su manager trajo de vuelta a Bruce Dickinson y Adrian Smith.

La segunda mitad de los años 90 no fue el mejor momento de la carrera de Iron Maiden. El vocalista clásico Bruce Dickinson había abandonado la banda en 1993 tras un exitoso ciclo de disco y gira con “Fear of the Dark” que volvió a posicionar a Iron Maiden en el cambiante mundo del metal tras el valle que supuso “No Prayer For the Dying” en 1990. Sin Bruce, Iron Maiden se vieron obligados a buscar un nuevo vocalista, tarea que recayó -tras una extenso periodo de audiciones- en el cantante de Wolfsbane, Blaze Bayley. 

Un nuevo vocalista y un estilo más oscuro

Bayley grabó con Iron Maiden el oscuro “The X Factor”, que distó mucho del éxito comercial de anteriores trabajos de Iron Maiden. Las evidentes diferencias en el timbre de voz de Bayley respecto a Dickinson, el momento cambiante para el género en todo el mundo y una serie de composiciones que distaban del sonido más clásico y épico de Iron Maiden llevaron a la banda a un estancamiento comercial y de popularidad que comenzó a hacer mella en los ánimos de la banda.

Tras la edición del recopilatorio “Best of the Beast” -con una nueva y oscura canción titulada “Virus” como principal aliciente- la banda se centró en un nuevo trabajo de estudio titulado “Virtual XI”, que vería la luz en 1998. La banda emitió un comunicado explicando que volvería a recuperar las producciones de los años 80 pero una vez el disco llegó a las tiendas la sensación fue de bastante desasosiego. Los fans más acérrimos de Iron Maiden nunca dejaron de lado a la banda pero, a gran escala, Iron Maiden habían dejado de ser la fuerza arrolladora que había sido previamente en el mundo del metal. Y todos los ojos estaban sobre la voz de Blaze Bayley, que sentía una creciente presión. 

Dickinson, por su parte, había arrancado una carrera en solitario con el trabajo “Tattoed Millionaire” en 1990 y posteriormente, ya fuera de Iron Maiden, con “Balls to Picasso”. Intentaría adaptarse a los tiempos con el proyecto de rock alternativo Skunkworks, que resultó ser demasiado alternativo para los heavies y demasiado heavy para los alternativos. Eran momentos difíciles para los artistas que habían logrado su popularidad en los años 80 y Dickinson estaba sufriéndolo en sus carnes. No fue hasta que se asoció con el guitarrista y productor Roy Z que, con los trabajos “Accident of Birth” (1997)y “The Chemical Wedding” (1998), recuperó el pulso de una carrera en solitario centrada en el heavy metal más clásico. Tampoco hizo daño que Adrian Smith, que había abandonado Iron Maiden en 1990, se subiese a su barco. Smith, una de las principales armas compositivas de Iron Maiden a lo largo de sus mejores años, era la baza secreta de Dickinson y uno de los puntales de su regreso al heavy metal con la credibilidad intacta.

Iron Maiden: Live in Dos Hermanas

Así pues, en 1998 Iron Maiden estaban viendo como su futuro se volvía cada vez más oscuro. En España, era posible verles tocar en lugares como Dos Hermanas, Albacete, Zaragoza, Valladolid, Ourense, Fraga, Cáceres, Villarrobledo, Jerez, Los Alcázares en el periodo 1995-1998. Tal era la suerte comercial de Iron Maiden en aquellos tiempos que tenían que ir a buscar mercados secundarios y terciarios para mantener a flote las giras, una vez perdido el brillo y el glamour de gran banda de pabellones y estadios que se habían labrado en los 80. Si, seguían actuando en Madrid y Barcelona y, en ocasiones, lograban llenar recintos de 4000 o 5000 personas. En 1998, con la ayuda de Helloween, por ejemplo. Para una banda que había actuado ante 100.000 personas en el Donington de 1988, aquello era un paso atrás evidente, por mucho que los tiempos fuesen distintos y la escena del metal hubiese cambiado. Si en Europa las cosas estaban complicadas, aún eran positivas en comparación con USA, donde la banda estaba tocando en clubs como el Harpo’s de Detroit. 

La reconciliación entre Harris y Dickinson

El siempre hábil manager de Iron Maiden, Rod Smallwood, comenzó a trabajar en una reconciliación entre Steve Harris y Bruce Dickinson a lo largo de 1998. Dickinson era consciente de que las cosas no iban bien en Iron Maiden y que una de sus opciones era buscar una reunión con él. Harris era reticente pero entendió que, con Dickinson, Maiden podían ser más grandes de lo que eran en ese momento con Blaze a la voz. Finalmente dio su beneplácito a Smallwood para cerrar un encuentro con Dickinson.

Fue en Brighton, Inglaterra, en casa de Smallwood. Todos los miembros de Iron Maiden acudieron a la cita, excepto Blaze Bayley, quien no sabía nada ni imaginaba nada. Nicko McBrain, Dave Murray, Janick Gers y Steve Harris se reunieron en casa de su manager y esperaron a que apareciese el ex-vocalista de Iron Maiden, para muchos el único e insustituible vocalista de Iron Maiden: Bruce Dickinson. Harris y él tendrían una conversación. 

Si bien la biografía oficial de Iron Maiden sitúa la reunión en enero de 1999, después de haber despedido a Blaze Bayley, se especula con que ésta tuvo lugar a finales de noviembre de 1998, antes de los últimos conciertos de la banda co Blaze en Latinoamérica como parte de la gira “Virtual XI”. 

Según recuerda Nicko McBrain en una entrevista con Classic Rock concedida en 2018, “estaba en un bar de sake en Roppongi, Japón, con Rod y Janick. Y Rod me dijo que Adrian iba a volver con Bruce y que cuál era mi opinión”. Teniendo en cuenta que los conciertos de Iron Maiden con Blaze en Japón sucedieron en Noviembre de 1998, la reunión podría haber tenido lugar al volver de los shows nipones. Con Dickinson listo para ir de gira a Latinoamérica a finales de 1998, algunos historiadores de Iron Maiden sitúan la reunión en casa de Rod Smallwood el domingo 29 de noviembre de 1998. 

“Era importante que Bruce y Steve se sintiesen cómodos, sin sentirse observados por el mundo” explicaba Rod Smallwood en la biografía oficial de Iron Maiden. “Bruce vino y explicó porque se había ido y Steve le preguntó que porqué querría volver ahora”. Una conversación que no se había tenido en los cinco años que habían pasado desde la salida de Dickinson de la banda. Harris no lo tenía claro, en cualquier caso. “Pensaba que tendríamos una reunión, seríamos maduros sobre lo que había sucedido entre nosotros y ya está. Pero la reunión cambió todo y vi que Bruce estaba entusiasmado al 100%” explicaba el bajista al biógrafo Mick Wall. 

Cuando Dickinson y Harris tuvieron su conversación, Dave Murray, Janick Gers y Nicko McBrain fueron incorporados a la reunión y los cinco miembros de la banda se fueron a un pub a celebrar la buena nueva: Dickinson volvía a Iron Maiden para encarar el futuro de la banda. Pero faltaba un elemento: Adrian Smith. Estaba claro que si Bruce volvía, Smith tenía que ser parte de la reunión. Harris dejó claro que, de todos modos, el siempre había querido tres guitarristas en Iron Maiden para poder replicar adecuadamente las partes de guitarra de los discos. Harris salió del pub, llamó a Adrian y le pidió volver a la banda. Así de sencillo. 

Adiós a Blaze

1998 llegó a su fin con ambas bandas finalizando sus compromisos pendientes. Tanto Iron Maiden como Dickinson tenían giras por Norteamérica. La situación con Blaze Bayley y la desaprobación de los fans estaba comenzando a hacer mella. Es bastante notorio el video de una actuación de Iron Maiden en Santiago de Chile un par de años atrás, en agosto de 1996, en que Blaze Bayley se cansa de las faltas de respeto de un fan y dice que lo va a matar mientras la banda para el show y Steve Harris se posiciona junto al cantante en el escenario, actuando como defensor y observando la situación sin fallar una nota. Podía ser una situación puntual, pero la presión sobre Blaze era inmensa y el vocalista estaba sufriendo lo indecible en una situación en la que no podía hacer nada: ni el timbre de su voz era bueno para interpretar los clásicos de Dickinson ni era el culpable de que Bruce se hubiese ido de la banda. Tan solo podía hacerlo lo mejor que podía. 

Así pues, Bayley, tras cuatro años bajo el microscopio de los fans de Iron Maiden, y con las piezas moviéndose sin su conocimiento, llegó a una reunión en la oficina de Rod Smallwood en Enero de 1999 y fue despedido de la banda. Blaze preguntó a Smallwood si eso significaba que Bruce iba a volver y, según le explicó al biógrafo Lawrence Paterson en su biografía oficial, Smallwood le confirmó que si. 

Iron Maiden anunciarían su reunión con Bruce Dickinson semanas después, junto con un recopilatorio y videojuego titulado “Ed Hunter” y una gira de cuatro semanas en Estados Unidos y tres semanas en Europa donde la banda recuperó los elementos más espectaculares de su producción escénica de los años 80 y el grupo volvíó a interpretar las grandes canciones clásicas olvidadas de la época de Bruce. El “Ed Hunter Tour” fue un éxito tanto en asistencia como en la inyección de adrenalina que supuso para la banda y los fans. Volver a empezar los conciertos con “Aces High” y el rugido del público al ver aparecer sobre el escenario a Dickinson es algo que, quienes acudieron, no olvidarán. La tensión de los fans – que en Barcelona rompieron vallas y se colaron en masa en el concierto de la banda en el Palau Olímpic de Badalona- fue liberada con conciertos rompedores de dos horas. Tras ello, llegaría un nuevo disco, grabado en noviembre y diciembre de 1999, titulado “Brave New World” y el ascenso de Iron Maiden a fenómeno de estadios en casi todo el mundo. Hasta nuestros días.